Foto: Maya Goded / Hablan los Pueblos
San Dionisio del Mar, Oaxaca. “Era un día domingo cuando logramos instalar la Asamblea de Pueblos de San Dionisio del Mar”, recuerda Onésima Juárez, defensora ikoots que aún tiene guardado en su memoria el día que decidieron luchar por su mar y tu territorio.
El 29 de enero del 2012, el pueblo huave de San Dionisio del Mar tomó la decisión de defender su territorio y no permitir la construcción de un parque eólico de la empresa “Mareña Renovables”. Así nació la Asamblea del Pueblo de San Dionisio del Mar, que lleva una década en resistencia contra las eólicas.
A diez años de este triunfo y sin que la pandemia lo impidiera, la Asamblea de San Dionisio del Mar sigue en lucha por defender su tierra y el mar que, aseguran, es su todo.
La asamblea conmemorativa por los diez años de lucha comenzó con una ceremonia y agradecimiento al Santo Patrono San Dionisio Areopagita, y posteriormente los defensores se reunieron para compartir los alimentos, recordar anécdotas de su trayectoria y proponer acciones de organización para continuar con su defensa.
El encuentro, si bien no fue masivo, contó con la participación de defensores de la tierra y representantes de organizaciones sociales de San Mateo del Mar, Santa Cruz, Alvaro Obregón y Unión Hidalgo, así como de las organizaciones Comité Ixtepecano y CÓDIGO DH, entre otras.
En 2012, el pueblo de San Dionisio del Mar decidió desconocer a la autoridad municipal Miguel López Castellanos, por haber recibido 20 millones de pesos por parte de la empresa eólica llamada en ese entonces Preneal (Mareña Renovables) y hoy en día Eólica del Sur. Fue así como los pescadores y campesinos formaron la Asamblea General del Pueblo de San Dionisio del Mar.
Fortino García, uno de los defensores, recalcó que la lucha continúa y que su territorio no se negocia y tampoco se vende por un proyecto eólico, por lo que la comunidad vive en resistencia.
Por su parte, la representante de las mujeres de la Asamblea, Laureana Márquez, destacó durante la conmemoración que “las mujeres estuvimos presentes dando la cara. Lo logramos compañeras y compañeros, aquí estamos, como asamblea no vamos a permitir empresas extranjeras, aquí se va a defender el mar, la tierra, seguimos firmes contra el eólico”.
Sara Méndez, de la organización civil Código DH, que ha brindado un acompañamiento y asesoría a la asamblea comunitaria, recalcó que la lucha está en todos lados y que gracias a que los derechos humanos se han conocido en los pueblos se han defendido, lo cual celebró invitando a seguir en resistencia y privilegiando la vida.
“Como organizaciones estamos para reportar sus dolencias, dar acompañamiento para que la voz de ustedes se escuche en esta exigencia por las consultas, que ahora parecen ser meros trámites, pero no es así. Una consulta debe ir encaminada hacia el respeto de los derechos humanos y para eso estamos las organizaciones, para contribuir”, señaló Méndez.
Asimismo, integrantes del colectivo “Mungier Ndyuck, Defensores del Mar” de San Dionisio del Mar precisaron que la defensa de la tierras se hace en cuerpo, alma y espíritu.
Pedro Orozco Márquez, vocero de la organización social, recordó que la lucha ha sido intensa no sólo para el pueblo indígena de San Dionisio del Mar. Explicó que los zapotecas de la localidad de Álvaro Obregón (Juchitán) fueron los que en 2011 lanzaron la alerta de que empresas extranjeras intentaban construir un parque eólico en la Barra Santa Teresa y que esto afectaría a San Dionisio del Mar, además de que advirtieron que contaban con un convenio desde 1994 con autoridades comunales para la entrega de mil 643 hectáreas a finales del año 2011.
“Festejamos para que nuestro pueblo no olvide su triunfo, su resistencia y su valor. Sufrimos represión por parte del gobierno estatal, pero seguimos en la lucha, porque ahora dicen que serán proyectos mineros los que lleguen, pero advertimos que tampoco vamos a permitirlo”, expresó.
En este 2022, después de diez años, San Dionisio del Mar sostiene que la resistencia sigue siendo el bastión de esta tierra huave del sureste oaxaqueño.