El cantante y compositor Juan Gabriel murió el domingo 28 de agosto en Santa Mónica, California, a los 66 años de edad, previo a un concierto en Estados Unidos. Para el 12 de noviembre próximo estaba contemplada su presentación en el zócalo de la Ciudad de México.

El Divo de Juárez falleció a causa de un infarto a las 11:30 de la mañana, de acuerdo a los informes de la prensa, pero la noticia circuló horas después. Los principales medios de comunicación en América Latina difundieron la noticia en sus principales espacios con programaciones especiales.

El nombre real de Juan Gabriel fue Alberto Aguilera. Nació en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950. Sus canciones alcanzaron fama internacional en voz de múltiples cantantes, tales como Rocío Dúrcal, Marc Anthony, Maná, Thalía, Ana Gabriel, Angélica María, Lucha Villa, entre muchas otras. Baladas, rancheras, pop, norteña, salsa y huapango son algunos de los géneros que abordó en sus mil 800 composiciones, muchas de las cuales fueron traducidas al inglés, francés, italiano, turco, ruso, entre otros.

Su disco «Recuerdos», está catalogado como el más vendido en toda la historia en México, con más de 16 millones de copias. En dos ocasiones pisó el Palacio de Bellas Artes con polémicos conciertos porque llevó el pop al máximo recinto del arte en México.

El músico mexicano logró consolidarse como uno de los principales autores e intérpretes de la música popular en todo el mundo, con canciones como La Diferencia, No tengo dinero, Querida y Siempre en mi mente.

Su evidente homosexualidad jamás fue confirmada por él, pero fue ícono indiscutible de mundo gay. En el escenario siempre hizo lo que quiso, enfrentando a las buenas conciencias y conquistado al público masivo. «Lo que se ve no se juzga», fue la única respuesta que dio cuando se le cuestionó sobre su sexualidad.

El escritor Carlos Monsiváis, fallecido en 2010, caracterizó a Juan Gabriel en el libro Escenas de pudor y liviandad (1981), como una “institución» nacional, por haber triunfado en un mundo masculinizado y lo equiparó  con Salvador Novo: “A los dos, una sociedad los eligió para encumbrarlos a través del linchamiento verbal y la admiración. Las víctimas consagradas. Los marginados en el centro.”