Más de 2 mil 500 metros cuadrados de un campamento de refugiados provenientes de Oriente Medio, Asia y África han quedado reducidos a cenizas a causa de un potente incendio en la ciudad francesa de Calais. Las autoridades desconocen qué fue lo que originó el fuego.

Los bomberos han tardado horas en extinguir las llamas. El vicealcalde de Calais, agregó que todavía se desconoce qué originó el incendio y si el fuego ha dejado alguna víctima. En La Jungla, como es conocido este lugar, está habitado por casi 4 mil 500 migrantes y refugiados que viven en condiciones muy precarias.

La página Calais Solidarity informa que más de 300 migrantes se han quedado sin refugio debido al incendio y la policía ha parado de suministrar tiendas y suministros para que los refugiados puedan construir un techo. Hecho que preocupa a los activistas ya que bajan las temperaturas por la noche y llueve a menudo. Es por ello, que el incendio podría haber sucedido por las bombonas y fogatas que usan los acampados para poder calentarse.

Mignonet admitió que en los medios sociales han aparecido inmediatamente publicaciones especulando sobre la posibilidad de que el incendio hubiera sido provocado como acto de venganza por los mortíferos ataques terroristas de este viernes en París. Sin embargo, descartó que este fuera el caso. «Son dos cosas separadas —aseguró—, el incendio no tiene que ver con los ataques de esta noche en París».

Tres días antes hubo duros enfrentamientos con la policía francesa durante tres noches donde los granaderos lanzaron más de 300 granadas de gas lacrimógeno. Según cooperantes, estos disturbios reflejaron la creciente frustración de los refugiados por su incapacidad para colarse en camiones y trenes que se dirigen a Gran Bretaña.

En varias ocasiones los gendarmes franceses han intentado desalojar a algunos y efectuar un control de identidades.

El asentamiento, ubicado en las afueras de la ciudad francesa más cercana al Reino Unido, cobijaba a miles de personas que habían llegado a Francia procedentes de Afganistán, Siria, Eritrea, Etiopía, Sudán e Irak antes de la última ola migratoria a Europa. La mayoría de los refugiados vivía en tiendas de campaña en condiciones que no pueden considerarse dignas de un país europeo.

El tribunal administrativo de Lille condenó la semana pasada al gobierno francés por no garantizar unos derechos mínimos a los migrantes y refugiados que viven en el campamento improvisado de Calais.