Ciudad de México | Desinformémonos. «La masacre ocurrida en la comunidad Viejo Velasco ejemplifica una práctica de desaparición forzada, ejecuciones, tortura, desplazamiento forzado ocurrida en el pasado y vigente en su erradicación en México», señaló el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba).
El Frayba recordó que su tarea en el caso de la masacre de Viejo Velasco, perpetrada el 13 de noviembre de 2006 en Chiapas, es demostrar que este hecho se dio en el contexto de reivindicación del derecho al territorio, en el ámbito del Derecho de los Pueblos Indígenas y de violaciones sistemáticas «perpetradas por parte del Estado mexicano en cuanto a la implementación de políticas agrarias y ambientales, que han generado procesos de despojo territorial, reubicación forzada y amenazas de desalojo violento en la región».
Recordó que, el día de la masacre, alrededor de 40 personas vestidas de civil y acompañadas por 300 sujetos armados, entre ellos agentes estatales, entraron a la comunidad de Viejo Velasco, dejando como resultado cuatro personas ejecutadas extrajudicialmente y cuatro más desaparecidas forzadas, además de 36 personas desplazadas de manera forzada.
Los pobladores fueron objeto de agresiones, robos y quemas de casas, que dieron como resultado «las graves violaciones a derechos humanos que hasta el día de hoy se encuentran en un continuum de impunidad», acusó el Frayba.
«Esta acción es un crimen de lesa humanidad, porque se trató de un ataque planeado y dirigido a los habitantes indígenas de la comunidad Viejo Velasco, quienes se encontraban desprotegidos», añadió.
Por ello, señaló que aún es necesario el acompañamiento a las víctimas sobrevivientes y los familiares del caso a través de un proceso de memoria histórica para la búsqueda de la Verdad y Justicia, lo que realiza el Centro en coordinación con la Coordinadora CDLI-Xinich, organización de la selva-norte de Chiapas.
A continuación el comunicado completo:
Masacre de Viejo Velasco. Construir Memoria y caminar contra la impunidad en Chiapas
El 13 de Noviembre del 2006, ocurrió la Masacre de Viejo Velasco, municipio de Ocosingo, en la región Selva Lacandona. Ese día, aproximadamente a las 6:00 horas, cerca de 40 personas vestidas de civil, provenientes de Nueva Palestina, ubicada en el mismo municipio, entraron a la comunidad Viejo Velasco, acompañadas por un grupo de 300 personas vestidas con botas y uniformes negros y azules, portando armas de grueso calibre, quienes agredieron a la comunidad dejando como resultado 4 personas ejecutadas extrajudicialmente y 4 más desaparecidas forzadas. Así como a 36 personas desplazadas de manera forzada.
Esta acción es un crimen de lesa humanidad, porque se trató de un ataque planeado y dirigido a los habitantes indígenas de la comunidad Viejo Velasco, quienes se encontraban desprotegidos.
Además, fueron objeto de frecuentes agresiones, robos y quemas de casas que dieron como resultado las graves violaciones a derechos humanos que hasta el día de hoy se encuentran en un continuum de impunidad. El Estado mexicano ha reconocido que “el 13 de noviembre del 2006, se llevó a cabo un operativo en el Ejido Viejo Velasco” en el que participaron agentes estatales acompañando a aproximadamente 40 personas armadas, junto con quienes perpetraron el ataque.
La Petición de caso fue abierta por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 5 de octubre de 2010 bajo el número 1594-10, siendo admitida mediante Informe 264/20, con el número de caso 14.120 Pedro Nuñez Pérez y otros, México, el 25 de septiembre del 2020. Actualmente se encuentra en trámite de fondo. Ver informe en: http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/2020/mxad1594-10es.pdf
Nuestro rol como Centro de Derechos Humanos en el caso es demostrar que este hecho se dio en el contexto de reivindicación del derecho al territorio, en el ámbito del Derecho de los Pueblos Indígenas y de violaciones sistemáticas perpetradas por parte del Estado mexicano en cuanto a la implementación de políticas agrarias y ambientales, que han generado procesos de despojo territorial, reubicación forzada y amenazas de desalojo violento en la región. El Frayba acompaña a las víctimas sobrevivientes y familiares del caso a través de un proceso de memoria histórica para la búsqueda de la Verdad y Justicia, en coordinación con la Coordinadora CDLI-Xinich organización de la selva-norte de Chiapas, fundada en los años 90, integrada por defensores comunitarios de derechos humanos.
La masacre ocurrida en la comunidad Viejo Velasco ejemplifica una práctica de desaparición forzada, ejecuciones, tortura, desplazamiento forzado ocurrida en el pasado, vigente en su erradicación en México.
