Foto: Uno de los bosques afectados por los incendios forestales. (Gastón Brito/ Página Siete)
Diez áreas protegidas de Bolivia que albergan riqueza histórica, arqueológica y natural son afectadas o están amenazadas por los incendios forestales en la Chiquitania, según especialistas y reportes de las autoridades. Estos sitios son también cotizados por terratenientes, madereros, traficantes y mineros, de acuerdo con expertos.
De las diez reservas afectadas o en riesgo por los incendios en la Chiquitania, seis tienen un reconocimiento nacional, dos son departamentales y dos son municipales. Entre las áreas protegidas que tienen categoría nacional y forman parte de los sitios vulnerables y afectados por los incendios están Otuquis, Kaa-Iya del Gran Chaco (El ANMI y la reserva nacional del mismo nombre), Noel Kempff, San Matías y la reserva biológica de San Borja.
Santa Cruz la vieja y Tucabaca son áreas protegidas departamentales y fueron afectadas por los incendios. San Rafael y San Ignacio son los sitios municipales que están en riesgo por el fuego. A esta lista se suma el área protegida de la Nación Guaraní: Ñembi Guasu.
La Reserva Nacional y Área Nacional de Manejo Integrado (AMNI) Otuquis, que se encuentra en el Gran Chaco, tiene como una de sus cualidades un bosque seco tropical. Es una de las más altas prioridades para la conservación mundial, según los expertos. Y gracias a sus características únicas, este lugar ganó el título de sitio Ramsar, además tiene humedales de importancia internacional.
En este lugar fue donde se registraron los primeros focos de calor en junio, informó la Cámara Agropecuaria de Oriente (CAO). Según la página web del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), la cualidad de sitio ANMI permite a los comunarios del lugar enfocarse en el turismo de la zona.
Otra de las áreas protegidas que fueron afectadas por el fuego en la Chiquitania fue el ANMI San Matías, que queda al este de Santa Cruz y al norte de Otuquis. “En el área natural de manejo integrado, San Matías también hay una afectación porque hay pastizales naturales secos”, explica Carlos de Ugarte, biógrafo y especialista en áreas protegidas.
El parque nacional Santa Cruz la Vieja es administrado por la Gobernación y se encuentra en el municipio de Concepción de la provincia Chiquitos. Este sitio es único en el mundo porque se encuentra en la transición entre bosque cerrado, chiquitano y chaco. El 22 de agosto pasado se reportó que este lugar estaba entre los parques en riesgo. Sin embargo, la reserva departamental del valle de Tucabaca fue una de las áreas más afectadas por los incendios.
“A nivel municipal, la laguna Concepción y la reserva de vida silvestre Tucabaca son las que tienen alguna afectación considerable”, agrega De Ugarte.
El martes pasado se reportó que el fuego había llegado a Ñembi Guasu, la reserva forestal más joven del país y que fue reconocida en el marco de la autonomía indígena de Charagua de la nación guaraní. Este sitio se encuentra entre el ANMI Kaa-iya del Gran Chaco y el Parque Nacional Otuquis. Ese día, las autoridades informaron que alrededor de 187.800 hectáreas de la reserva ya fueron consumidas por el fuego.
Estos sitios, de acuerdo a su administración, cuentan con diferentes planes de custodia. “Las áreas protegidas, parques nacionales, ANMI y reservas, las nacionales están a cargo del Sernap. Los departamentales están a cargo de las gobernaciones; las municipales son tuición de las alcaldías”, explica a Página Siete Lorena Kempff, directora ejecutiva del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado.
Todas estas reservas son albergadas en la Chiquitania, su diversidad es tan amplia que entre la vegetación hay áreas de bosque seco, húmedo, pantanal y sabanas, según los especialistas. “Hay muchas zonas que contienen dinamismo, la meseta de Noel Kempff, el área protegida de Tucabaca que alberga la serranía de Chochis y la reserva de Chiquitos, en esta última zona hay mucho endemismo, tal vez más de 30 o 40 especies que son únicamente conocidas en el mundo. Esta zona es un patrimonio nacional de alta importancia”, asegura a este medio el profesor de Oxford e investigador asociado del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, Jhon Wood.
Según De Ugarte, en estos sitios se registraron distintas amenazas a lo largo de la historia de Bolivia. “La mayor parte de estas áreas protegidas, de las que estamos comentando, han sido creadas precisamente para evitar nuevos asentamientos en bosques chiquitanos, y en el caso del Pantanal u Otuquis para que sean cuidados por el Estado y se mantengan espacios naturales de manera prístima”, destaca.
Los chaqueos son constantes en esta época del año (por el clima), según los expertos. Sin embargo, los incendios también son causados por otros factores. La CAO solicitó la anterior semana a las autoridades del Gobierno estudiar e investigar estos sitios para ver si las quemas fueron ocasionadas por asentamientos.
“Las autoridades pertinentes deben analizar si hay asentamientos y si esto ocurre deberían proceder de acuerdo a ley en cada uno de los parques, porque hay que ser claros, las emergencias se han magnificado en los parques”, explica Díaz.
Según De Ugarte, hay sitios como el Parque Nacional Otuquis y la Estación Biológica del Beni, donde los incendios se presentan en esta época seca del año, pero también hay una referencia que población ganadera convive con el bosque hace diez años.
“Antes de la creación de San Matías, de alguna forma (la población ganadera) ya ha estado conviviendo con el bosque. Debieron ser 10 años constantes de ciertas amenazas de nuevos asentamientos en la reserva Tucabaca”, explica.
Asegura que en estos sitios han tratado de establecerse nuevos asentamientos con gente que llegó incluso desde Argentina y campesinos. “Entiendo que con la reserva de Tucabaca, el municipio de Roboré y el INRA trataron de ver la manera de evitarlo”, concluye.
Sernap no tiene un registro de áreas afectadas
Después de un mes del inicio de los incendios en la Chiquitania, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) aún no cuenta con un registro oficial de las áreas protegidas afectadas por el fuego. Funcionarios de la institución informaron que estos datos serán publicados posiblemente en una semana.
Página Siete intentó comunicarse con Abel Mamani, director ejecutivo del Sernap, pero no obtuvo respuesta. Mediante la línea telefónica del Sernap, una funcionaria del área de monitoreo dijo que esta institución se encuentra apoyando actividades para sofocar el incendio y que el informe de las áreas protegidas afectadas aún no está listo. Indicó que se presentará un informe en una semana.
La Fundación Amigos de la Naturaleza publicó un mapa interactivo que ofrece un reporte actualizado sobre los focos de calor en los diferentes departamentos. Hasta el viernes por la mañana se registraron 2.042 focos de calor en el departamento de Santa Cruz. En Beni se reportaron 483 y los incendios se registraron con mayor impacto en las áreas protegidas municipales Santos Reyes y Pampas del río Yacuma.
Se reportaron 14 focos de calor en la estación biológica de Beni, un área protegida nacional. La página Satrifo, registra en tiempo real, los focos de calor y ofrece un reporte de las áreas protegidas nacionales, departamentales y regionales afectadas. Según un reporte de la página, publicada el viernes, el área protegida departamental Ríos blanco y negro presenta alrededor de 39 focos de calor.
Parque Otuquis nace en 1997
El Parque Otuquis es parte de un ecosistema bastante particular que se comparte con Paraguay y Brasil: el pantanal. Se caracteriza por la hibridación que genera un fenómeno particular. Cuenta con una gran fauna, incluye especies amenazadas.
San Matías sufrió gran afectación
El área de manejo integrado San Matías se encuentra al norte de Otuquis. Es parte de la Chiquitania y es la segunda área protegida de interés nacional más grande del país. La fauna es enorme y acoge especies en peligro, como pejichi y londras, entre otras.
Parque histórico Santa Cruz la Vieja
Está a dos kilómetros al sur del centro San José. Ahí se encuentran ruinas arqueológicas del primer asentamiento de Santa Cruz de la Sierra en 1561, por Ñuflo de Chávez.
En el lugar se controló el fuego, pero hay riesgo de que pueda producirse.
Tucabaca, primer sitio afectado
Fue creada para conservar las serranías de Santiago y Chochís, además del valle de Tucabaca. Es una de las pocas áreas creadas por impulso de la población local y es muy defendida por los comunarios. Su biodiversidad es parte del ecoturismo.
Laguna marfil es de manejo municipal
Comparte el 50% del área con Brasil. Del total del territorio boliviano más del 50% de la cobertura natural se quemó por los incendios. En años anteriores se reportó que la pesca comercial ilegal y los ganaderos del lado brasileño amenazaban su conservación.
Ñembi Guasu, de la nación indígena
Su sola creación fue novedosa. Ñembi Guasu es la más reciente área protegida creada en el país. Nació por impulso de la nación indígena guaraní. El “G ran refugio” acoge a más de 100 variedades de mamíferos y 300 de aves. Cuenta con 1.207 850 hectáreas.
Reserva municipal de San Ignacio
Esta reserva se encuentra al sur del Área Protegida Noel Kempff Mercado. Entre sus atractivos están las aves acuáticas y un gradiente de vegetación, desde la ribera de la laguna hasta los bosques altos. Fue creada el año 2001 a través de una ordenanza.
San Rafael, un potencial turístico
El municipio de San Rafael es destino turístico de las misiones Jesuíticas. Y es por eso que una de las potencialidades del área protegida municipal es el ecoturismo. Es vulnerable por amenazas de caza furtiva, extracción de madera y desmonte cerca a los ríos.
Kaa – Iya está en gran riesgo
“Amos del monte”, según la mitología guaraní. Este sitio tiene doble función: es Área Natural de Manejo Integrado y parque nacional. Guarda la mayor parte de los ecosistemas propios del Chaco. Si el fuego ingresa a este lugar, sería difícil intervenir porque es inaccesible.
Noel Kempff, aún no hay riesgo
Noel Kempff Mercado impulsó el parque nacional Amboró y Huanchaca, este último ahora lleva su nombre. Este sitio no está amenazado, pero se registraron unos pocos de focos de calor. El fuego puede producirse si continúa una sequía comparable al 2010.
Publicado originalmente en Página Siete