El suicidio político de Pedro Castillo ha servido para confirmar la certeza que teníamos, que en el Perú se consolida la democracia tutelada y un narco Estado al servicio de mafias criminales y corruptas: fujimontesinismo, porkysmo, acuñismo, acciopopulismo, con la complicidad del cerronismo, los morados, y la “izquierda democrática”. Sin embargo, la salida de Pedro Castillo del gobierno, -que era una piedra en el zapato del neoliberalismo y del Congreso- sitiado y capturado por narco parlamentarios (Antezana, dixit) corruptos, salvo honrosas excepciones, no resolverá la larga y profunda crisis que hunde sus raíces en un sistema que se cae a pedazos y debe ser reformado radicalmente.
En estos últimos 32 años, gracias al neoliberalismo y la Constitución de 1993, lo único que hemos cosechado son la desigualdad, marginalidad, pobreza, pobreza extrema, violencia y exclusión de millones de peruanos/as históricamente olvidados/as, explotados/as, y considerados/as como “los/as nadie”. No podemos dejar de señalar que la elección democrática de Castillo significó el despertar del sujeto político despreciado por la élite económica y política racista, clasista y aporofóbica. Sin embargo, Castillo, sus allegados, la secta dogmática y delincuencial cerronista, y, la “izquierda democrática” no supieron estar a la altura de las circunstancias, y no tuvieron la capacidad de conformar una gran coalición democrática y popular.
Ahora que todo está consumado, con el beneplácito de los narco parlamentarios, que celebraron eufóricamente el suicidio político de Pedro Castillo, nos da una clara idea de su vocación autoritaria, antidemocrática, dogmática y excluyente. A estos políticos, solo les interesa legislar en favor de los grandes grupos de poder económico: Repsol, red de casinos, telefónica, mineras, petroleras, agroexportadores, bancos y financieras, pero a costa de la explotación y exclusión de millones de jóvenes, y la depredación de los recursos naturales.
El gabinete de ancha base, del gobierno de la señora Dina Boluarte, solo servirá para consolidar el modelo económico de capitalismo salvaje y/o neoliberalismo, madre de la corrupción e impunidad, y de la violación de los derechos económicos, sociales, culturales, medio ambientales, y de la injusticia social, que hipoteca el presente y el futuro de la vida y existencia social de millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
¿Qué hacer? La historia del Perú demuestra, que sólo la indignación y la “insurgencia organizada” de los peruanos/as del campo y la ciudad, resolverá esta “crisis raigal” de la modernidad/colonialidad, y el neoliberalismo (Quijano, dixit). Los movimientos sociales, tienen la palabra: cierre del narco Congreso, adelanto de elecciones, y Asamblea Constituyente, así se mueran de un infarto: K. Fujimori, Aguinaga, Montoya, Williams, Cueto, Chiabra, Cavero, Tudela, Yarrow. Alva, Muñante, Echaiz y, toda la fauna de neoliberales carroñeros y su prensa parcializada.
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