12 de diciembre no se olvida: cese a la ola represiva contra la normal de Ayotzinapa

Tlachinollan

Después de la movilización por dos estudiantes de Ayotzinapa ejecutados el 12 de diciembre de 2011, policías estatales abrieron fuego contra los normalistas, dos de ellos fueron golpeados. Nuevamente la represión policiaca muestra el rostro autoritario de un estado golpeado por la violencia estructural, y con antecedentes de políticas de contrainsurgencia que ha dejado una estela de desaparecidos y asesinados.

El día de ayer, estudiantes normalistas de diferentes estados del país, organizaciones sociales y colectivos de desaparecidos se manifestaron en la autopista del Sol tras cumplirse 11 años desde que los estudiantes Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús fueron ejecutados el 12 de diciembre del 2011 por policías estatales y federales.

Realizaron una marcha que salió del caballito al Parador del Marqués, en la capital del estado. Las y los normalistas llevaban carteles con el rostro de los dos normalistas asesinados a mansalva. Las pintas durante la movilización estaban centradas en el «12 de diciembre no se olvida». Las consignas hacían eco en las calles, rebotaban en las cloacas de las instituciones encargadas de hacer justicia porque desde el 2011 no ha habido ni un responsable detenido. Los estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa su única exigencia es justicia para las familias.

Los familiares de los estudiantes caídos han esperado años para que se haga justicia. Sin embargo, las autoridades han estado ausentes, no hay oídos ni miradas para los hijos de campesinos e indígenas.

El contingente, al llegar al punto donde fueron ejecutados los dos normalistas realizó un mitin. El abogado de Tlachinollan, Isidoro Vicario, señaló también que se cumplen 11 años de impunidad ya que hasta el día de hoy no hay ningún responsable material procesado que haya participado en la represión, ni funcionario que haya dado la orden y autorización para que sus elementos dispararan, esto a pesar de que se hizo una reconstrucción de los hechos para identificar las corporaciones policiacas que participaron durante la agresión a los estudiantes.

El caso sigue sin aclararse, aun cuando dos elementos de la policía ministerial fueron detenidos, no obstante, más tarde salieron en libertad. En el caso de los gobernantes de ese entonces, “siguen caminando como si no hubiera pasado nada, al contrario, hemos visto que siguen teniendo vida activa en la política. Por eso necesitamos seguir levantando la voz para que estos hechos lamentables no queden en la impunidad”, dijo Isidoro Vicario, abogado de Tlachinollan.

Los estudiantes de la normal de Ayotzinapa comentaron que a lo largo de 96 años que ha existido la institución, ha habido diez estudiantes asesinados y 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre del 2014. “Esta historia manchada de sangre entra a la historia de asesinatos por parte de los gobiernos caciquiles de Guerrero. Hoy se cumplen 11 años del asesinato de dos compañeros que no deben quedar en el olvido, debemos exigir justicia. México está sumido en un gobierno corrupto”, dijeron.

La normal rural de Saucillo, Chihuahua, resaltó la indiferencia e indolencia de las autoridades y los cuerpos policiacos que participaron directamente en el ataque, “para los policías que cometieron tal atrocidad no fue nada, pero dejaron dos aulas vacías. Cómo pueden estar tranquilos sabiendo que les quitaron dos hijos a sus padres. Hace 11 años estaban tirados en este suelo sin pulso en el corazón”.

Por su parte, la normal de San Marcos, Zacatecas; Cañada Honda, Aguascalientes y Aguilera, Durango, reiteraron que no pueden seguir permitiendo que sus manifestaciones sean irrumpidas con violencia física, pues solo están exigiendo lo justo, además de que la clase social baja siempre ha sido reprimida por buscar el bien común y equitativo a través del socialismo.

Las palabras de estudiantes de la normal de Tiripetío, Michoacán, se solidarizaron con los familiares de los asesinatos de los estudiantes caídos, Gabriel y Alexis, y dijeron que son importantes las “esperanzas para lograr un cambio radical para no someternos ante ningún gobierno”.

Finalmente, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, destacó que cada 12 de diciembre será necesario seguir levantando la voz por verdad y justicia, ahí donde estudiantes derramaron su sangre por las balas asesinas de los policías. Así mismo recordar que han pasado más de ocho años sin que las autoridades den con el paradero de los 43 estudiantes. El llamado a una sociedad sangrada por la violencia de los caciques es para seguir caminando y gritando al unísono de las familias que buscan a sus seres queridos, que pelean por justicia y defienden su territorio. La verdad y la justicia es un tema pendiente en México, particularmente en Guerrero.

Publicado originalmente en Tlachinollan

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