San Cristóbal de las Casas, Chis. 22 de abril. Ante la falta de respuesta del gobierno estatal a las constantes exigencias en México y en diversos países por la libertad de Francisco Sántiz López, base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y de Alberto Patishtán Gómez, adherente de la otra campaña, presos ambos por delitos que no cometieron, siguen sumándose acciones y mensajes, y ya se anuncia un foro en esta ciudad contra la prisión política y por la libertad de estos indígenas, el 12 y 13 de mayo. La campaña internacional, que incluye dicho foro en la Universidad de la Tierra de San Cristóbal de las Casas, sostiene que Patishtán ya representa
una figura emblemática que lucha contra la injusticia en las cárceles; sabemos que hay mucha más represión política en el país, la cual queremos visibilizar en este foro. El profesor Patishtán
podría ser el caso paradigmático que refleja la injusticia en México y alrededor del cual construir una red de lucha y una movilización nacional e internacional. A estas acciones se suma desde Nueva York la semana mundial A tumbar las paredes del calabozo, a celebrarse del 15 al 22 del mes próximo. El pasado día 17, al celebrarse el Día Internacional de las Presas y los Presos Políticos con un encuentro en París, Francia, se demandó también la inmediata liberación de los reclusos zapatistas y de la otra campaña en Chiapas. En tanto, organismos nacionales y de Chiapas, adherentes de la otra campaña y de la Zezta Internacional, han comenzado una campaña de firmas y acciones públicas para
presionar y arrancarla libertad de Francisco Sántiz López y la resolución del conflicto de Banavil (municipio de Tenejapa).
La referida campaña demanda también la presentación con vida y en libertad de Alonso López Luna, asistencia médica y libertad incondicional para Lorenzo López Girón, respeto para las cuatro familias desplazadas, reparación del daño y
alto a la guerra contra el ejemplo y la autonomía zapatista. Según esto,
el encarcelamiento injusto de Francisco no es un caso aislado, sino que forma parte de la guerra continua del Estado mexicano en contra de las comunidades zapatistas, una guerra que mediante hostigamientos, agresiones y detenciones arbitrarias pretende minar y aniquilar la resistencia y el proceso de autonomía que están llevando a cabo las bases de apoyo zapatistas en Chiapas. Se destaca que los gobiernos federal y estatal
han hecho creer a la opinión pública que respetan los derechos de los pueblos indígenas y en particular la autodeterminación y la autonomía, pero en realidad mantienen una embestida violenta hacia las comunidades zapatistas, utilizando grupos de corte paramilitar u organizaciones afiliadas a partidos políticos. El gobierno federal, se añade,
ha querido negar la existencia de la prisión política en el país y calla sobre la presencia de ésta en Chiapas. Las campañas publicitarias para presentar al estado
como un paraíso de paz, tranquilidad y orden, respetuoso de los derechos humanos y de la diversidad, en realidad ocultan
la venta de los bienes naturales chiapanecos a mineras, madereras, farmacéuticas, explotadoras del biodiesel, empresas de turismo, cadenas hoteleras, energéticas y otras industrias.