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A propósito de las radios comunitarias y el monopolio de frecuencias

Redacción Desinformémonos / Prensa Comunitaria

Hace unos años escribimos este diálogo y reflexión sobre las radios comunitarias (2012); lo hicimos inspirados por eso que queremos aquí en Guatemala, un país sano y el espíritu de la comunicación como expresión crítica de la información. La actual coyuntura política nos lleva a sacarlo del cajón electrónico y ponerlo en la lectura de este medio para su análisis y discusión, porque mucho de lo que dialogamos en ese momento, es ahora sometido al juicio de la opinión pública; sobre todo porque ahora la cámara apela a la descripción que hace la UNESCO sobre las radios… lo invitamos a discutir a través de este medio entonces… adelante paisano y paisana…[1]

 

Las radios comunitarias: expresar la diversidad de Guatemala

 

Por Carmen Reina, Jesús Hernández y Elmer Ponce.*

 (Una reflexión desde la producción del Programa “El Paisano: porque usted y yo queremos un país sano: ¡El Paisano!”, Radio Sayaxché, UYUYUY, Guatemala)[2]

  • Las radios comunitarias, tan cercanas y cotidianas

Poco a poco amanece en el altiplano de Guatemala. Vamos haciendo el recorrido desde el Occidente del país hacia la Ciudad Capital. Es una mañana hermosa en la provincia. Mientras tanto, los paisanos que transitan por la carretera, con este bello paisaje, aprovechan para escuchar alguna radio. Seguramente alguna “emisora comunitaria”.

Paisano: ¡No, esperá! , escuchemos un rato esa radio que se oye.

 Paisana: Pero si sólo tiene música. La verdad, es que no me gusta esta música

 Paisano: A ver, pongamos otra…

 Paisana: Mmm, ¿qué querés, evangélica o católica?

 Paisano: Oì, el idioma que habla…

 Paisana: ¿Y así para qué sirve? Mejor que ni hablen; porque si es mitad de uno y de otro,pues no estamos haciendo honor al idioma de la comunidad…y la verdad, ¡ni se entiende!

 Paisano: Pero si lo vemos desde el lado positivo, pues iremos recuperando poco a poco nuestro idioma. Ese es un gran reto, aprender a hablar y escribir bien el idioma de nuestros padres.

El viaje de esa mañana de los paisanos permite constatar la coexistencia de múltiples emisoras que se interponen en el dial, unas a otras. Esto ocurre en las diferentes localidades y comunidades de Guatemala. Así, existe un “conflicto” de terminología y/o asuntos jurídicos entre el uso de las frecuencias radiofónicas en Guatemala y lo que hoy llamamos “radios comunitarias”. El abanico de posibilidades que se abre sobre estas radios es muy amplio. Se parte desde radios religiosas: evangélicas, católicas; también hay radios de música regional, información local, comunitaria o únicamente de saludos. Algunas otras tienen programas educativos o de reflexión social y política. No existe un solo modelo de radio comunitaria, sino que son “las radios comunitarias”, en su diversidad. Lo que tienen en común es que surgen por iniciativa de una persona, o grupo de personas de una localidad y por lo general, se encuentran fuera de la lógica del monopolio de las frecuencias, en su mayoría controladas por grupos empresariales lucrativos en el país.

  • Guatemala, un país desigual con rostro maya

Como la “Guatemala multilingüe, multiétnica y pluricultural” la definieron los Acuerdos de Paz y también las investigaciones y escritos de los últimos 15 años de vida política y social  de este país. Sin embargo, es una realidad mucho más cruda y compleja: más de 7 de los 14 millones de habitantes estimados, sobreviven bajo los embates del hambre, de enfermedad, de despojo y de muerte.

La población campesina pobre, indígena o mestiza, es quien vive esta realidad que muestran las investigaciones e informes de las y los expertos. Sobreviven con uno o dos dólares diarios (más o menos 8 quetzales, moneda nacional). La mitad de la niñez guatemalteca, especialmente indígena, padece de desnutrición crónica. Y ante esto, las políticas de los distintos gobiernos sólo han actuado de manera asistencialista y paliativa. Ahora aparece un nuevo intento, que supone mejor atención a la nutrición salud y educación de la niñez en los departamentos de Huehuetenango, San Marcos, Quiché, Sololá, Cobán con el arranque del programa “Hambre Cero” (febrero 2012). Lo lamentable es que se focalizará sólo en los primeros dos años de vida. Se puede preguntar: ¿qué sucederá después con las niñas, niños y sus familias?

Día a día, todo está comenzando y reconstruyéndose en este país. La tierra se vuelve a concentrar en pocas manos, hay crisis en el campo y pérdida de las cosechas. Una tormenta se torna un verdadero desastre; las lluvias causadas por las tormentas E12 muestran nuevamente la vulnerabilidad de las comunidades, de la infraestructura de las carreteras y de sus escuelas. Todo se cae, se descompone, se arruina. Es la muestra de la corrupción y del clientelismo político.

La población guatemalteca es heredera de un cruento Conflicto Armado Interno. A esto se suma la historia de dictaduras militares, autoritarismo, corrupción y malos gobiernos. Hablar de memoria e historia en este país se “ve mal”, se condena; irrita y pone a rascar la cabeza de los responsables de tantas masacres que se cometieron en este país. Se quiere ocultar o negar una dura realidad, para que la opinión pública y a las mismas comunidades piensen que aquí “no hubo genocidio”.

Respecto a la gobernanza de los recursos naturales, pilar del desarrollo, se han hecho más de 60 consultas comunitarias y consultas de buena fe, donde se ratifica que las comunidades NO quieren más explotación de los bienes naturales y alzan su voz para que se respete su derecho a decidir sobre el desarrollo que se impulse en sus territorios. Sin embargo, las autoridades de gobierno hacen caso omiso de este derecho de los pueblos y someten al país al servicio de las empresas nacionales y transnacionales.

Muertes violentas, femicidios, asaltos, niños y niñas que trabajan en un país donde los adultos no consiguen empleo. Militares que vuelven a tomar el control de la seguridad pública, en medio de carteles del narcotráfico que se expanden en el comercio de la droga en el país. Además, persecución y criminalización a las personas que se atreven a alzar su voz y a defender los más elementales derechos humanos.

Ante tremenda desigualdad, la población guatemalteca sabe seguir luchando cotidianamente con la esperanza de un mejor mañana; o por lo menos, “asegurar la comida del día siguiente”. Ya aprendió a enfrentarse con la crisis de la seguridad, de la violencia y delincuencia. Se aferra a la vida. En medio de todas las noticias que evidencian la dura realidad, las guatemaltecas y guatemaltecos están acostumbrados a “reír y luchar”.  Así decía un psicólogo social que entrevistaba la prensa escrita hace unos días.

Pero también hay otra característica de la gente en Guatemala: el silencio profundo, que muestra las secuelas de la desconfianza, del miedo y de la inseguridad que ha permeado a esta sociedad. Es común escuchar: “mejor no hablés, no te metás en babosadas”, como una advertencia al terror sobre la represión que ha sido una costumbre, un hábito naturalizado en esta sociedad.

  • Y en medio de todo, las radios comunitarias….

Paisano: Vos que oís radio, ¿creés que las emisoras deben hablar  y mantenernos al tanto de esto que vive el país?

 Paisana: Yo digo que sí. Solo fijate que debemos trabajarlo de manera distinta a como lo tratan las radios de noticias. Si te fijás, siempre tienen la culpa los pobres. O porque tenés dinero de la cooperación, entonces provocás estos dolores de cabeza para ellos, los poderosos.

 Paisano: ¡Tremendo lo que hacen los medios de comunicación!, ¿verdad? Parece que están al servicio del que paga y da más. Y cuando tenemos un poco de espacio para hablar sobre las consultas, sobre el derecho al territorio, pues se nos acusa de que estamos en contra del desarrollo…

 Paisana: Y pará de contar, porque si hablamos de discriminación o de genocidio… ja! por lo menos aceptan que hubo “matazones”…

Uno de los señalamientos -y nada halagadores- que han tenido las radios comunitarias para deslegitimarlas y restarle su aporte a la sociedad guatemalteca, ha sido la falta de una producción y contenidos que partan de las necesidades de la misma comunidad. Por ejemplo, ¿cuánto espacio para hablar de la salud, de la educación, de la justicia, de la religión o espiritualidad, de las autoridades locales, de las relaciones de equidad entre hombres y mujeres hay en las actuales emisoras comunitarias? Indudablemente que el equilibrio de la información, la formación, y el entretenimiento tienen como principal punto de partida “la creatividad” de los que “hacen radio”, en este caso, los comunicadores sociales.

Paisano: De repente tiene razón el paisano que te comentó eso vos, porque toda esa parte se transportó al dial y lo ha llenado. El problema es que se crea interferencia y como que causamos más ruido que la verdadera intención de comunicar.

 Paisana: Vos sabés lo difícil que es hablar de redes y organizaciones sociales en Guatemala. Se intentó y todavía hay espacios en las formas de organización que hoy tienen las radios comunitarias; porque sin eso, tampoco hubiese avanzado mucho la iniciativa de ley 40-87, que está engavetada en el congreso, y eso que está en segunda lectura… dicen.

 Paisano: Bueno, en eso sí que tenés razón, las formas de organización y creación de redes está ayudando a definir mejor el papel de las radios comunitarias. Como que dijéramos “qué radios para qué sociedad”

Paisana: cabal, aquí es donde las radios comunitarias deben ayudar mejor al encuentro de la comunidad, porque da el espacio para que se expresen, hablen y participen…

Hemos seguido la pista de las formas de organización que han tenido las radios comunitarias, y descubrimos que hubo una gran etapa de producción conjunta a nivel nacional hace unos años atrás (2000-2006). En esos tiempos, se logró transmitir en formatos radiofónicos radionovelas, cuñas de sensibilización y concientización de temas que afectan la vida de la población. Este esfuerzo se esfumó con los años, para dar paso a temas de interés más local. Hoy día quedan pocos intentos de incidencia nacional.

Paisana: Ahora que me hablás y me comentás esto, recuerdo lo que un paisano me dijo hace unos días: ‘hace unos años atrás, muchas comunidades tenían los megáfonos puestos sobre el techo de la casa. La bocina a todo volumen, porque llegaba el pastor, el cura, o la hora de la reunión comunitaria; era pues, la necesidad de comunicar a todos los vecinos la importancia de la actividad que se realizaba. Eso mismo está pasando ahora, porque todos quieren tener su emisora…’

  • Radios piratas, criminales… ¿ o criminalizadas?

 -Paisano: ¡Oí lo que dicen!: “mi papá está en la cárcel, porque tenía una radio pirata”….

-Paisana: esa propaganda no me gusta, porque da a entender que todas las radios comunitarias son piratas, ilegales….

En un foro de radio realizado hace unos meses en la Ciudad Capital de Guatemala, las y los periodistas tenían como tema central “las radios comunitarias”. Decían que “era una ilegalidad lo que estaban cometiendo al interferir e interrumpir la transmisión en las demás frecuencias”. Sumaban a esta señalización, que los dueños de estas emisoras son empresarios, incluso políticos, diputados; y que ‘muy pocas’ cumplían con el verdadero fin de ser comunitarias. Por tanto, “¿qué persiguen con esta interferencia?”

Alrededor de todo el país, sin tener datos exactos, se menciona que hay cerca de 500 emisoras comunitarias. Es un número exagerado, si partimos de que en el año 2006 que anotaban 250 emisoras y más de 300 en el 2009. En este sentido, el representante de las radios comunitarias, expuso ante la alta comisionada de los derechos humanos que visitó Totonicapán (13.03.12), la existencia  de 80 radios comunitarias que son perseguidas, allanadas y puesto en la cárcel a su personal.

Aparte de haberse organizado y conformado en asociaciones, las radios comunitarias siguen luchando porque se les conceda la frecuencia para operar. La iniciativa de ley 40-87 tiene un amplio historial de discusiones, consensos y trabajo tesonero para hacer que el Estado garantice su transmisión a favor de la comunidad.

Sin embargo, la Cámara de radiodifusión de Guatemala ha lanzado en dos ocasiones la campaña contra las radios piratas. La campaña dice: “que el negocio es bueno; tan honrado que parecía. Hay una gran diferencia entre una emisora autorizada legalmente para el servicio de la comunidad y una radio pirata, que es utilizada para hacer negocios particulares o políticos”. Luego cierra con una recomendación: “cuidado, ya que operan clandestinamente y roban frecuencias y no pagan impuestos…”

 Aquí el problema es que las frecuencias disponibles en Guatemala son controladas por un monopolio de empresarios nacionales y extranjeros. Por más esfuerzos que puedan hacer las comunidades, jamás conseguirán “legalmente” una autorización para registrar una radio comunitaria. Esto es contrario al Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, parte de los Acuerdos de Paz, donde el Estado suscribió el compromiso de promover radios comunitarias para las comunidades y pueblos originarios.

Tal como lo señalan jóvenes del municipio de Comalapa, Chimaltenango, a quienes les fuera clausurada una radio comunitaria: “Este medio de comunicación ha llenado un espacio que las emisoras privadas al servicio de los empresarios y del capitalismo, jamás han dado ni darán a la población. La juventud durante mucho tiempo ha sido excluida; si sale a las calles a reclamar sus derechos es reprimida por las fuerzas represivas y cuerpos clandestinos, si reclama espacios políticos no es tomada en cuenta, si realiza actividades artísticas no recibe apoyo, si hace escuchar su voz,  los medios de comunicación son cerrados por los gobiernos y su voz, callada”.

Ya en el año 2012 se han observado actos intimidatorios que han suscitado respuestas por parte de las radios comunitarias. Un ejemplo es esta cuña radial: “Miembros del Movimiento Nacional de Radios Comunitarias de Guatemala se defienden de la campaña radial que la Cámara de Radiodifusión Guatemalteca transmite en varias emisoras del país, comparando la radiodifusión comunitaria con la narcoactividad y el robo, y a los comunicadores con delincuentes…

  • Y vos, ¿qué pensás?

Platicando con una joven k’iche’…

– ¿Qué pensás de los programas de radio que escuchás?

 -Hay música y mensajes de las personas o grupos que piden se lean para la población. Te hacen el favor de pasar algún mensaje que les llevés.

 ¿Escuchas solo música o también “le ponés coco” a los programas que hablan de los problemas en el país?

 -¡Ah, no me da mucho tiempo para oírlas!, pero dicen que sí informan un poco lo que está pasando en el país.

 – ¿Vos qué sabes de la radio comunitaria y de la radio comercial?

-Para mí la radio comunitaria es la que se oye en el pueblo y sus alrededores. Hablan en el idioma k’iche’. Pero no sé de la radio comercial ¿cuál es? Porque yo oigo radios que vienen de la capital, que tienen deporte y música o la noticia. Pero oigo muy poco radio, por el trabajo que tengo. Eso sí, si oigo música que está buena, pues me quedo con esa emisora…

El país tiene 25 idiomas: 22 idiomas mayas, 1 garífuna, 1 xinca y español. Las emisoras que transmiten los programas en el idioma propio de la región son muchas. Ese mosaico de lenguajes le da la riqueza que este país se merece. En el idioma propio de la comunidad, las radios trasladan el mensaje para que se involucre más a la población en las decisiones que le afectan a sus relaciones sociales. A pesar de la debilidad que supone no utilizar los idiomas mayas con corrección, se trabaja fuertemente por la recuperación del idioma y se hace todo un esfuerzo en producción para informar a los oyentes sobre los principales problemas que aquejan a la población.

¿Y vos, qué pensás de las radios que hablan o comunican los principales problemas del país desde el idioma maya de la región? Tendrás tu opinión porque también hablás, ¿no? Que sos un radio hablante y no un radio oyente.

  • Una emisora que da la Palabra

Se han organizado foros y debates sobre radios comunitarias en distintos espacios de discusión desde las universidades y desde las organizaciones que apoyan al pueblo maya. La conclusión fundamental es que no se debe criminalizar el ejercicio de libertad de expresión, un derecho humano universal. Además, estas emisoras son una herramienta de gran ayuda y apoyo para las comunidades y muchas veces, el único medio con el que cuentan para expresar públicamente su voz. De los principales temas de discusión, resaltan los siguientes:

  1. Las radios comunitarias deben considerarse como un derecho de los pueblos originarios y de las comunidades para expresarse desde su idioma y su cultura, para informar y formar sobre la realidad nacional. Mucho del contenido aborda el desarrollo local, la cosmovisión y educación o aspectos tan urgentes y necesarios en el municipio o país. El argumento mayor es la libertad de expresión, con la radio local como medio, y el ejercicio de los derechos de los pueblos indígenas reconocidos por los Acuerdos de Paz. Es evidente que el poder no reconoce esto. El Congreso de la República ha tenido una rápida respuesta para legislar a favor de Títulos de Usufructo de Frecuencias de las radios ya “legalizadas”, parte del monopolio empresarial, para 25 años. Mientras, el derecho de las radios comunitarias todavía no avanza en el proceso legislativo.
  1. Sobre la organización de radios comunitarias en Guatemala: existe AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias), que congrega a algunas asociaciones que están repartidas en el Occidente, Norte y Centro del país. La estrategia de la red para comunicar y luchar juntos es necesaria en esta etapa política.
  1. Sobre los contenidos y programación: sigue siendo el desafío principal de las emisoras comunitarias reflexionar en relación a la contribución de temas y espacios que hacen a favor de sus comunidades y del país. Es innegable que los distintos programas que producen, influyen en la vida comunitaria. Unido a ello, se destaca la importancia de la formación que deben desarrollar para ir mejorando en técnicas y producción de contenidos. Tienen un gran potencial para crear alianzas y articulación en temas de riesgo, consulta, violencia, seguridad, participación ciudadana.
  1. La lucha de las radios comunitarias no está ajena al resto de las acciones de los movimientos sociales y pueblos indígenas por democratizar todas las esferas y campos de la sociedad y de lo público en Guatemala. Por esta razón, es necesario fortalecer las alianzas y los vasos comunicantes para que de manera conjunta se impulsen acciones bajo el lema de que el derecho a comunicar sea de todos y todas, no de unos cuantos en Guatemala.

…y ya llegando a la siguiente comunidad….

Paisano: Bueno, nos quedamos aquí, para seguir platicando sobre las radios comunitarias.

 Paisana. Las radio hablantes, diría yo. Porque damos la palabra, involucramos a la comunidad…

 Paisano: Es radio hablante porque tiene a todas y todos los que trabajan por un país sano…

 Paisana: Porque usted y yo queremos un país sano…

 Paisano: Hasta pronto paisanos y paisanas…

 Fuentes de consulta:

  1. Prensa Libre: diálogo: “no se darán obras por clientelismo”, pag. 4 y 5, 12 de febrero de 2012;
  2. ElPeriodico: Conversación: “tenemos muchos rasgos de normalidad a pesar de la situación tan difícil que vivimos”; pág. 4 y 5; 19 de febrero de 2012; “me indigna que se afirme que en Guatemala hubo genocidio”, pág.6 y 7; 26 de febrero de 2012
  3. http://amarcguatemala.blogspot.com/search/label/radios%20comunitarias
  4. informe de desarrollo humana, informe desigualdades, 2010.
  5. radialistas apasionadas y apasionados
  6. Día mundial de la radio, cita incorporada para este radioclip el 17062016:http://www.unesco.org/new/es/unesco/events/prizes-and-celebrations/celebrations/international-days/world-radio-day-2014/about-world-radio-day/why-world-radio-day/
  7. fotografías de Carmen Reina y Jesús Hernández.

[1] Nota de los autores, 17 de junio de 2016

[2] Hoy este programa de radio ya no está más al aire.

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