Viqui Veronesi: sembrar poesía para nombrar la tierra

María Daniela Yaccar

Foto: Jere Ayastuy Veronesi

Docente, apicultora, escritora, militante y gestora cultural. Veronesi está atravesada por distintos paisajes, de su Formosa natal hasta La Loma de los Quinotos, en Gualeguaychú, un proyecto agroecológico con diversidad de alimentos y culturas. Entre abejas, trigo y lino escribió dos poemarios y cuentos, y es anfitriona de talleres de poesía y conciertos bajo las estrellas.

Docente, apicultora, escritora, militante, gestora cultural. Cada faceta de Viqui Veronesi cultiva a la otra. “Se van mezclando. Es un modo de andar, de habitar el Litoral, por donde me fui moviendo. El paisaje se hace presente siempre”, dice a Tierra Viva. Vive en Pueblo Belgrano, municipio del departamento de Gualeguaychú. Practica la agroecología en “La loma de los quinotos”, un proyecto de producción familiar en tierras alquiladas, que inspira su producción poética, volcada los textos de su libro Aterrizaje de emergencia. Allí suceden, además, un ciclo musical y talleres de poesía, entre otras cosas.

Esta época le parece “terrible”. “Es un momento de exacerbación y agudización del saqueo de todos los aspectos de dignidad que tiene la humanidad en esta región”, describe. Respecto del plano socioambiental, advierte “un retroceso sin precedentes” en las conquistas y “luchas en pie”. Pero hay algo que Viqui no parece perder. “Está bueno animarse. Atreverse. Juntarse con otras personas. Seguir soñando”, asegura.

Paisajes

La historia comienza en Formosa. Nació en Pozo del Tigre, “bien en el centro del mapa formoseño”, en un año en el que hubo “trece meses de sequía”. Creció en la capital provincial, en medio de un “clima subtropical, a la sombra de los mangos, los chivatos, la lluvia de oro, riachos, arroyos, el río Paraguay; otra humedad”. Estudió Ciencias de la Educación en Resistencia (Chaco), donde conoció la militancia estudiantil y comenzó a vincularse con personas “que venían del palo del arte”.

Aunque venía escribiendo desde chica, lo hacía en secreto. Hasta ese momento. “La primera vez que escuché poesía a viva voz fue en una toma de una facultad, en pleno año 98. El Fomec, un fondo concursable establecido en el país por el FMI, había cerrado una carrera. Estábamos en ese proceso, neoliberalismo a pleno. Movilizaciones, tomas, asambleas. Se acercaban al grupo estudiantil organismos de derechos humanos, escritores, artistas plásticos. Se armaba una convivencia en ese unificar de las luchas”, evoca.

Poesía y encuentros culturales en La Loma de los Quinotos (Daniela Yaccar) - Entrevista a la artista poetisa entreriana Viqui Veronesi.
Foto: Viqui Veronesi

La siguiente parada fue Gualeguaychú, de donde es oriunda su familia paterna. En la ciudad se vinculó a la militancia de las Madres de Plaza de Mayo y se sumó a la lucha contra las papeleras. Se mudó después a Rosario, donde continuó con una “militancia en torno a los bienes comunes y la naturaleza” que hacía frente al plan de Iirsa (hoy llamado Cosiplan).

Hubo un momento en el que se le despertó la curiosidad por conocer más de alternativas al modelo dominante. “Personas muy queridas” le mostraron “claves”. “Empezó todo esto de la agroecología, de la soberanía alimentaria, el sueño de decir ‘si tuviera una tierra… ¿cómo sembraría?’”. En 2016 se instaló en Pueblo Belgrano. Cinco años después comenzó a sembrar el sueño. Viene de “dos generaciones de apicultores” (su abuelo y su padre). Comenzó a formarse en la línea de la apicultura natural generativa. Y, entre que todo eso sucedía, le ofrecieron alquilar una tierra.

La loma de los quinotos

La loma de los quinotos se llama el “campito”. “Le decimos así porque está en una loma y hay unos quinotos muy añejos que plantó una familia que vivía en esa tierrita y la cuidaba hace mucho tiempo. Es un homenaje a esa siembra y un juego de palabras: está en tu vecindario, no lejos de todo. Estamos re cerca de las papeleras”, explica Viqui.

Este territorio pareciera ser ahora el corazón de la vida militante y creativa de Viqui, quien tiene dos hijos que también participan de la propuesta. Ella es quien alquila pero se trata de un “proyecto familiar” y alrededor del cual gira “una red de gente amiga”. Además del despliegue de la apicultura, se siembran trigo y lino, entre otros cultivos. Todo sucede “a pulmón, a pequeñísima escala, autogestivamente”.

La Loma es un aleph donde todo se cruza. La agroecología —no sólo en la práctica, también en la transmisión, a través de cursos y charlas—, los conciertos, talleres de poesía bajo las estrellas. Es “un lugar de tranquera abierta”.  “Suceden cosas maravillosas que nos hacen seguir soñando, con una conciencia de que este tiempo está recontra complicado. Por eso me aparece una urgencia de decir ‘la tierra‘. Nombrarla. No porque se ponga de moda escribir sobre el ambiente. A mí es lo que me atraviesa y conmueve, el lugar donde elijo estar, apostar, laburar, cansarme, esforzarme, ensayar, que salga mal, juntarse con otros y buscarle la vuelta”, completa.

Poesía y encuentros culturales en La Loma de los Quinotos (Daniela Yaccar) - Entrevista a la artista poetisa entreriana Viqui Veronesi.
Foto: Viqui Veronesi

“Lo que sucede en los monocultivos también sucede a nivel cultural. La tarea es promover la diversidad en todos los sentidos”, subraya la escritora. Por eso en 2017 creó el ciclo “Música circular”. De su casa pasó a tener como sede a La loma. Han participado Liliana Herrero, Noe Recalde, Carlos «el Negro» Aguirre, Sebastián Macchi, Cecilia Pahl y Marita Londra, entre otros y otras.

“Hay algo místico en el campito. Los conciertos son una manera de abonar la tierra. No convocaría a un ciclo en medio de un sembradío de soja fumigada. Como el recorrido de la escritura, esto tiene que ver con comunicar otras maneras. Y con el respeto a quienes estuvieron antes: en mi escritura aparecen un montón las mujeres laburando la tierra.”

—¿Qué te interesa rescatar de la figura de la mujer que trabaja la tierra?

Las mujeres son las doñas que muchas veces no tenían siquiera la titularidad de las tierras en las que laburaban, porque los campos siempre estuvieron a nombre de los hombres. Acá querés llegar a tal chacra y te dicen «pasás lo de fulano, mengano, doblás»… siempre la referencia son los hombres. En esta geografía tenemos la memoria ancestral de las mujeres chaná. Con todo el respeto y cuidado del mundo trato de contar esas voces, esos andares.

Nombrar la tierra

Zambullida en los “paisajes y sonidos” de La loma de los quinotos, Viqui escribió su primer poemario, Aterrizaje de emergencia. La boca semilladaLo publicó una editorial independiente de Gualeguaychú, llamada Palo Santo, en 2022.

“Fue en el contexto de la pospandemia, de leer a la pandemia como un cimbronazo de una crisis civilizatoria recontra amplia. El poemario tiene bastante de eso”, expresa. Temas que aparecen en este libro: “El río, el desmonte, la semilla, las guardianas de la semilla, los cultivos”, enumera. Tiene también publicado un cuento para las infancias, “Lunita pequeña”, en el libro Antiprincesas de Plaza de Mayo (Chirimbote). Y ya tiene escrito un segundo poemario, aún sin publicar, con el nombre Rama, hembra, pajarraca.

Poesía y encuentros culturales en La Loma de los Quinotos (Daniela Yaccar) - Entrevista a la artista poetisa entreriana Viqui Veronesi.
Foto: Viqui Veronesi


—Dijo en una entrevista que le parecía importante que en la poesía aparecieran los modos y las palabras de la tierra. ¿Cómo es el proceso para que eso suceda?

Hay algo en la mirada de la sorpresa, arranca en una cuestión más intempestiva de la sensación. Después se va convirtiendo en palabra, resuenan frases, se va de a poquito hilvanando, armando una composición que cuenta un territorio. Y en ese contar claramente está lo más esperanzador y lo más triste y devastador.

—¿Qué desafíos tiene la poesía que nombra a la tierra? ¿Hay que escaparle al tono de denuncia, por ejemplo?

Es un tema. Podría ser que no suene a panfleto, pero a veces intencionalmente tomás palabras que se usan en otros contextos de lucha. A mí me sale con ese entrevero, cadencias, modos de decir de los distintos lugares donde viví, y escribo de un paisaje lleno de vida. En el campito hay un espacio de reserva natural. Entonces hay un laburo de conservación de alguna especie de árbol nativo, diversidad de aves, insectos, pastitos. Es impresionante cómo cuidar multiplica la vida y la diversidad. Hay una cuestión de mutualidad de seres, y a la vez aparece en los poemas algo del enojo con lo injusto, el envenenamiento y todo… Yo me esfuerzo por que las abejas estén en un lugar. Está bárbaro, pero hay un ecosistema mucho mayor que está enfermo. Entonces, ¿cómo construir un ecosistema sano para cuidar y construir la salud? No sólo en el laburo de la tierra, sino en el modo en que nos vinculamos también. De vincularnos con la tierra depende nuestra sobrevida, básicamente.

—¿Hay alguna ligazón entre las prácticas de la escritura y la de la tierra, más allá de lo temático?

Es un tiempo el de la tierra y también el de escribir. Capaz que hay una racha, épocas en que no fluye, distintos momentos. Hay temporadas en que la realidad se me presenta y me dispara ideas que después me pongo a armar como una composición. Me gusta mucho jugar con el diseño, qué flores nativas dejar, qué flores sembrar para que vengan las mariposas, los picaflores; estar atenta a tal árbol que se va recuperando porque empiezan a venir tales aves. El momento de inspiración es ahí. En el campo, la tierra, la naturaleza, los pájaros.

Poesía y encuentros culturales en La Loma de los Quinotos (Daniela Yaccar) - Entrevista a la artista poetisa entreriana Viqui Veronesi.
Foto: Viqui Veronesi

Publicado originalmente en Agencia Tierra Viva

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