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Black lives matter en España, exigen justicia y esclarecimiento de la muerte de Amadou Wade

­El pasado 25 de octubre, un hombre de nacionalidad senegalesa murió en las dependencias en Pamplona de la Policía Nacional, en circunstancias todavía no aclaradas. Cuatro días después, el 29 de octubre, cientos de personas, encabezadas por docenas de senegaleses, se manifestaron coreandor gritos como “Justicia”, “Policía asesina” «Justicia para Elhadji», «Ningún ser humano es ilegal», «Mucha policía, poca justicia» y “Vergüenza”. La protesta tenía como objetivo condenar lo que consideran la muerte de un compatriota como consecuencia de la brutalidad policial sobre la comunidad africana. Los asistentes portaban una pancarta con los lemas «Black Lives Matter« (Las vidas negras importan) y «Biritza da handiena« (Lo más grande es la vida), pidieron justicia y señalaron que la muerte del senegalés, acusado de tráfico de drogas por la policía, fue fruto de la violencia policial.

Llegó muerto a la comisaría ha asegurado un amigo del senegalés, que también ha señalado que se trataba de un hombre que no consumía ningún tipo de droga y que la heroína “se había puesto” para inculparlo «No fumaba ni tabaco« han recalcado. Natalia Nilo, portavoz de SOS Racismo Navarra, exigió el «esclarecimiento absoluto« tanto de la detención como del fallecimiento de esta persona, que cree motivada por una «una motivación racista«: Nilo afirmó se ha producido «una detención violenta» y que en comisaría hubo «una desatención de la policía» que tuvo como resultado la muerte de esta persona.

Una semana después, el 5 de noviembre, varios centenares de personas, convocadas por la Asociación de Senegaleses y varios colectivos ciudadanos, como Convivir sin Racismo, Murcia Acoge o la Federación de Asociaciones Africanas, han protestado en las calles de Murcia por la muerte sin esclarecer de Amadou Wade, un ciudadano senegalés con residencia legal de larga duración en Murcia y se dedicaba a la venta ambulante en los mercadillos de distintas localidades de Murcia y de otras comunidades limítrofes. Amadou tenía 48 años cuando el pasado miércoles 24 de agosto salió a vender ropa y otros enseres en el mercado semanal del Pilar de la Horadada. Era su manera de ganarse la vida, la forma de cubrir sus necesidades más elementales de vivienda, alimentación, medicamentos,… Pero ese día se encontró de nuevo con una actuación policial en búsqueda de material falsificado y salió corriendo con todas su pertenencias hacia el vehículo que tenía aparcado cerca del lugar donde se encontraba. Desde entonces, a pesar de la denuncia presentada por sus familiares a la policía, no se supo nada de él hasta que su cadáver fue encontrado el 4 de octubre cerca del lugar donde había aparcado su coche. Poco más se sabe de lo sucedido, porque el caso se trasladó a un juzgado de Murcia y se decretó secreto de sumario, con lo que la familia desconoce el contenido de la autopsia porque también está bajo secreto. Transcurridos dos meses desde que se presentó la denuncia y un mes desde que encontraron a Amadou sin vida y sin tener noticias sobre su muerte, la inquietud, el sufrimiento y la preocupación se acrecientan entre los familiares en Senegal y en España así como de toda la comunidad africana residente en esta Región.

Así, no es extraño que los manifestantes pidieran justicia y clamaran contra la persecución policial y la ley mordaza, que convierte en delito la venta ambulante irregular, el conocido como “top manta”, lo que explicaría, según ellos, la creciente represión contra los vendedores ambulantes, que califican como un comportamiento racista y criminal por parte de la policía española. Señalaron que el caso de Amadou no es el primero y que este tipo de muertes no pueden producirse en un país como España, que va camino de parecerse a Estados Unidos, donde las vidas de las personas negras vale tan poco para la policía. Con ello aludían a otros casos parecidos: por ejemplo, a la muerte de otro vendedor senegalés en Salou en agosto de 2015, que se precipitó desde el balcón de su vivienda ante un registro de los Mossos de Escuadra, la policía autonómica catalana. Su muerte ocasionó graves disturbios de protesta por las sombras que rodearon el caso. Casos como el de Mor, el de Elhadji o Amadou serían sólo algunos ejemplos de una realidad poco conocida y que ahora empieza a ser denunciada con fuerza, por encima del miedo y el silencio existente.

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