Desde hace tres semanas, la selva amazónica de Brasil y Bolivia viene sufriendo múltiples incendios sin precedentes que afectan los bosques. La actual situación, producto de la causa de siniestros forestales, está preocupando a todo el mundo, ya que las consecuencias de la emergencia viene perjudicando al pulmón del planeta: La selva amazónica produce más del 20% del oxígeno del mundo y contiene 20% de las reservas de agua dulce del planeta.
El fuego ya ha logrado arrasar con más de 500 mil hectáreas de bosques, cultivos y pastizales, generando además contaminación por monóxido de carbono en zonas colindantes.
A través de una carta abierta, los indígenas de la cuenca amazónica se declararon en emergencia humanitaria y ambiental a raíz de los incendios que ya han arrasado miles de hectáreas de bosque en la Amazonía.
Hicieron responsables a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, y Evo Morales, presidente de Bolivia, por los daños ambientales que los ponen en peligro. En este contexto, cabe alertar sobre el deteriorado estado de salud de los pulmones de Mesoamérica: De la Selva Lacandona, en Chiapas, queda un cuarto de su bosque selvático, alrededor de 500 mil hectáreas.
Por otra parte, la selva de Los Chimalapas, en Oaxaca, de 600 mil hectáreas, es amenazada por invasores ganaderos que destruyeron 50 mil hectáreas en los últimos años. En la selva de los Chimalapas, los incendios destruyeron 20,000 hectáreas en este 2019.
Carta de los pueblos indígenas: Declaratoria de emergencia ambiental y humanitaria
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