Foto: Los soldados israelíes discuten con una mujer palestina durante los enfrentamientos en una protesta contra la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, Hebrón, 10 de diciembre de 2017. (Wisam Hashlamoun / Flash90)
Los visitantes que por primera vez ven al asentamiento judío en el antiguo centro de la ciudad de Hebrón pueden sentir que han entrado en el corazón de la oscuridad. Aquí es donde las políticas de la ocupación militar israelí han alcanzado el pináculo de la barbarie: se despliegan regimientos de soldados para proteger a 700 colonos judíos que viven en un enclave que se ha convertido en un sitio de colapso urbano como consecuencia de las medidas de seguridad del ejército. Los 200,000 palestinos residentes de la ciudad no pueden hacer nada para contrarrestar las medidas opresivas que hacen que sus vidas sean insoportables.
En Hebrón, el ejército ha destruido o sellado las casas de la era mameluca que bordean el llamadoWorshipers Way, un sendero reservado exclusivamente para los colonos judíos como su ruta a la Cueva de los Patriarcas. La calle Shuhada, una vez el bullicioso centro comercial de todo el sur de Cisjordania,resuena el silencio; los comerciantes han abandonado sus tiendas y casi todos los residentes se han ido. Tampoco es posible ignorar las docenas de checkpoint (puntos de control militar) equipados con avanzadas tecnologías de reconocimiento facial. Estas iteraciones del siglo XXI de las fortalezas medievales mantienen el asentamiento judío separado del resto de Hebrón.
Algunos palestinos han permanecido, aunque sus vidas son controladas y administradas por las fuerzas de seguridad israelíes. Casi todos dicen que habrían abandonado el pueblo fantasma en el que Israel los ha atrapado hace mucho tiempo, si tan solo pudieran. Cada actividad diaria, ir a la escuela o al trabajo, visitar y recibir visitas de familiares, asistir a eventos familiares, incluso ir de compras, implica hacer fila en los checkpoints y ser sometidos a un tratamiento humillante.
Soldados, policías y colonos cometen actos de violencia contra los palestinos casi todos los días, con una impunidad casi total. Los soldados someten a los palestinos a búsquedas humillantes, allanan sus hogares en medio de la noche y llevan a cabo arrestos falsos. Todos estos son aspectos comunes de la ocupación en su conjunto, pero en Hebrón son mucho más intensos.
En 2007, Hagai Alon, entonces ayudante del ex ministro de Defensa Amir Peretz, indicó que el objetivo de estas políticas era «vaciar a Hebrón de los árabes», en otras palabras, desalojar a la población civil por la fuerza. Según el derecho internacional humanitario, el traslado forzoso de una población civil es un crimen de guerra.
El modelo de Hebrón no es único. Las fuerzas de ocupación utilizan las mismas tácticas en toda Cisjordania, en diferentes medidas, pero con el mismo objetivo: el despojo cada vez más violento de los palestinos de sus hogares y tierras. Asentamientos, checkpoints y muros se están cerrando en los principales centros urbanos palestinos, al igual que en aldeas como Susiya y Khan al-Ahmar. Los residentes de estas dos aldeas particulares también enfrentan la amenaza de expulsión en un esfuerzo por obligarlos a entrar en enclaves más grandes. Lo mismo está sucediendo en el Valle de Shiloh, el bloque de asentamientos Talmonim, entodo el Valle del Jordán, donde han surgido puestos de avanzada, en Jerusalén Este, alrededor de Belén y en el sur de Cisjordania. En otras palabras, está sucediendo en todas partes.
Los mejores y más brillantes de Israel han intervenido en esta injusticia: jueces de la Corte Suprema, altos funcionarios militares y de establecimiento de seguridad, miembros del Abogado General Militar y la Oficina del Fiscal del Estado, y, por supuesto, políticos de izquierda y derecha. Todos han tolerado la violencia, en Hebrón y en todas partes en Cisjordania. Todos han legitimado el despojo de los palestinos y el robo de sus propiedades, y no solo en Hebrón. Todos han apoyado la continua opresión de los palestinos, incluso después de que los efectos atroces de esta política se pusieron de manifiesto.
A los colonos les gusta decir «Hebrón: entonces y para siempre». Pero Hebrón es mucho más que eso: está aquí, allá y en todas partes. Abre los ojos en Hebrón y verás todos los territorios ocupados.
Acerca del autor: Eyal Hareuveni es investigador de B’Tselem. Este artículo fue publicado por primera vez en hebreo en Local Call. Léelo aquí.
Fuente Original: Open your eyes in Hebron and see the whole of the occupation
Fuente: Eyal Hareuveni, +972 Magazine / Traducción: Palestinalibre.org
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