Cali. Escenario de guerra en El Calipso, Colombia

Felipe Martínez

Desde el pasado 28 de abril, la ciudad de Cali se consolidó como el epicentro de una lucha popular nunca vista en las ciudades del país. Son múltiples los puntos de bloqueo permanente a lo largo y ancho de sus principales avenidas. 

Aunque a primera vista la urbe se mueve con un grado de «tranquilidad» y «normalidad» por la apertura de comercio, bancos, tránsito vehicular y peatonal, la mayoría del sistema de transporte (Mío) está sin funcionar por las múltiples barricadas instaladas a lo largo y ancho de la ciudad y por las estaciones quemadas. De igual manera, los puntos de resistencia juvenil popular cada vez se tensionan más, es el caso de la zona conocida como Calipso o «Apocalipso» cómo muchos lo han rebautizado. 

Tras la denuncia que específica que las instalaciones del almacén Éxito de Calipso fueron utilizadas como centro de tortura y asesinatos contra manifestantes, la situación de derechos humanos es cada vez más compleja. Desde las tres de la tarde del sábado 22 de mayo el barrio Julio Rincón fue rodeado por un importante número de efectivos policiales contraguerrilla, quienes acordonaron todas las cuadras y obligaron a qué toda la población tuviera que encerrarse en sus casas. 

La actuación policial generó una fuerte confrontación con los jóvenes populares de la primera línea, quienes con piedras y palos se enfrentaron contra las fuerzas armadas que disparaban con armas de fuego, bombas aturdidoras y gases lacrimógenos, que de manera indiferenciada afectaban a quienes estaban en sus casas.

Según fuentes cercanas a desdeabajo en la escena se presentaron ataques contra el cubrimiento que realiza el hoy popular Canal 2, y todo estalló ante la actuación policial que impedía el ingreso de comisiones de derechos humanos a la espantosa y aterradora escena del centro de tortura Éxito de Calipso en donde –según informa la comunidad–  pisos y ropa del lugar permanecían con rastros de sangre, a pesar de borrarlos lavando de urgencia los pisos del lugar.

En medio de las reiteradas escenas de violencia y represión vividas en diversidad de barrios de Cali desde el mismo momento en que tomó forma el paro nacional, las comunidades organizadas denuncian la desaparición de 558 personas, descomunal cifra de violencia y terror que dibuja con toda crudeza el escenario de guerra urbana a que hoy está sometida la ciudad, una dictadura de hecho bajo la cual la opinión del Alcalde está en un segundo o tercer lugar y quienes determinan lo que allí se hace y cómo se hace son las fuerzas armadas.

Al momento de finalizar la escritura de esta nota urgente, el ulular de sirenas apaga el trinar de los pájaros, dominantes al llegar el alba. En Cali la tranquilidad de la vida se ha perdido para darle paso al dominio de la muerte.

Publicado originalmente en desde abajo

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