A 2 años del sismo ocurrido el 7 de septiembre del 2017, los campesinos del Istmo de Tehuantepec se reconstruyen solos, para este sector primario no hubo apoyo gubernamental, a pesar de que muchos además de perder su vivienda, también sufrieron afectaciones en sus cultivos de maíz, principalmente.
Además de los campesinos, otro sector olvidado fueron los pescadores, quienes han tenido que emigrar en su mayoría debido a que la pesca va en decadencia, no hubo ningún tipo de apoyo de reconstrucción después del terremoto.
Jesús Toledo Pineda de 56 años de edad nuevamente ha hecho resurgir su parcela con su propio recurso y espera ansiosamente una buena cosecha de maíz para este ciclo otoñal.
Según datos de la organización social campesina “Tona Taati’ ” que dirige Tomás Chiñas Santiago, tan solo en Juchitán unas mil personas se dedican a la agricultura en aproximadamente 4 mil 500 hectáreas y solos sin la ayuda del gobierno han reactivado su economía a dos años del terremoto y a nivel Istmo según datos de oficiales de Pro-Agro suman más de 120 mil productores de maíz.
La casa de Jesús colapsó con el fuerte sismo de 8.2 grados la noche del 7 de septiembre, entonces la tarea de reconstrucción fue más dura para él y su familia. “No tuvimos ningún tipo de apoyo, inclusive antes del terremoto una inundación acabó con los cultivos en ese 2017 y se supone que el gobierno da un apoyo por siniestro, pero nada nos dieron, y por lo del sismo mucho menos”.
Desde su parcela, el campesino cuenta que después del terremoto y al ver el daño de su vivienda, se olvidó del campo y entonces su economía empeoró, porque su única fuente de ingreso son las cuatro hectáreas que anualmente cultiva de maíz y ajonjolí.
Durante seis meses no cosechó, pero con los ahorros que tenía nuevamente resurgió su parcela y sembró en los primeros días del año 2018 y desde entonces no se ha detenido a pesar de que ninguna autoridad se preocupó en reactivar el campo después del terremoto.
“Ha sido duro para nosotros los campesinos, porque el gobierno dio apoyo solo para viviendas, y también a las mujeres que realizan totopos, pero al campo, la pesca o la ganadería no ocurrió, a dos años de la tragedia se ha vuelto duro seguir, porque en mi caso apenas y construí mi casa, me dieron solo 15 mil pesos porque dijeron que era daño parcial, pero mi casa colapsó y tuve que derribarla”.
Tomás Chiñas Santiago, gestor comunitario de la organización Tona Taati’ lamentó que el gobierno de aquel entonces encabezado por Enrique Peña Nieto, no haya activado un programa para la reactivación de la agricultura y ganadería en Juchitán y pueblos del Istmo.
“Cómo pudimos y como ellos pudieron salimos adelante, las viviendas colapsaron en esta zona de manera conjunta, el daño fue parejo, pero el apoyo disparejo, porque sabemos llegó para unos cuantos, y para la gente del campo y la pesca no figuraron en los padrones, de las actividades económicas el gobierno no atendió, sólo ayudó a las mujeres que realizan el totopo, que es un alimento tradicional de la zona, pero de ahí a nadie más” , indicó.
Por su parte, el regidor de desarrollo rural y agropecuario de Juchitán, Tizoc Morgán señaló que además de la burocracia impera también la falta de información en oficinas de la Sader en el Istmo, por lo que el acceso a los programas para el campo y ganadería es limitado.
“Tengo que ir hasta México para poder conocer la información real de los programas, he visto que en oficinas de Sader en el Istmo no nos informan, además piden requisitos a corto tiempo que es imposible que el campesino que muchas veces no sabe escribir y leer los consiga”.
Tizoc Morgán reafirmó que la ayuda al campo a dos años del terremoto es nula, prácticamente los campesinos, ganaderos y pescadores se han reconstruido solos.
Publicado originalmente en IstmoPress