Benito Juárez, Oaxaca. En una manzana que creció muy pequeña, en las hojas amarillas de la milpa, en el plantío de habas que se secaron, en las aves como la chachalaca que ahora buscan sus bosques como refugio, y en la chicharra que canta sin parar, y que antes no se veía; ahí notan los efectos del cambio climático los guardianes campesinos de Benito Juárez, un municipio que pertenece a Santa Catarina Lachatao de la Sierra de Juárez, en Oaxaca.
Y es que las altas temperaturas, que alcanzaron hasta 37 grados –algo inusual en esta zona– se sintieron durante el mes de abril, mayo y se prolongaron hasta finales de junio, lo cual no ocurría antes porque, al contrario, la lluvia aparecía en junio, aseguraron los campesinos.
En esta comunidad serrana, ubicada a 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar, los campesinos lamentan que la falta de lluvia y el sol acabaron con la gran variedad de cultivos. Entre los zurcos de su cultivo de maíz que sembró en febrero, Don Epigmenio Hernández Contreras, de 67 años de edad, observa que difícilmente crecerán, pues la tierra no recibió agua suficiente.
La falta de cosecha, explica, significa que no habrá elote para elaborar tortillas y una variedad de alimentos, lo cual provoca que compren maíz en la capital de Oaxaca.
“Hizo mucho calor, creemos que el clima ya cambió, ya no es el mismo, porque antes comenzando junio ya llovía, y ahora hace mucho calor. Nosotros desde la parte alta sembramos árboles, pero eso debería ser una tarea de todos”, dijo.
Muy cerca de su cultivo del maíz, a sólo unos cuantos pasos, están los árboles de manzanas que también crecieron muy lento y en mal estado. “Esas manzanas amarillas no crecieron, faltó agua y hubo mucho sol, los efectos del cambio climático ya nos tocaron, ya están acá con nosotros”, señala Don Epigmenio.
Ubicados a tan sólo 60 kilómetros de la capital de Oaxaca, los pueblos de la Sierra Juárez son mancomunados, es decir, están unidos por la misma causa de cuidar y proteger el bosque, y para ello realizan actividades ecoturísticas, reforestan y lo protegen de invasores externos.
Nelson Ceballos, de 52 años de edad, coordinador de ecoturismo en Benito Juárez, señala que cuidar el bosque es su todo, y para ello brinda todo su tiempo y esfuerzo. Contento, explica que los pobladores ya cuidan el bosque y ya reforestan, porque ya hay más conciencia ambiental, pero los efectos del cambio climático y las altas temperaturas sigue dañando la región.
“El que veamos aves que viven en zonas cálidas, es decir en poblados más calientes como Teotitlán del Valle, que se ubica a 18 kilómetros, significa que hay algo, que tienen que venir hasta acá a refrescarse. Nosotros como pueblos mancomunados ya respetamos a la naturaleza, con el ecoturismo tenemos más gente que nos visita, pero a todos les decimos que la naturaleza es prioritaria”, agregó.
Los pobladores de Benito Juárez esperan con ansias la lluvia, que les permitirá salvar sus cosechas. En este lugar, a diferencia de otras zonas de Oaxaca, sólo hay un cultivo de maíz al año, que dura diez meses entre preparar la tierra y cosechar, lo cual se podría perder por las altas temperaturas.