El 29 de septiembre, apicultores y apicultoras nucleadas en la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) realizaron una protesta para visibilizar el peligro que corren las abejas y la salud de la población bajo el modelo agropecuario que se desarrolla a base de agrotóxicos. «En Argentina se las mata como efecto colateral de la agroindustria» dado que explican que «la Agencia Sanitaria (SENASA) aprueba insecticidas altamente tóxicos para las abejas y para las personas». Basta de ecocidio, de alimentos genéticamente modificados, el apoyo a la agroecología y no a los cánones para transitar con colmenas por el territorio nacional son los principales pronunciamientos de la jornada.
Una situación inusual se desplegó sobre en pleno centro porteño, rodeados por pavimento y cemento, frente al Congreso de la Nación aún marcado por el paso de la movilización de la Huelga Mundial por el Clima, apicultores y apicultoras se manifestaron con su equipo y ahumadores para visibilizar un problema ambiental que advierten, necesita medidas urgentes. El «Abejazo» también se replicó en Bahía Blanca, sobre la Ruta 3 km 713 y en el Puente Cipolleti – Neuquén.
Las abejas son uno de los animales que realizan la polinización (la transferencia del polen de las partes masculinas a las partes femeninas de una planta) lo cual es vital para la reproducción de las plantas, y sencillamente la vida en el planeta. La agrupación de apicultores advierte que las abejas están muriendo a causa del modelo agropecuario basado en la aplicación de agroquímicos tóxicos.
«No más muerte de abejas. En Argentina se las mata como efecto colateral de la agroindustria. La Agencia Sanitaria aprueba insecticidas altamente tóxicos para las abejas y para las personas. Y herbicidas, que eliminan toda hierba y toda flor que es la base de la alimentación de nuestras abejas» dice el comunicado publicado por la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA).
«Eso se llama ecocidio, los agroquímicos determinan la muerte de las abejas y envenenan el agua, la tierra y los alimentos que consumimos. No a los alimentos genéticamente modificados. No a los 550 millones de kilos de agroquímicos por año volcados a nuestra tierra para producirlos»
Otro de los reclamos del Abejazo es requerir que no hayan más barreras y cánones para transitar por el territorio nacional, como existen en las provincias de Río Negro y Mendoza. Explican que esta medida solo tiene fines recaudatorios que afectan la producción de las colmenas. «Los apicultores movilizamos las colmenas a través del país para polinizar cultivos y producir diversos tipos de mieles. Si no hay abejas disminuye la cantidad y calidad de frutos y el néctar se seca en las flores», explican.
A nivel mundial hace años la industria comenzó a trabajar para reproducir la acción polinizadora de las abejas. El Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Japón en 2017 anunció que el primer dron-abeja polinizador estaba listo. Pero como algunos y algunas científicas advierten, no hay plan B para la extinción de las abejas.
“El mundo no necesita abejas resistentes a los químicos. Necesita prácticas agrícolas que no dañen a las abejas”, dicen las corrientes científicas en favor de la agroecología. Frente a esto, el Abejazo insta a la sociedad a consumir productos de la agroecología y exigir cultivos y alimentos sin agrotóxicos.
Publicado originalmente en ANRed