Unos treinta sirios menores de edad fueron víctimas de abuso sexual en el campo de refugiados de Nizip, en Turquía, por parte de un miembro del personal de limpieza durante tres meses.
La denuncia se realizó el pasado septiembre, aunque no todas las familias han acusado lo sucedido por temor a que se pueda perjudicar su situación en Turquía como refugiados.
El comportamiento del presunto autor de los abusos, identificado con las siglas E.E, fue lo que llevó al personal militar del campo a comenzar sus desconfianzas sobre él.
E.E fue detenido y confesó en los interrogatorios del cuerpo militar y el fiscal los abusos y violaciones, afirmando que «los niños le animaban» y que pagaba a sus víctimas entre 1.5 y 5 liras turcas (0,45 y 1,5 euros), para que estos no acusaran los abusos.
Con información de agencias