Foto: Alessandro Peregalli
Hace algunas semanas apareció, en una calle de la Santa María la Ribera, en la Ciudad de México, una extraña bandera con escrito “I love XM24”. Sucesivamente, una igual bandera fue mirada en el barrio sureño de la Ruiz Cortínes, en la misma capital mexicana.
Considerando la sorpresa que debe de haber tomado a los vecinos esa rara e incomprensible bandera, quizás habría que contarles la historia de este extraño lugar con ese extraño nombre, XM24.
Se trata de un centro social en el corazón del barrio popular de la Bolognina, en la ciudad italiana de Bolonia. Un barrio en Italia famoso por haber sido el escenario de la muerte del Partido Comunista Italiano, en el lejano 1991. En el año 2002, al fin de un ciclo de lucha mundial en contra de la globalización neoliberal, ciclo empezado en aquel primer de enero de 1994 en Chiapas, y que tuvo en la ciudad gringa de Seattle en 1999, en la ciudad brasileña de Porto Alegre el año siguiente, y aún en la italiana Genova en un terrible julio de represión en el año 2001, sus etapas fundamentales.
Fue viniendo de estas fuertes luchas anti-capitalistas que un grupo de jóvenes y menos jóvenes, estudiantes, activistas de Indymedia, ocupantes de casas, hackers, punks, trabajadores y desempleados decidieron ocupar el gran espacio del ex mercado general de la ciudad, para hacer de él un centro cultural, social, antagonista, abierto, libertario.
Durante los muchos años de su existencia, el XM24 (XM por EX Mercado, y 24 por la dirección, en via Fioravanti) dio una casa a una gran cantidad de proyectos de todo tipo: dos gimnasios con varios cursos gratuitos deportivos y de danza, una escuela de italiano para migrantes, una cocina popular, un colectivo de apoyo a los migrantes en transito en la ciudad, un colectivo de medios, uno de hackers, una organización de trabajadores migrantes, un centro de investigación y de organización en contra de la precariedad laboral, un mercado campesino orgánico auto-certificado, un grupo punk, uno de música pop italiana y uno de afrobeat, un coro de música tradicional, un taller de bici popular y uno de serigrafía y varios otros proyectos. Entre ellos, surgieron, murieron, y renacieron diversos colectivos de apoyo a las luchas en México, desde Nomads, que hizo de su bandera el internacionalismo abajo a la izquierda, a Bologna X Ayotzinapa, que dio su apoyo a la Eurocaravana organizada por el movimiento para la aparición con vida de los 43, a Entramar, que hospedó iniciativas en recuerdo de Bertha Cáceres y en apoyo a la Caravana Mesoamericana del Buen Vivir de los Pueblos en Resistencia, organizada por el colectivo Chanti Ollin.
En el espacio, además, tuvo lugar durante varios años un maravilloso mural del famoso muralista y writer italiano Blu, que representaba la famosa “batalla de Mordor” del Señor de los Anillos, con el alcalde en lugar de Sauron, y la Bolonia de abajo que asediaba su bastión fortificado. El año pasado, el propio Blu decidió cancelar de gris su mural, para protestar en contra del robo de los mulares de la ciudad desde los muros donde estaban para exhibirlos en una muestra.
Hoy la existencia de XM24 es en riesgo: un gigantesco proceso de gentrificación y de especulación inmobiliaria, apoyado por el ayuntamiento “pos-comunista” (con buena dosis de fantasía) de la ciudad, quiere desalojar sus ocupantes. Después de un verdadera ataque militar en contra de unas grandes ocupaciones de vivienda surgidas en el barrio durante los últimos años, el gobierno de la ciudad quiere terminar con esta experiencia de agregación social, de alternativa cultural y de oposición política.
Mientras a su lado se construían una nueva estación de trenes de alta velocidad, un nuevo rascacielos para la burocracia municipal, y varios otros destinados a residencia de lujo pero todavía no vendidos debido a los precios exorbitantes, el XM ha representado en estos años de crisis económico-social una fuerte respuesta a las necesidades del barrio, y un antídoto contra la marginalidad social.
Hoy en día los representantes del gobierno de Bolonia dicen que este espacio ya no es “compatible con la realidad” del barrio, quizás porque no es compatible con la realidad de represión y empobrecimiento que con sus políticas están fomentando, y con la perspectiva de que los pobres del barrio, pensionados, obreros y ex obreros, migrantes, estudiantes, deban de irse por la subida de los precios de la renta.
El 30 de junio termina el ultimatum al espacio, y a partir de aquella fecha un desalojo es anunciado, o por lo menos temido. En estos meses el XM24 está llevando adelante varias iniciativas, que reúnen cientos y miles de personas, como estrategia de autodefensa en el plano político, resaltando los valores de la autogestión, y dando vida a mercados extraordinarios, masas críticas y manifestaciones culturales de todo tipo. Sin embargo, anuncian ya que la resistencia a un eventual desalojo será de las más determinadas.
Como redacción de l’America Latina apoyamos con toda solidaridad a la resistencia de XM24, y llevamos con ella la solidaridad del México de abajo y a la izquierda.
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