Tres Caracoles para treinta años

Lola Sepúlveda

Foto: Pancartas en el Festival CompARTE por la humanidad 6 de agosto de 2016. Caracol de La Garrucha, Chiapas. (Radio Zapatista)

Primer Caracol

Contaba el Viejo Antonio que el cielo hay que sostenerlo para que no se caiga, porque no está firme sobre nuestras cabezas, sino que cada tanto se pone débil y como que se desmaya y se deja caer… y entonces pasan calamidades.

Ocurre que los dioses primeros pusieron todo su esfuerzo en crear el mundo y cuando lo terminaron estaban ya cansados y entonces se dieron cuenta que no había techo, así que pusieron ahí cualquier cosa que se les ocurrió, deprisa y corriendo. Por eso no está firme y a veces se afloja.

Ese sostenedor vigilante lleva sobre su pecho, colgado, un caracol; con él escucha los ruidos y silencios del mundo para ver si todo está cabal

Pero los dioses primeros, conscientes del problema, dejaron a varios de ellos encargados de sostenerlo cuando da muestras de querer venirse abajo; uno de ellos vigila y cuando ve que puede caerse, avisa a los demás y entre todos, tensan de nuevo el cielo y así evitan que se venga abajo.

Ese sostenedor vigilante lleva sobre su pecho, colgado, un caracol; con él escucha los ruidos y silencios del mundo para ver si todo está cabal, y con él llama a los otros sostenedores cuando los necesita.

Los más antiguos decían que el caracol representa el entrarse al corazón, que es como decir al conocimiento. Y decían que el caracol también representa el salir del corazón para andar el mundo, que es como decir la vida. Por todo eso, decían, que el caracol ayuda para escuchar la palabra más lejana, y con él se llama al colectivo para que la palabra camine de uno a otro y nazca el acuerdo.

Ese es el primer Caracol, el de los pueblos originarios.

EZLN Caracol  1
Los zapatistas han creado toda una iconografía a partir de la figura del caracol y que se puede ver en todas las comunidades.

Segundo Caracol

Era julio de 1994. Siete meses antes, los zapatistas habían irrumpido en la historia levantándose en armas contra el mal gobierno. Una guerra que duró 12 días, porque la Sociedad Civil entró como una tromba en el conflicto, posicionándose por la paz.

No habían pasado dos meses, cuando las partes se juntaron a hablar en los Diálogos de la Catedral, en la ciudad chiapaneca de San Cristóbal de las Casas. El gobierno prometió promesas y se asombraron cuando los representantes zapatistas dijeron que no podían firmar el acuerdo sin antes preguntar a su gente. “La guerra se decidió en una consulta y la paz se decidirá igual”, dijeron.

Pero en la larga historia de los pueblos originarios, las promesas prometidas nunca se convertían en realidad y de la consulta salió el rechazo a las propuestas y la II Declaración de la Selva Lacandona, en la que llamaban a formar la “Convención Nacional Democrática” (CND), poco antes de las elecciones presidenciales de aquel año, que ganaría Ernesto Zedillo. Con la CND querían, entre otras cosas, iniciar un diálogo directo con esa Sociedad Civil que había impuesto la paz.

Pero se dieron cuenta que no tenían un lugar, un espacio para encontrarse, para hablar, y decidieron construirlo; así nació el Aguascalientes de Guadalupe Tepeyac, allá adentro en la selva. Su nombre recordaba el lugar dónde se celebró, en 1914, la gran Convención de Aguascalientes, la asamblea más representativa de la Revolución Mexicana que reunió a Villistas, Carrancistas y Zapatistas, en la que se establecieron las bases que darían lugar a la Constitución Política de 1917.

En Guadalupe Tepeyac construyeron un auditorio, un presidium, una biblioteca, una sala de ordenadores, cocinas, casas de hospedaje y estacionamiento. Lo fantástico no fue que lo construyeran en 28 días, ni que tuviera capacidad para 10.000 personas; lo fantástico es que construyeron un Caracol de ida y vuelta, sin fin ni principio, en el que el auditorio y el presidium estaban en el centro y la biblioteca en el inicio y el fin del Caracol.

En un punto de las construcciones había una casa que estaba como mal construida, con un extraño quiebre en uno de sus extremos; parecía que la casa estaba “chueca”. Pero no era así, simplemente era la forma que el caracol necesitaba para dibujarse.

“Aguascalientes, Chiapas. La esperanza en gradas escalonadas, la esperanza en las palmitas que presiden la escalera, para mejor asaltar el cielo…”

En el discurso de apertura de la Convención Nacional Democrática el 3 de agosto de 1994, el Subcomandante Marcos dijo: “Aguascalientes, Chiapas. La esperanza en gradas escalonadas, la esperanza en las palmitas que presiden la escalera, para mejor asaltar el cielo; la esperanza en el caracol marino que desde la selva por el aire llama”.

El 10 de febrero de 1995, en pleno diálogo epistolar con los zapatistas, el gobierno presidido por Ernesto Zedillo, inmerso en una grave crisis económica, decide traicionar a sus interlocutores y ordena al Ejército Federal que se adentre en la selva para detener a los “cabecillas” insurrectos; las fuerzas que tomaron Guadalupe Tepeyac, lo primero que hicieron fue destruir el Aguascalientes. Por alguna extraña razón, el punto de quiebre de la casa “chueca” permaneció en pie durante varios meses más.

Para finales de ese mismo año, un nuevo Aguascalientes creció en Oventik, en la zona de Los Altos, y poco después, otros nuevos salpicaron la geografía zapatista: Morelia, La Garrucha, Roberto Barrios y La Realidad.

Este es el segundo Caracol, el de los zapatistas y su historia.

Entrada a Caracol Zapatista
Letrero en la entrada del Caracol Morelia muestra el estilo de vida zapatista: producción y agricultura, salud y educación. Los visitantes a los caracoles, las comunidades zapatistas independientes, deben ser aprobados por el Consejo de Buen Gobierno antes de ingresar.» (Foto de Connor Radnovich)

Tercer Caracol

En el año 2003, los zapatistas decidieron dibujar un nuevo caracol en su imaginario. Partiendo de lo internacional, hablaron y pensaron en lo nacional, lo regional y lo local, hasta llegar al “Votán, el guardián y corazón del pueblo”, los pueblos zapatistas. Cuando nos contaron el proceso, explicaron que eso fue así, porque primero, desde la curva más externa del caracol hacia adentro, se piensan palabras como “globalización”, “guerra de dominación”, “resistencia”, “economía”, “ciudad”, “campo”, “situación política”… Al final de ese camino de fuera hacia dentro, en el centro del caracol, sólo quedaron unas siglas: “EZLN”.

Luego, hicieron el recorrido a la inversa, de dentro hacia afuera y solo quedó una frase: “un mundo donde quepan muchos mundos”.

Cuando esto sucedió, hacía ya dos años que la clase política les había lanzado a la cara su traición final, aprobando una mal llamada “Ley Indígena” que no cumplía con lo firmado en los Acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígena; durante año y medio, los zapatistas, adoptaron el silencio y siguieron trabajando en el proceso de construcción de su autonomía.

En julio de 2003 se crearían los nuevos Caracoles que por 20 años albergarían la Juntas de Buen Gobierno zapatistas

En el mes de julio de 2003, con la idea de que el Caracol es el vehículo ideal para que la palabra entre y salga y también para que ésta llegue más lejos, los viejos Aguascalientes mueren y dan paso a los nuevos Caracoles, el espacio que albergará, durante 20 años, a las Juntas de Buen Gobierno zapatistas, presididos por un cartel que dice: «Está usted en Territorio Rebelde Zapatista: aquí manda el pueblo y el gobierno obedece».

En 2019, los cinco Caracoles iniciales, se convirtieron en 12. El zapatismo crecía, las zonas crecían, y los Caracoles aumentaron, gracias al trabajo político organizativo de mujeres, hombres, niños y ancianos bases de apoyo zapatistas.

En noviembre de 2023 se hizo público que la autonomía zapatista se reorganizaba. Dando la vuelta a la pirámide, poniendo del revés las estructuras existentes, las Juntas de Buen Gobierno y los Municipios Autónomos desaparecen para que las decisiones sigan estando en la base, en las comunidades.

Pero de eso, hablaremos en otro momento…

Por ahora, este es el tercer Caracol, el de la autonomía zapatista que con su espiral de principio y fin, sigue siendo el lugar de encuentro, el lugar de la palabra y el lugar de la escucha.

Caracol EZLN Lento pero avanzo
Mural en Oventik. Foto de Steev Hise.

Este texto se basa en los siguientes Comunicados del EZLN que pueden encontrarse en la página de Enlace Zapatista:

Convención Nacional Democrática. Discurso del Subcomandante Marcos. 03/08/1994
“El Caracol del fin y el principio”. 23/10/1996
Chiapas: la treceava estela. Primera parte: un caracol. 21/07/2003
Chiapas: la treceava estela. Segunda parte: una muerte. 21/07/2003
Chiapas: la treceava estela. Tercera parte: un nombre. (La historia del sostenedor del cielo). 21/07/2003
Y rompimos el cerco. 17/08/2019

Este material se comparte con autorización de El Salto

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