Ante la gran embestida contra las movilizaciones sociales, el momento para las organizaciones populares no es fácil. En entrevista, el Movimiento Pase Libre (MPL) hace un balance del actual momento con base en lo que se vivió en Rio de Janeiro recientemente.
Las imágenes del cohete acertando a la cara del camarógrafo Santiago Andrade, que cubría la manifestación del pasado 6 de febrero en contra del alza a las tarifas de transporte público en Rio de Janeiro, recorrieron el mundo. Su trágica muerte fue transmitida por las redes nacionales e internacionales. Con él, llegaron a por lo menos 11 las víctimas fatales en manifestaciones desde junio de 2013, cuando Brasil conquistó en las calles la reducción de las tarifas del transporte en las principales capitales del país, incluyendo Rio de Janeiro.
Esa que fue la única muerte que resulto de una acción de los manifestantes, y fue también la única que ganó un lugar preponderante en los grandes medios. Fue un duro golpe a los movimientos sociales, ampliamente criminalizados. Las movilizaciones perdieron la fuerza, y los movimientos, gran parte del apoyo popular.
En entrevista exclusiva con Desinformémonos, integrantes del Movimiento Pase Livre, el mismo que realizó las convocatorias a las manifestaciones de junio y a las recientes manifestaciones en Rio de Janeiro, presentan una lectura del actual escenario. Se trata de un complejo cuadro en el que los gobiernos juegan con todos los elementos de que disponen en contra de los movimientos sociales. Es víspera de Copa y de elecciones presidenciales y gubernamentales, temen que sus shows sean interrumpidos por las voces de las calles.
La reciente medida de la alcaldía de Rio de Janeiro de subir las tarifas del autobús parece desafiar a ese temor al pasar por encima de esa contundente conquista de las calles. Sin embargo, para los integrantes del MPL, esa medida «tiene como objetivo claro medir si sigue fuerte la capacidad de movilización popular». No es casual que en año electoral lo aprovechan «para responder al grupo de los empresarios de transporte, que en todo el país son uno de los que más invierten en las campañas políticas».
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¿Cómo evalúa el MPL el aumento al pasaje de camión justo después de las manifestaciones de junio?
Lo más importante en las movilizaciones que sucedieron en junio del 2013 fue justamente conquistar de las revocaciones de los aumentos en los transportes prácticamente en todo el país. Aquí en Rio de Janeiro, todavía en diciembre del 2013, el gobernador Eduardo Paes, privilegiando a los empresarios del transporte, resolvió atacar las conquistas de la población al anunciar la posibilidad del aumento. Esta actitud fue rápidamente respondida por la población con manifestaciones, debates y acciones para derribar inmediatamente el aumento e incentivar el protagonismo popular como medio para levantarse y garantizar un transporte de calidad para todos.
La osadía de la población al colocarse en la lucha ya había dado resultado, teniendo en vista el congelamiento (temporal) del precio de los trenes, barcas y metro, anunciado el 31 de enero de 2014.
¿Cómo evalúan ese aumento en un año donde se va a realizar la Copa del Mundo y también las elecciones presidenciales?
Esta medida tiene como objetivo claro sopesar si la capacidad de movilización popular continúa fuerte. El gobierno estatal parte de una evaluación equivocada sobre la capacidad política de la población, y apuesta a la tesis de que las manifestaciones de junio sólo fueron posibles debido a la indignación popular contra las arbitrariedades policiacas.
Por otro lado, esta evaluación también es empujada por la necesidad que los gobiernos tienen de responder al grupo de los empresarios de los transportes, que son en todo Brasil uno de los más grandes financiadores de las campañas políticas, lo que remite directamente a las elecciones que ocurrirán en este año.
La gran insatisfacción popular contra los gastos astronómicos por la realización de la Copa del Mundo parece ser un factor que echa todavía más leña al fuego.
¿Cuál es su valoración de la muerte del camarógrafo Santiago Andrade? ¿Por qué tuvo más repercusión que otras muertes a lo largo de las jornadas de las manifestaciones?
La muerte del camarógrafo Santiago fue un golpe bastante duro que el movimiento, como un todo, parece no haber asimilado ni dado la respuesta necesaria. Las movilizaciones venían en un acenso muy fuerte y justamente en aquel momento ocurrió esta muerte, que fue y es ampliamente explotada por los medios de comunicación para criminalizar a los movimientos sociales.
Esta situación cayó como una bomba, y los ataques puntuales organizados por los medios corporativos hicieron que buena parte de las personas que todavía no tenían una opinión clara al respecto de las movilizaciones pasaran a tener una opinión francamente hostil. En cambio, los mismos medios corporativos trataron con todo el descaso posible a las otras muertes que ocurrieron desde las manifestaciones de junio, como la muerte del señor Taslan Accioly, atropellado en la misma manifestación por un camión mientras corría por las calles escapando de una embestida policial.
En nuestra perspectiva esta muerte tiene muchos culpables, más allá de quién tuvo la actitud irresponsable de soltar una bomba en medio de muchas personas. La Policía Militar reprime, y crea un clima de pánico que da lugar al contexto donde ocurrió la fatalidad, además de la emisora que envió a su trabajador a un lugar de conflicto sin los equipamientos de seguridad exigidos.
Parece que el dolor y la indignación de los medios corporativos es bastante selectiva y la muerte del camarógrafo (que lamentamos mucho) tiene para ellos un valor muy superior a la muerte de un trabajador común, como fue el caso de esta manifestación el día 6 de febrero.
¿Cuál es la lectura sobre los diferentes intereses políticos que hay detrás de la repercusión de esa muerte?
La movilización popular asusta a los poderosos, y en aquel momento habíamos iniciado la ruptura de las movilizaciones de un círculo de personas más comprometidas hacia la de personas más comunes. Nos parece evidente que explorar de forma parcial la muerte del camarógrafo tuvo el claro objetivo de reorganizar el consenso al interior de los propios medios corporativos contra las manifestaciones, así como como tirar de la escena a los gobiernos municipales y estatales, por la responsabilidad en el aumento de los precios de los pasajes del transporte público colectivo.
El golpe fue atinado, las manifestaciones perdieron aquel ímpetu inicial y el gobierno estatal, que había congelado el aumento de los precios del metro, del tren y barcos, se echó para atrás y anunció nuevamente un aumento. Pero se engañan cuando piensan que aceptaremos callados esta situación, ahora pretendemos volver a las movilizaciones más sectoriales para reorganizar nuestras fuerzas y volver a la presión contra el aumento de los pasajes.
¿Cómo está la lucha contra el aumento del precio de los pasajes en Rio de Janeiro?
La lucha contra el aumento estaba en crecimiento en momentos de fuerte acción popular, como fue el caso del catracaso del día 28 de enero de 2014, en la Central de Brasil, así como el acto que sucedió el día 30 del mismo mes. La repercusión positiva de esta acción mostró a los usuarios el método de la desobediencia civil, de brincar el torniquete y no pagar el pasaje como forma legítima de boicotear a las empresas y de protestar contra un sistema de transporte violento y en pésimas condiciones, que con un aumento más en el precio se vuelve todavía más excluyente.
La propagación del método de brincar el torniquete causó un gran entusiasmo, y es utilizado espontáneamente por la población en las diversas ocasiones donde no funciona el sistema, apuntando un camino de movilización popular que supera modelos vanguardistas. Ahora está la población como protagonista de la lucha política.
Es momento de cerrar filas contra el aumento, divulgando los abusos contra la población, centrándose en el torniquete y en los lucros cada vez más abusivos por parte de las empresas.
Recientemente, técnicos del TCM (Tribunal de Cuentas del Municipio) señalaron incongruencias en las cuentas de las empresas, indicando que en vez de un aumento en el precio del pasaje, debería de haber una reducción al precio de 2.50 reales. Con este mismo informe técnico, la plenaria del TCM, en una decisión claramente política, resolvió autorizar el aumento a 3.00 reales, algo que suena como una burla que viene tanto de las empresas de transporte como del gobierno municipal.
16 de marzo 2014