Xóchitl Ramírez Velasco, defensora comunitaria presa política en Morelos

Jaime Quintana Guerrero

El 3 de mayo del 2023, a las 14 horas, Xóchitl Ramírez Velasco, mujer indígena Binnizá (zapoteca) de 43 años, fue detenida por dos elementos de la Policía Antisecuestro en la calle Copal, colonia Lomas de San Antón, en Cuernavaca, Morelos, muy cerca de la oficina de Atzin Desarrollo Comunitario A. C, lugar donde ella trabajaba. Después de llevarla a la fiscalía de Cuernavaca, las autoridades la trasladaron al área de mujeres del penal de Atlacholoaya, acusada de secuestro agravado.

Xóchitl Ramírez realiza trabajo comunitario como parte de la organización en Tlamacazapa, Guerrero. Atzin Desarrollo Comunitario A.C. (www.atzin.org) es una organización de la sociedad civil donde Xóchitl ha laborado desde el 2005 como promotora, administradora y coordinadora de programas comunitarios.

Sobre la detención de Xóchitl, Susan Smith, directora de Atzin, explica: “Lo que paso esa tarde del 3 de mayo es que Xóchitl fue a recoger a una niña de tres años, la hija de una participante en la organización, y elementos de la Policía Antisecuestros las pararon en la calle cerca de las oficinas de Atzin en Cuernavaca”.  

En la calle, cuenta Smith, una mujer y los dos elementos vestidos de negro preguntaron si ella era Xóchitl Ramírez Velazco. Xóchitl contesto que sí, y le dijeron, “sabemos que eres defensora de derechos humanos y eres de Guerrero, ¿verdad? Tenemos una orden de aprehensión en tu contra”. La mujer se identificó rápidamente y guardó su placa. Xóchitl contestó: “si tienen una orden de aprehensión, tienen mi información”. La mujer le dijo que no le contestaba como se merecía por la niña presente. La obligaron a subir a su vehículo, junto con la niña de tres años, Nahomi, a quien Xóchitl acababa de recoger en el preescolar a petición de su madre, Francisca Uribe, colega en Atzin.

Xóchitl Ramírez Velasco y Nahomi fueron llevadas a la fiscalía y retenidas en diferentes salas. A Xóchitl se le permitió hacer una llamada telefónica a Francisca para que fuera a recoger a su hija y que llevara el acta de nacimiento de Nahomi. Después de dos horas en la fiscalía, le permitieron a Francisca llevar a Nahomi a su casa.

En la fiscalía, Xóchitl dice que fue intimidada y obligada a firmar varias hojas de texto que no le permitieron leer, incluida una hoja en blanco. Aproximadamente a las 20:00 horas la llevaron al área de mujeres del penal de Atlacholoaya, en el estado de Morelos, donde se encuentra recluida.

Su audiencia inicial se llevó a cabo al día siguiente, el 4 de mayo. En ese momento Xóchitl recibió una copia de la orden de aprehensión, en realidad emitida cuatro años antes, el 24 de marzo de 2019, y sólo entonces se dio cuenta de que estaba detenida por el delito de secuestro agravado ocurrido el 9 de marzo de 2019. Xóchitl está detenida y se le acusa de usar armas y pedir rescate, delito que nunca pasó.

Su segunda audiencia, el 9 de mayo de 2023, fue determinada como “privada” en ese momento, y el público tuvo que abandonar la sala, incluidos un miembro de la familia y las personas que solicitaron que asistieran. El juez decidió retener a Xóchitl nuevamente sin derecho a fianza, hasta una tercera audiencia (audiencia intermedia) que se programará en dos meses. Esto permite un período de tiempo muy corto para reunir y presentar pruebas de su inocencia. Entonces quedaría pendiente una decisión final sobre su futuro.

“Es un caso de identidad equivocada. La segunda audiencia ya paso y Xóchitl sigue en la cárcel, tenemos dos meses para trabajar con los abogados para presentar pruebas de su inocencia”, informa la directora de Atzin en México y Canadá.

Recalca la defensora y directora de Atzin que Xóchitl “estuvo trabajando ese día con nosotros el día del secuestro, nosotros no tenemos dudas de su inocencia. Estamos en la fase de presentación e identificación de pruebas con un abogado, estamos trabajando nosotros para recabar pruebas de su presencia y actividades día por día, en 2019, estamos recabando lo necesario para comprobar su inocencia”.

Señala la directora de la organización, “este es un caso de identidad equivocada y no podemos permitir que una persona inocente sea culpada de un crimen hecho por otros, esto ya tuvo consecuencias ya que tiene crisis de epilepsia, la cual ha sido controlada desde hace tres años. Desde su detención Xóchitl ha tenido cuatro convulsiones debido a la atención medica inadecuada y la falta de acceso a sus medicamentos”.

De acuerdo con los registros judiciales y publicaciones, “sabemos que una mujer y tres hombres, posiblemente cuatro hombres, llevaron a cabo el secuestro y retuvieron a la víctima durante cuatro días. Poco después de su traumático rescate el 12 de marzo de 2019, la víctima describió a una «mujer robusta de piel morena» como participante en el secuestro e identificó a Xochitl en una fila de fotos (usando una foto tomada en 2010). El fiscal aparentemente se centró en Xochitl porque un exnovio fue capturado durante el rescate de la víctima y tenía fotos de Xochitl en su teléfono celular. Él fue condenado a 70 años”.

Breve historia de nuestro trabajo en Tlazazapa, Guerrero

En el año 2000, Susan Smith, directora de Atzin, llegó a las montañas del sur de México, con la gente nahua de Tlamacazapa, Guerrero, Municipio de Taxco de Alarcón. En la organización se dedicaron a realizar trabajo comunitario, “descubrimos por estudios del agua, que el agua consumible contenía arsénico y plomo, y esto provocó una reacción en todos lados. También nos dimos cuenta la reacción en la población con problemas de memoria, de concentración más allá de los relacionados con desnutrición y paracitos. La población de Tlamacazapa lucha contra la toxicidad que sabemos son serios para la mujer embarazada y los niños pequeños”.

Esta comunidad se gana la vida elaborando canastas de palma, que es arte antiguo conservado durante siglos, pero su contexto, relata la defensora, es complicado: una pobreza aguda, mucha gente que no puede leer ni escribir, desnutrición, enfermedades constantes, saneamiento inadecuado, el agua y el suelo contaminados con plomo y arsénico que complican la vida, problemas de alcoholismo, violencia y machismo. “Por ello decidimos como organización humanitaria sin fines de lucro trabajar concentrándonos ahí, en este pueblo y en particular en las mujeres indígenas y niños para lograr mejores oportunidades de la vida”, cuenta Smith.

Xóchitl, añade la directora de la organización, buscó la organización a muy temprano tiempo de establecerse en Tlamacazapa, y por su inteligencia y dedicación ganó una beca para estudiar contabilidad en Buenavista de Cuellar, después de tres años fue a trabajar en la oficina y entender todo el sistema de la organización, de reporte de actividades, de contabilidad y de trabajar con donadores. “Muchos piensan que hacer cosas en comunidades es sencillo, pero no lo es, existen muchas perspectivas que hay que poner atención siempre”, recalca.

Ella gradualmente tomo más responsabilidades y en 2010 ganó la posición de administradora de programas coordinando toda la logística, capacitaciones y facilitadora con grupos de mujeres. “Era fácil para ella ya que tenía mucha empatía, buscando la vida más justa para los pueblos”, remarca.

Consciente de los riesgos que implica, ha trabajado incansablemente y con gran dedicación como defensora de los derechos humanos y organizadora comunitaria para combatir la pobreza extrema y sus consecuencias. Xóchitl participa activamente en diferentes redes y organizaciones, entre ellas la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos México; Red Nacional de Mujeres Indígenas: Tejiendo derechos por la madre tierra y territorio (RENAMITT) y el Congreso Nacional indígena (CNI).

Las actividades de Atzin se centran en cuatro sectores: Salud y sanación; generación de ingreso para las mujeres; educación comunitaria; y el ambiente, agua y saneamiento. Trabajan con principios de participación social, la combinación de la investigación con la acción, y la sostenibilidad ambiental y económica. Hoy en día existen muchas actividades dirigidas por las promotoras comunitarias de estos programas, nosotras ayudamos con las cuestiones técnicas.

Xóchitl se involucró en redes del país ganando más experiencia, más conocimiento y siempre pasando esta información a las promotoras, mujeres del pueblo, capacitándolas en derechos humanos y manejo de programas y cómo resolver conflictos de comunicación y tensiones dentro de la organización, capacitándolas también en cómo tener un balance en la vida. Ella también trabajo a través de meditación y yoga, porque pensamos que “estamos preparándonos para un camino largo, porque sabemos que el cambio social no es nada fácil ni rápido”, analiza la directora de Atzin.

Xóchitl Ramírez Velasco, una incansable luchadora de la vida

Xóchitl es madre soltera, y su hijo, Kevin Manuel Rivera Ramírez, nació sordomudo (22 años de edad). Con el apoyo constante de Xóchitl, Kevin actualmente cursa estudios de primer año a nivel universitario.

David Alberto Velazco Sánchez, hermano de Xóchitl, cuenta: “ella es la hermana mayor de siete, originarios de Minatitlán de Porfirio de Díaz, Oaxaca. Desde temprana edad se destacó como una niña responsable e inteligente obligada por la vida a tomar una postura como madre, cuidando a sus hermanos pequeños como si fuéramos sus propios hijos. Al ser la mayor de una madre soltera que sufrió insultos y golpes, sintió la necesidad de ayudar a su madre para llevar alimento a la mesa. Siendo pequeña se enamoró de un hombre comerciante que se la llevó lejos de nosotros a Tlamacazapa, Guerrero, donde sólo le espero una vida igual a la de mi mamá. Sufrió, golpes, violencia, gritos, y mucha soledad, ya que estaba lejos de nosotros”.

Mi hermana es una sobreviviente, relata, “ha luchado y se ha aferrado a la vida ya que tiene dos quistes en el cerebro, diagnosticada por neurólogos, que le provocan convulsiones y ataques epilépticos, por lo que necesita una medicación correcta y una alimentación sana”.

“Sufrió la pérdida de su primer hijo debido a los golpes y maltratos, pues tuvo un aborto espontáneo. Fue madre a los 21 años, este hijo le dio fortaleza para dejar atrás un matrimonio que sólo la dañó física y emocionalmente”, confiesa David.

Desde pequeña, Xóchitl ha tenido convulsiones provocadas por cisticercosis, diagnosticado por neurólogos y controlado con medicamentos. En prisión ha sufrido convulsiones y continúa en riesgo de tener las consiguientes dificultades de memoria y confusión mental, relacionadas con una atención médica inadecuada, un aumento dramático del estrés, durmiendo en un piso de concreto con sólo una sábana en un cuarto sobrepoblado, y sin un acceso correcto y ajustes cuidadosos a sus medicamentos diarios.

Testimonios de mujeres con las cual trabaja Xóchitl Ramírez Velasco

Promotoras de la organización Atzin Desarrollo Comunitario dan testimonio de la labor de trabajo y empatía de la defensora de derechos humanos de Tlamacazapa, Guerrero. La reconocen como una mujer comprometida, trasparente, con carácter fuerte y llena de humildad para realizar su trabajo y con quien ella trabaja.

Guadalupe Leyva Ochoa, originaria de Tlamacazapa, Guerrero. Conozco a Xóchitl por su trabajo en la organización Atzin. Xóchitl trabaja como coordinadora para un mejoramiento del pueblo, los trabajos que ella coordina son educación de niños, nutrición e ingreso para la mujer, salud, necesidades especiales, programas que se realizan en el pueblo durante la semana y los días sábados. Ella busca el bienestar del pueblo antes que el de ella misma, dando como ejemplo sus valores y sus principios, por lo cual es alguien querida y respetada en el pueblo.

Bertha García Castro. Conozco a Xóchitl desde que llegó al pueblo, tenía 16 años. La conocí porque se casó con un hombre del pueblo, vivió ahí, después se separó y nos vimos en la organización. Trabaja con tenas de discapacidad, si alguien necesita algo fuera del pueblo ella busca la manera para ayudarnos, ella busca hospitales o ayudas que están fuera de nuestro alcance, ella nos lleva a esos lugares para que nos ayuden, con nuestros niños discapacitados u otra enfermedad ella siempre fue a los hospitales y ella habla con las trabajadoras sociales para que no nos cobren una cantidad muy fuerte.

Aniceta Granados. Tengo 21 años. Xóchitl nos enseña, nos da talleres, capacitación, orientación. Algunas veces hemos viajado a Cuernavaca y ella es responsable y nos ayuda y cuida. Los días de trabajo son los sábados de 9 de la mañana a 6 pm. Ella nos ha enseñado a caminar. Sabemos que saldrá de esta situación. Creemos en su inocencia porque hemos trabajado juntas.

Victoria García Marcos. Tengo 65 años, llevo 20 años de trabajar con Xóchitl. Ella me ayuda mucho, ya que soy partera y ayudamos a las embarazadas, ella consigue medicinas, vitaminas. Unas mujeres no pueden dar a luz y tenemos que mandarlos a Taxco, ella se encarga de eso, busca cómo llevarlas, la conozco bien. Ella no está bien de salud y a pesar de eso, me apoya para apoyar a las muchas embarazadas. Y también a los discapacitados, yo tengo un hermano discapacitado, por eso le tengo confianza, la conozco muy bien.

Anayeli Toribio Martínez. Tengo 24 años y soy originaria de Tlamacazapa, Guerrero. Conozco a Xóchitl desde hace 10 años, nos ha enseñado cómo mejorar en el trabajo, nos acompañaba a realizar visitas domiciliarias a la gente que necesitaba alguna orientación. La aprecian en el pueblo por lo amable que es con la gente, salía a la calle y no existía una persona que no la saludara, ella siempre estaba contenta y alegre, disfrutaba ver a la gente, hacía las visitas domiciliarias, se quedaba un buen rato platicando con las familias, muy humilde. Siempre nos animaba, cuando llegaba siempre tenía un abrazo. Es una mujer que tenemos de ejemplo. Nos ha animado a que estudiemos.

Rufina Crocopio. Conozco a la señora desde hace 23 años, ella también tiene un hijo discapacitado, ella necesita ver a su hijo ahorita y su hijo la necesita porque el solo no puede, porque además es madre soltera y nunca he sabido de ella que se porte mal.

El día del secuestro, 9 de marzo 2019, Xóchitl estaba trabajando con el equipo de Atzin en Tlamacazapa, y los días siguientes entre semana estuvo en la oficina de la organización. Como equipo como equipo de trabajo están reconstruyendo un recuento de hechos preciso de las actividades de Xochitl durante febrero y marzo de 2019, para colaborar con diferentes organizaciones a nivel regional y nacional y para evitar más injusticias.

“El desarrollo de una estrategia bien pensada con evidencia sustancial para demostrar su inocencia es la tarea, incluida una gran red de personas y organizaciones para ejercer presión sobre la fiscalía y el sistema judicial en México, para que reconozcan este caso de identidad equivocada. Sin esto, el riesgo de que una persona inocente sea sentenciada es alto”, concluye Susan Smith, directora de Atzin Desarrollo Comunitario A.C, Mexico-Canada.

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