El 23.5 por ciento de la población urbana de América Latina y el Caribe vive en asentamientos irregulares, que representa a 111 millones de personas según el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat).
A través de un informe, el organismo resaltó la inexistente reducción de la desigualdad en la región, y reveló que al menos un tercio de las ciudades latinoamericanas vio incrementarse la población que vive en condiciones precarias, mientras que en 15 por ciento no tuvo variación alguna.
Entre los problemas que enfrentan quienes viven en los asentamientos irregulares o “tugurios” están la falta de acceso a los sistemas de transporte y servicios domésticos de calidad, “invisibilidad” ante la seguridad de la tenencia de la tierra, hacinamiento, inseguridad, violencia, segregación espacial y desigualdad.
ONU-Hábitat señaló que en las ciudades latinoamericanas la segregación “no sólo radica en que ciertas minorías étnicas o nacionales se ubiquen en espacios diferentes, sino que esos espacios están estratificados en términos de servicios, seguridad y prestigio”.
“Además de abatir rezagos, crear seguridad, reducir carencias y aumentar capacidades, las urbes también deben ampliar oportunidades y distribuir los beneficios del desarrollo a fin de reducir la brecha que separa a los ricos y a los pobres”, señala el documento.
Con información de La Jornada