Además de las persecuciones políticas, las torturas y las desapariciones, los militares que sumieron a la Argentina en una dictadura entre 1976 y 1983, practicaron sistemáticamente la apropiación de los bebes de los militantes a los que detenían. Desde la vuelta a la democracia, la organización Abuelas de Plaza de Mayo ha concentrado sus esfuerzos de lucha contra la impunidad de aquellos, buscando a sus nietos injustamente apropiados.
“Quiero verlo, quiero conocerlo, tengo amontonados 39 años”, dijo Delia Giovanola, la feliz abuela, una de las doce fundadoras de la organización, que logró recuperar finalmente a su nieto, Martín.
El muchacho es hijo de Jorge Ogando y Stella Maris Montesano, militantes del PRT-ERP, secuestrados y asesinados el 16 de octubre de 1976 por un “grupo de tareas” – encargados de los secuestros de los militantes, así como de la “gestión” de los centros clandestinos de detención – compuesto por militares y policías.
“Yo lo esperaba chiquito y ahora encuentro un hombre. Estoy feliz de decir misión cumplida. Empieza otra etapa de conocernos, de querer estar con él. Apenas hablamos por teléfono. Me llenó de alegría, mejor no pudo haber sido el inicio de la relación, con mucho humor de parte de los dos.Así como soy yo, le dije todo lo que quería abrazarlo y estrujarlo y él se reía”, relató Delia esta mañana a Radio del Plata, de Argentina. “Me preguntó si yo trabajaba en abuelas, y le dije que era fundadora. Era todo nuevo para él también”, contó.
“Se imaginarán la alegría que tenemos las abuelas”, dijo Estela de Carlotto, referente de la organización, que recuperó a su nieto – el pianista Ignacio Hurban – a mediados del año pasado. Carlotto relató que fue un encuentro sorpresivo ya que el muchacho (el nieto recuperado) se acercó por sí mismo a la organización. “Delia es una mujer que tuvo una vida muy dura, perdió a su único hijo, también a su nieta, la hermana de este muchacho. Ahora va a tener su reparación. Fue algo muy lindo que este la haya buscado, que él haya recurrido a abuelas”, explicó Carlotto, en radio Continental, de Argentina.
Las abuelas recaban la información, que luego derivan al Estado. “El banco que tenemos es estatal y tiene una perfección tremenda en la identificación. Nos permite estar tranquilas de no equivocarnos”, contó. “El banco” al que refiere Carlotto, es el Banco Nacional de Datos Genético, y fue producto de la puja que estas mujeres llevaron durante décadas. “Es un trabajo institucional de años de porfía”. Lo explican así: “En el constante peregrinaje de las Abuelas por todo el mundo, tratábamos de saber si existía algún método específico para determinar la filiación de un niño en ausencia de sus padres”. El método que utilizan fue diseñado en el Blood Center de New York, y lleva por nombre “índice de Abuelidad”
“Esperemos que prontito pueda conocerlo, las que ya hemos tenido la alegría de encontrar a nuestros nietos sabemos
por lo que Delia está pasando. Y por las que no lo han encontrado aún, estamos empeñadas en continuar día a día, sin pausa, en esta búsqueda de los que faltan”. Las Abuelas estiman que restan encontrar alrededor de 400 nietos más, que no conocen su verdadera identidad.
“Hay que pensar que Martín es un adulto, con familia y que está lejos. Todo dependerá del proceso que este muchacho vaya haciendo con su propia familia. Le espera un cambio de vida”.
