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Algunas claves sobre los conflictos de San Juan Chamula

Arturo Lomelí

Al reconstruir la historia política de este lugar, hemos encontrado que realmente existe una intensa disputa por la presidencia. No es la primera vez que ocurren hechos sangrientos en este pueblo, es más, la confrontación y la pugna ha sido una constante al grado de que en la actualidad hay varios grupos armados de distinta filiación política y religiosa, además de los asuntos personales y comunitarios. Personas de origen e identidad Chamula organizados, armados y enfrentados, dentro y fuera del municipio, disputando el comercio, el transporte, los predios urbanos en San Cristóbal y Teopisca y la base social de los partidos políticos.

“No vallan (sic) a Chamula, hay problema”

En el crucero de La Ventana, emblemático lugar que distribuye los sentidos hacia la cabecera municipal de Zinacantán, a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas y hacia el pueblo de San Juan Chamula, un letrero en letras rojas sostenido por unos palos anuncia que no hay que ir al lugar porque algo muy grave acaba de suceder. Un par de horas antes de transitar por el lugar, ocurrió una masacre entre los pobladores. Cuando menos 5 personas fueron ultimadas y unas veinte sufrieron heridas de bala en un monumental tiroteo entre pobladores de parajes y las autoridades municipales. Al llegar a la plaza, desolada, dos cuerpos tendidos y múltiples charcos sanguinolentos daban cuenta del suceso. Grupos de jóvenes dispersos en el lado poniente de la plaza, con celulares en la mano, están atentos. Se escuchan las sirenas y a los minutos llegan camionetas de “fuerza ciudadana” y otras blancas sin logos. Se ven nerviosos y quien dirige la operación, a gritos da instrucciones. Hacen un perímetro alrededor del cuerpo tendido en el lado sur de la plaza, cerca de las cruces que ven hacia la iglesia que está cerrada. Apresuradamente revisan y fotografían y se escucha decir a quien dirige “Rápido, rápido, ya ven como es la gente aquí, no nos vayan a agarrar”. En minutos levantan el cuerpo que lanzan a la góndola de una camioneta y se marchan apresurados dejando un contingente de policías que ya se vuelven parte del paisaje. Sólo quedan los charcos de sangre en la plaza, los pasillos y alrededores de la presidencia. Nuevos curiosos se acercan a los charcos de sangre.

No es la primera vez que en este pueblo ocurren hechos violentos asociados a las pugnas políticas en torno a la presidencia municipal. Los conflictos por la presidencia inician con la formación y regreso de los “jóvenes escribanos”, alfabetizados en el Sindicato de Trabajadores Agrícolas a principios de los años 1940. Estos traían ideas nuevas sobre la situación de los indios con respecto al poder económico y político, como enfrentar la contratación en la fincas por parte del secretario mestizo municipal. Por otro lado, con la entrada de las dependencias indigenistas en los años 1940, que utilizaron como intérpretes a indígenas, se fue creando esta generación de jóvenes que adquirieron costumbres diferentes, aprendieron a relacionarse con las instituciones gubernamentales y las autoridades del estado. Muchos de ellos se convirtieron en profesores, logrando de esta manera privilegios en su municipio, lo que en varios casos les permitió obtener el poder municipal, no sólo político sino económico.

Siempre ha sido un acto autoritario el reparto de cargos religiosos y políticos tradicionales, esto se aceptaba porque es una forma de dar servicio al pueblo y a Dios. Dichos cargos representaban más que una obligación, un honor sin importar los gastos que por concepto de cooperaciones para las fiestas había que desembolsar.

Cuando esta nueva generación de letrados accede al poder, las cosas cambian en el pueblo, el autoritarismo se agudiza ya que se exigen cooperaciones exageradas; los jóvenes que hablaban español, sabían leer y escribir, habitaban en la cabecera y ocupaban los cargos en la presidencia. A la vez actividades como la venta de refrescos de abarrotes y el transporte se convirtieron en un negocio muy redituable. En manos de una familia se forma la Sociedad Cooperativa de Transporte “San Juan Chamula, S.C.L. de C.V.” a fines de los 1970.

La usura también se convirtió en una práctica tradicional. Así surgieron algunas familias que concentraron el poder económico, registrándose casos donde una misma familia tiene inversiones en el transporte, en el comercio y por lo tanto son los usureros del municipio. 

Este grupo de personas influía en la designación de los presidentes municipales, conjuntamente con los representantes del PRI regional acordaban quién sería el presidente y entre funcionarios del municipio rellenaban las urnas, por lo que las comunidades no participaban en la elección de su representante.

En el periodo de 1965-1967, siendo presidente municipal Domingo Lunes Ch’akilchij,  el ocho de octubre de 1965 desapareció un escribano, llamado Salvador López Ts’etjol, originario del paraje Baxeken, quien iba a denunciar los malos manejos y los abusos que se hacían en el municipio Chamula; se habla de que el ayuntamiento estuvo de acuerdo en desaparecerlo porque era un obstáculo para ellos, si la gente se enteraba de lo que hacían con sus cooperaciones y de las negociaciones que hacían con los ladinos entonces ya no los apoyarían, además de que los sacarían del poder municipal y por lo tanto perderían el control sobre los negocios.

Esto asustó al presidente municipal y su ayuntamiento por lo que decidieron matarlo y enterrarlo en el barrio de San Juan; sus amigos de ese barrio que estaban en el ayuntamiento no hicieron nada por temor.

En venganza, los grupos del ayuntamiento y los comerciantes aliados con las autoridades de educación, logran destituir a los promotores del INI. Estos últimos pierden su trabajo y salen de su pueblo. Lo que provoca que las inconformidades permanezcan como heridas abiertas que resurgirán más adelante.

En estos tiempos había una serie de inconformidades en el municipio, provocadas por las arbitrariedades de las autoridades, porque la gente se estaba dando cuenta de que un grupo de chamulas estaba haciendo lo que quería sin tomarlos en cuenta y la gente de los parajes ya no estaba conforme con esta situación. La muerte de Ts’etjol, que era muy reconocido, la expulsión del padre Polo que había ayudado a mucha gente y las trampas en la elección de los candidatos a la presidencia municipal, cansó a muchos, por lo que en las elecciones del candidato a la presidencia municipal del periodo 1970-1973, hubo una gran participación ciudadana, se unieron católicos, tradicionalistas pobres, estudiantes, y evangélicos.

El ayuntamiento estuvo constituido por personas que no habían trabajado con los escribanos, eran honestos y respetables. Algunos cargos, sobre todo los religiosos, especialmente de escribanos, quedaron en manos de los mismos ya que son cargos honorarios y no se pueden quitar. Los miembros del ayuntamiento mantenían informados a los “jóvenes escribanos” de todo lo que se planeaba realizar en el municipio, así se gestionaron la luz eléctrica y otras obras para el municipio en general y ya no sólo para la cabecera. Sin embargo había tranquilidad, incluso se tomaron medidas para que el asesinato de Ts’etjol no quedara impune, se mantuvieron unidos para buscar el cuerpo, el cual apareció en el Panteón de San Juan. Se levantaron las denuncias y con ayuda de abogados se giraron las órdenes de aprehensión contra los responsables; Domingo Lunes Chakilchij quien fue el presidente municipal y Salvador  López Tuxum principal responsable de asesinato fueron a la cárcel, algunos otros huyeron antes de ser aprehendidos.

La década de los 1970s y principios de los 1980s se caracterizan en Chamula por varias elecciones muy conflictivas y, sobre todo, por la injerencia del PRI regional y la oficina de Asuntos Indígenas. Así, se provocaron conflictos graves que en gran parte son los orígenes de los conflictos existentes actualmente entre los chamulas, no sólo entre los viven en el pueblo, sino los que fueron expulsados o salieron de sus comunidades por descontento con las políticas que se estaban desarrollando.

En una elección, la inconformidad de la gente llegó al extremo al aliarse con el Partido Acción Nacional, tomando la presidencia municipal apoyados por estudiantes de la Escuela Normal Mactumatzá de Tuxtla Gutiérrez.

La tensión que se ha generado entre los grupos antagónicos de chamulas de la ciudad de San Cristóbal y de chamulas dentro de su municipio, data de los problemas que se originaron tanto con la expulsión de los sacerdotes de la diócesis de San Cristóbal en 1969,  y la expulsión de un grupo de evangélicos en 1974. Aunque aparenta ser un problema de expulsión por motivos religiosos, realmente tenía un tinte político. A partir de la salida de evangélicos del municipio, se firma un acuerdo por todos los representantes de los parajes de San Juan Chamula, en el que se asentó que no se permitiría la presencia de “otras religiones” diferentes a la tradición católica. Este acuerdo sentó las bases para las futuras expulsiones y la verificación en todos los parajes de que no se practique alguna religión protestante. Cada vez que es elegido un nuevo Ayuntamiento Constitucional, este adquiere el compromiso de defender este acuerdo; también en cada cambio es ratificado por los representantes de los parajes. Cuando se observa una debilidad en el cumplimiento de este acuerdo, el cabildo es destituido, algunas veces de manera violenta y otras con base en consensos tejidos escrupulosamente. Sin embargo este acuerdo ha sido usado constantemente para intimidar a adversarios políticos.

A partir de los años ochenta, una nueva generación de chamulas ha sustituido al grupo que mantenían unidos a los antiguos escribanos y los maestros, los caciques. Ahora jóvenes con estudios más allá del magisterio se han ido incorporando en la política municipal. Jóvenes que realizaron el bachillerato en SCLC y algunos que estudiaron derecho son la nueva clase política. Para fines de los años noventa, Florencio Collazo viene a sustituir al maestro Enrique Lunes Patixtan que fue depuesto tras un largo conflicto causado por permitir la práctica religiosa evangélica en los parajes de Cuchumletik, Crusobispo y Batutulan. El 18 y 19 de noviembre e 1995 se dieron varios enfrentamientos armados en la comunidad de Arvenza I. Las autoridades reportaron 6 muertos, 4 heridos, 4 casas y 4 vehículos incendiados. El Frayba reportó 18 personas muertas. Un testigo afirmó que habían sido 40 bajas mortales, las del grupo armado de la cabecera de Chamula.

El 7 de julio de 1996, se registraron dos incidentes: tres cristianos no católicos de la comunidad de Tzajaltetic fueron encarcelados, días más tarde, Enrique Lunes Patishtán presidente municipal chamula fue emboscado y herido en la cara. Se atemperaron los ánimos. Los de Chamula  sabían que los cristianos católicos y no católicos contaban con armas para responder violentamente.

Desde el interinato de Florencio Collazo de 1998, quien también fue Diputado Federal y posteriormente se vio involucrado en un crimen pasional, los presidentes municipales siempre andan escoltados con seguidores armados. Uno de los saldos de las rivalidades políticas.

“El presidente se alteró” 

Con el triunfo de Domingo López González Ts’etjol y del Partido Verde Ecologista, el equilibrio que había en la rotación de los tres barrios del municipio, se rompió. Ya tenía en su haber un antecedente, que siendo presidente del comité municipal del PRI en el 2010, por sus relaciones en la política contendió por la diputación en una alianza PRD-PAN. Un elemento más para la inconformidad y de hacerse enemigos. Muchos de sus detractores veían que no se distribuían los recursos y que las promesas de las campañas no se cumplían ni se veían que pudiera cumplirlas. Un motivo en especial, los recursos destinados a los proyectos artesanales y de las fiestas patronales, que según el secretario de gobierno en el 2014, Eduardo Ramírez Aguilar, ascendían a 70 millones de pesos, dinero que se entrega anualmente a las autoridades directamente.

Por este motivo, desde el 2014 había reiteradas manifestaciones de gente del pueblo en Tuxtla Gutiérrez, tanto en el congreso del estado como en la Torre Chiapas, incluso en enfrentamientos directos con la policía y vandalismo en la ciudad.

Ese dinero no se distribuía y ya la inconformidad había crecido a tal grado que en la movilización del 10 de julio en la capital del estado fue muy violenta.

Representantes de comunidades acordaron convocar a un plebiscito para el día 23 para destituir al presidente municipal y acudieron a la cabecera, según reportes oficiales, comisiones de 35 parajes. Asistentes y representantes de parajes confirman la presencia de al menos 60 parajes.

La movilización de unas dos mil personas se dio desde la madrugada de ese día y ante la plaza llena, representantes le hicieron llegar la solicitud de que ante el pueblo reunido, hiciera saber el por qué no se había realizado la obra pública comprometida y que además se sabía que ya se disponía de ese recurso.

De acuerdo a un testimonio, el presidente se alteró, no le gustó que le hablaran así. Por alguna razón hasta el momento desconocida, gente del presidente, se menciona a su guarura, que pude ser el chofer o la persona mencionada como civil, disparó a la multitud. Se habla de cuando menos dos caídos pero testigos informaron que cuando menos había otros 20. “Fue una masacre” señalaron. Estos hechos enfurecieron a unos encapuchados que estaban presentes y que entre sus ropas traían armas, algunas largas, sitiaron el edificio. Cuando el presidente acompañado del síndico y el juez intentaron escapar por la parte posterior del ayuntamiento, fueron acribillados y sus cuerpos exhibidos en la plaza del lugar.

“Se desgrana la mazorca” 

Como práctica, el priísmo sigue siendo fundamental. La importancia que tiene Chamula en el ámbito regional radica en que es el municipio indígena más grande y de mayor peso político. Y en repetidas ocasiones se ha dicho que si se gana Chamula en las elecciones, se ganan los municipios indígenas de los Altos de Chiapas. De ahí que presidentes de la república y gobernadores visiten constantemente el municipio tanto en precampañas, campañas como en actos políticos.

Cuando menos desde el año 2000, Manuel Velasco Coello empezó su campaña para ser gobernador de Chiapas  a través del Partido Verde Ecologista de México, su constante presencia en los medios y las giras que realizaba en las distintas regiones del estado, lo posicionaron, primero como diputado local, federal, senador y finalmente gobernador. Conformó un equipo de jóvenes iniciándose en la política regional. Pero a la vez sumó a políticos de trayectoria, reciclando, sobre todo a nivel municipal, viejos políticos locales, al grado tal que en tiempos anteriores a la campaña a la gubernatura, la geografía chiapaneca estaba “pintada de verde”. Su base social eran organizaciones y políticos de extracción priísta. Para las elecciones municipales del 2015, a través de Eduardo Ramírez Aguilar, primero como secretario de gobierno, después como presidente del partido a nivel estatal, se desarrolló una fórmula en la que convencieron a muchos políticos locales de competir bajo las siglas de PVEM. Como resultado las elecciones han sido cuestionadas por irregularidades electorales en al menos 11 alcaldías de los pueblos indios de Chiapas de Altos y Selva: Tila, Tumbalá. Yajalón, Chilón, Ocosingo, Altamirano. Chanal, Ixtapa, Zinacantán San Cristóbal, destacando los acontecimientos de Oxchuc, donde fue destituida la presidenta electa y donde el pueblo no la dejó tomar posesión. Un importante político estatal comentó que se había terminado el pacto con el PRI local. En Chamula se usó la fórmula señalada. Se “invitó” Domingo López González Setjol a dejar el PRI y competir por el verde. Se  señaló que en su campaña se hicieron muchas promesas, práctica acostumbrada, y que por su experiencia en ser priísta no fue en alianza con el PRI y que era mejor ir solo como verde. Domingo López se ufanaba de que había invertido 30 millones de pesos en la elección, inversión que pensaba reponer con ganancia.

  • Se registraron diez planillas y se menciona que las campañas fueron un dispendio de despensas, material de construcción y de ofertas por los candidatos del PVEM y del PRI. Los resultados:
  •  Partido Verde: 20,012
  • Partido Revolucionario Institucional: 10,043
  • Chiapas Unido: 4,631
  • Mover a Chiapas: 2,639
  • Nueva Alianza: 444
  • Partido del Trabajo: 249
  • Morena: 171
  • Partido Acción Nacional: 123
  • Partido de la Revolución Democrática: 118
  • Encuentro Social: 45

Se computaron 38 mil 475 votos válidos y 2,149 nulos. Total: 40,629. Una participación del 75% de los electores del lugar. Las inconformidades iniciaron inmediatamente, incluso antes de que tomará posesión el candidato del Verde. Así el 13 de agosto de 2015, unos 500 chamulas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se manifestaron en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Hicieron destrozos en el Palacio de Gobierno y se enfrentaron a la policía. Iban armados con palos, piedras, resorteras y quemaban cohetones. Dañaron la puerta principal y ventanales. Doce de ellos fueron detenidos y acusados de asociación delictuosa, daños, motín, atentados contra la paz, la integridad corporal y patrimonial de la colectividad y del Estado. Es la primera vez que chamulas “priístas” se manifestaron de esa forma contra el gobierno de Chiapas. Reclamaban que la elección municipal no se hizo de acuerdo a los “usos y costumbres”.

“Queremos que se vaya el partido verde”

En un comunicado firmado por “el pueblo de Chamula” se menciona entre otras cosas “Queremos que se vaya el partido verde y todos los partidos, porque nos han hecho mucho daño. Aquí tenemos nuestra forma de gobernarnos y queremos que se nos respete”. En estas palabras se resume la inconformidad con la historia de conflictos y disputas por el control de la presidencia municipal de Chamula.

Chamula es uno de los ejemplos de las relaciones perversas del estado mexicano con las poblaciones indígenas, en su intento de incorporarlas a las formas de hacer política, a la integración a la nación y al sistema político mexicano. Las prácticas políticas características de clientelismo, corrupción, caciquismo, amiguismo, acuerdos entre las elites y sobre todo la presencia de exorbitantes cantidades de dinero y recursos a la disposición de los funcionarios municipales y partidos políticos para disputar, conservar y controlar el poder.

Al hacer el recuento de los acontecimientos violentos en este pueblo, iniciaron con la integración al partido mayoritario en la década de los 1940s por la defensa de los jornaleros, se convirtió en la formación de una elite Chamula que se apoderó del ayuntamiento municipal. Posteriormente la pugna de maestros indígenas en la disputa por la presidencia y las relaciones con el gobierno a través de sus instituciones. El conflicto político religioso que encontraron en los partidos apoyo y que de fondo tenían la disputa por la presidencia municipal. Al manejar programas y proyectos gubernamentales a partir de la década de los años 1970s, se desarrolló una alianza entre las formas tradicionales del poder con el sustrato de la religión maya contemporánea y las formas del sistema político nacional. En suma la intervención del sistema de partidos, que representa una imposición sobre las formas tradicionales de la organización comunitaria de los pueblos.

Las tensiones sociales que se viven a diario en varios municipios indígenas, articulan problemáticas que tienen que ver con la ausencia de justicia y la impunidad de cientos de asuntos que no se han resuelto. sino solo se han pospuesto.

Esta historia no es reciente, pues los conflictos en la región son la acumulación de agravios que ha conducido a que en estas comunidades se haga justicia por propia mano.

La solicitud de licencia definitiva de cuatro presidentas municipales electas por el voto popular, Oxchuc, Chanal, Tila y Chenalhó –esta última en litigio en TRIFE- y al asesinato tumultuario del presidente municipal de San Juan Chamula.

A los pueblos se les impuso la vida partidaria, dejándoles solo los procedimientos de impugnación establecidos en las normas electorales. Mientras que la tradición de elección de sus autoridades mediante el acuerdo de la asamblea, acuerdo al fin y al cabo.

La trayectoria política de Domingo López González estuvo siempre ligada al Ayuntamiento Constitucional, fue mayol (policía) y tuvo otros cargos en la presidencia. Fue actor de los acontecimientos que llevaron a la destitución de Domingo López Santiz en el 2007 y fue interino “oficial” de este. Candidato y presidente electo por el PRI en el periodo 2008-2010. Al final de su periodo y aunque pidió licencia para ser candidato a diputado en una alianza PRD-PAN, pero impulsada por el gobierno de Juan Sabines. Ganó la elección pero la perdió en los tribunales por seguir en funciones en la presidencia a la vez que era candidato a la diputación. En consuelo, el gobierno de Sabines lo nombró asesor en la Secretaría de Pueblos y Culturas Indígenas del gobierno del Estado hasta el 2012. Se dedicó a trabajar en los negocios en la construcción que había hecho en su paraje, Yitik, principalmente un banco de arena y materiales de construcción. No dejó de hacer política, sobre todo que uno de sus rivales, Dagoberto Hernández Gómez, actual secretario de Pueblos y Cultura Indígenas, fue quien le sucedió en la presidencia municipal. Su regreso bajo la bandera del PVEM rompió con una tradición y que terminó dividiendo y confrontando a las comunidades del pueblo Chamula. Su vida refleja una vida política articulada a las formas de hacer política en el sistema político nacional. Su mayor error, dicen los propios chamulas, haberse aliado con los evangélicos expulsados de ese municipio en los años 1990s, entre ellos el propio Síndico asesinado, Narciso Lunes Hernández, y los hermanos Manuel y Javier Collazo Gómez, este último líder municipal del PVEM.

Al nuevo alcalde o presidente municipal sustituto de San Juan Chamula, Mateo Gómez, un joven de 30 años, no se le augura mucho futuro, toda vez que forma parte del mismo equipo del PVEM.

El daño que se le ha hecho a los pueblos indios con el sistema de partidos ha quebrantado la unidad de las comunidades. Han hecho leyes al margen de la opinión y consideración de los pueblos indígenas. Mientras se les siga considerando sólo como reserva de votos, con todas las implicaciones que tienen las contiendas electorales, los conflictos perdurarán y escalarán a situaciones de mayor envergadura. Hoy han pintado de blanco la presidencia de chamula, dicen que en señal de paz, tratando de borrar lo verde. Se comenta que el sustituto del presidente asesinado, un joven ,“no tiene futuro dado que forma parte del mismo grupo, del PVEM. Se repite el error de aliarse con evangélicos y con los hermanos Manuel y Javier Collazo”.

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