Ciudad de México | Desinformémonos. Alrededor de 800 familias indígenas nahuas huyeron de la inseguridad y la violencia que azota a las comunidades de Chilapa de Álvarez en la Montaña Baja de Guerrero, informó el Centro Regional de Derechos Humanos José Ma. Morelos y Pavón.
Entre los desplazados hay indígenas de Tepozcuahutla y Ahuihuiyuco, así como de Lodo Grande, y Tepehuizco, del municipio de Chilapa de Tetilán. “También las hay de Tlaltempanapa, del vecino municipio de Zitlala. Son en realidad más de 800 familias desplazadas en esa región”, señaló el Centro.
El representante del Centro, Manuel Olivares Hernández, aseguró que las familias que han regresado “son mínimas, y en condiciones no de plena seguridad”, lo que desmiente al informe del gobierno estatal que aseguró que la mayoría de los indígenas habían vuelto a sus comunidades. “No es ni la mitad de las familias desplazadas las que regresaron a sus pueblos”
Explicó que las familias que regresaron lo hicieron por la necesidad de sembrar sus tierras, “y en el peor de los casos, porque no tuvieron dónde refugiarse ante la falta de una estrategia por parte del gobierno estatal para atender este problema del desplazamiento forzado”.
Indicó que la población a veces no quiere regresar a su pueblo por el miedo a la violencia, pero se ven obligadas a volver “ante la falta de oportunidades de vivienda y de trabajo”. La gente espera que regrese la mayoría para que puedan regresar también, dijo.
Olivare Hernández recordó que en Guerrero está vigente la Ley 487 que abarca la prevención y atención del desplazamiento interno, pero que ésta “es una ley general que no está reglamentada, por lo tanto no hay una instancia que atienda este tipo de problemas”.
Por último, explicó que las familias desplazadas están dispersas y que por ello el Centro las busca en diversos barrios de Chilapa, e incluso en Chilpancingo y Acapulco.