Rojava: en busca de la estabilidad imposible

Miguel Rivas García

Foto: A fecha de 18 de octubre de 2019, la invasión turca del norte y este de Siria había dejado un saldo de 300.000 personas refugiadas. (Sara Ainhoa De Ceano-Vivas Núñez)

Tranquilos, pero vigilantes. Estas son las dos palabras que mejor describan la situaciónactual en Rojava, el kurdistán sirio, siete meses después de que Turquía lanzara lainvasión contra esta región del norte y este de Siria el 9 de octubre de 2019bautizándola con un nombre contradictorio: Operación ‘Manantial de paz’. 

“La situación actual es de calma, pero también de caos por el tema de los desplazadosque llegaron repentinamente por ciudades que fueron atacadas en octubre del añopasado”, Las palabras de Amina Hussein, periodista kurdo-siria residente en Barcelona, suponenuna de cal y otra de arena. A pesar de que se respira un poco de normalidad en la región,las consecuencias de los ataques no han sido halagüeñas. “Ahora hay una crisis económica. La librasiria ha caído muchísimo, los precios están muy elevados, la gente no puede comprarbienes básicos y hay una pobreza insoportable”.

En esta misma línea se sitúa Arin, de la asociación Rojava Azadi Madrid: “Ha habidomuchas muertes, se han perdido muchas cosechas, se ha perdido la estación de agua deAlok, en Serekaniye, lo cual sirve de medida de presión por parte de Turquía parapresionar a la administración del norte y este de Siria, y hasta han cortado el flujodejando sin agua corriente a más de un millón de personas”.

Desde que comienza la invasión hasta diciembre, la cifra de fallecidos a causa de los ataques y bombardeos se sitúa en 522 civiles, 2.757 han resultado heridos y 400.000 se han visto forzados a abandonar sus hogares 

Según datos que maneja el Rojava Information Center (RIC), desde el momento quecomienza la invasión hasta diciembre, la cifra de fallecidos a causa de los ataques ybombardeos se sitúa en 522 civiles, 2.757 han resultado heridos y 400.000 se han vistoforzados a abandonar sus hogares dentro del país. A día de hoy, y en medio de lapandemia mundial del coronavirus, Turquía prosigue con sus ataques en regiones comola de Shebba, hogar de 200.000 desplazados internos procedentes del cantón de Afrin,al noroeste de Siria, ocupado por Ankara desde marzo de 2018.

En las últimas semanas, grupos yihadistas apoyados por Turquía han cortadocontinuamente el flujo de agua potable de la región de Hasakah, donde viven 460.000personas, lo cual puede suponer un suplicio para la población a la hora de tomarmedidas para evitar el contagio y propagación del virus, como lavarse las manos. Algoque se une a la ya frágil situación en la zona, la cual tiene que enfrentar la enfermedadcon escasez de recursos por el bloqueo del envío de material sanitario por parte deDamasco y la OMS (Organización Mundial de la Salud), y unas estructuras sanitariasgolpeadas por los bombardeos turcos.

Entre las medidas adoptadas por la Administración Autónoma del Norte y Este deSiria para contener la pandemia destacan las siguientes: Cuarentena en toda la regiónhasta el 23 de abril, cierre de escuelas, universidades y del paso fronterizo de Semalka,que conecta el noreste de Siria con el Kurdistán iraquí; prohibición de celebrar eventospúblicos y un programa de liberación de presos para “aliviar” la amenaza delcoronavirus en los centros penitenciarios.

El 2 de abril se registró la primera muerte por covid-19 en la región, un hombre de 53años procedente de Hasakah. Sin embargo, no fue hasta el 17 de este mismo mescuando la Administración autónoma anunció la noticia, culpando al Gobierno sirio deBashar Al-Assad y a la OMS por no haberles transmitido los resultados queconfirmaron las causas del deceso.

El 2 de abril se registró la primera muerte por covid-19 en la región, un hombre de 53 años procedente de Hasakah. Sin embargo, no fue hasta el 17 de este mismo mes cuando se supo

Hussein estaba en Rojava justo el día en el que comenzó la invasión de octubre. Jamás se esperabatodo lo que sucedió, sobre todo después del enorme esfuerzo y sacrificio que mostraronlas fuerzas kurdas para derrotar al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). “Siempre había estado ahí esa posible amenaza, pero en ese momento no éramos muyconscientes ni se esperaba que fuera tan pronto”, cuenta un voluntario español queestuvo luchando contra Daesh en las filas del YPG (Unidades de Protección delPueblo) en 2017. Esta persona ha pedido que su nombre no figure en este reportaje. “El pueblo kurdo lleva muchos años luchando contra los Estados que ocupan suterritorio por lo que, cuando empieza la lucha contra Daesh, son una fuerzafundamental. Tienen experiencia militar, capacidad organizativa y un proyecto por elque luchan. La coalición internacional, liderada por EE.UU., les ayudó con apoyo aéreo,artillería y formación, pero los combatientes sobre el terreno siempre fueron ellos”, puntualiza.

El anuncio del presidente norteamericano, Donald Trump, de retirar sus tropas de Siriasupuso un auténtico cambio de guion que descolocó totalmente a las milicias kurdas.Momentos después, Turquía entraba en escena el 9 de octubre y los kurdos no tuvieronmás remedio que hacer un pacto con Al Assad para resguardarse del ataque turco. Sinembargo, la retirada de EE.UU. del conflicto no fue total, sino que conservó tropas entorno a los pozos petrolíferos para “protegerlos” —según Washington— y permitir que loskurdos sirios puedan acceder a los hidrocarburos para obtener fondos y mantener lascárceles con prisioneros de Daesh.

LIMPIEZA ÉTNICA Y ARMAS QUÍMICAS

We cannot complain [No podemos quejarnos], estas tres palabras que se convirtieron en eleslogan utilizado en las redes sociales y en la calle para denunciar la invasión turca delkurdistán sirio. Centenares de personas fueron detenidas por el Gobierno del presidenteturco Recep Tayipp Erdogan por mostrar su rechazo a la ofensiva en el norte y este deSiria, o simplemente informar de ella.

Voces críticas como la abogada turca Nurkan Kaya, o el director y editor de la revistafrancesa Le Point, Franz-Olivier Geisbert, son dos claros ejemplos entre quienes sufrieron lacensura del Gobierno de Erdogan por referirse a la operación en Rojava como unaauténtica “masacre” o “limpieza étnica”.

“Si tú obligas a una persona a abandonar su casa por razones étnicas o ideológicas, estáshaciendo una limpieza étnica. Aparte de esto, cuando ellos se van de sus casas, traesotra población que no tiene nada que ver con la ciudad, ni con la cultura, ni su historia.Este proceso se sigue produciendo a día de hoy, porque en las ciudades que fueronocupadas por Turquía se han establecido checkpoints de grupos armados apoyados porTurquía y no dejan que la población civil kurda vuelva a sus casas”, reporta Hussein.

Turquía justificó el lanzamiento de dicha operación para “neutralizar” a las miliciaskurdas, a las cuáles considera “terroristas”, y establecer una “zona segura” de 30 km enel norte de Siria para el retorno de los refugiados sirios no kurdos a sus hogares. Noobstante, y según informes del RIC, las intenciones reales de Ankara pasaban porrealizar una “limpieza étnica” y repoblar la zona con más de 2 millones de refugiadossirios no kurdos que residían en Turquía y que, por ende, son leales a Erdogan.

“Esta zona no es segura y no lo va a ser por la presencia de mercenarios yihadistas y losataques con coches bombas. Es simplemente la expansión militarista y territorial delEstado turco que, teniendo a un enemigo más débil como es Siria, está tratando deaprovechar dos cosas: primero, un odio étnico contra los kurdos, pero también un odiopolítico contra un nuevo modelo político que da libertad y derechos a las mujeres, cosaque en Turquía podemos ver que está retrocediendo”, arguye Arin, quien ve en lainvasión turca una visión nacionalista que trata de resucitar el extinto Imperio Otomano.

Ankara no vaciló en ningún momento en emplear todos los métodos y armas a sualcance para conseguir su objetivo, aunque estos fueran totalmente reprobables.Amnistía Internacional denunció los graves crímenes de guerra, violaciones dederechos humanos, ejecuciones sumarias y ataques indiscriminados que Turquía estabaperpetrando contra la población civil con armas químicas como son el napalm y elfósforo blanco. Además, esta organización exhortó a países exportadores de armas aAnkara como EE.UU., Alemania, Italia o España a que “suspendan de inmediato” lastransferencias de armas a Turquía y las demás partes del conflicto. Una peticiónignorada “totalmente” a juicio de Hussein.

MUJER Y POLÍTICA

La revolución de Rojava no hubiera sido posible sin las mujeres. Cuestión de realidad,asegura Arin, quien prosigue argumentando su afirmación. “Entre todos los cambiosque ha habido durante la revolución, uno de los más importantes ha sido el de losderechos y libertades para las mujeres: Que reciban la misma cantidad de herencia quelos hombres, que tengan derecho a la custodia de sus hijos, a divorciarse, etc.”

Este caudal de progresismo que, tanto la mujer como la propia sociedad kurda haexperimentado con todas estas medidas, no se queda solo aquí. Arin cita todos estosimportantes avances que se han conquistado para la mujer en otros campos comopueden ser el de la libertad, trabajo o ascenso laboral: Salen más a la calle, trabajanfuera de casa, y en algunas ocasiones el porcentaje de mujeres que trabaja en algunasinstituciones de la Administración alcanza hasta el 60%.

Además, añade un datorevelador: el 70% del profesorado en el sistema educativo en Rojava es mujer. “Ha habido grandes y significativos cambios para la vida de las mujeres. No solo en lasáreas kurdas, sino también en las zonas árabes, y esto es muy importante, porquemujeres árabes que han vivido bajo el Estado Islámico ahora están participando de laadministración del norte y este de Siria en sus comunidades. Estas mujeres tienen claroque no van a volver a como estaban antes ni con el ISIS ni con el Estado sirio, porque sehan demostrado a sí mismas, pero también han demostrado a la población que soncapaces y, en muchos casos, más resolutivas que sus compañeros masculinos”.

El 70% del profesorado en el sistema educativo en Rojava es mujer. “Ha habido grandes y significativos cambios para la vida de las mujeres. No solo en las áreas kurdas, sino también en las zonas árabes”

Con la invasión turca, la posición de las mujeres sedesmoronó drásticamente, convirtiéndose, en palabras de Arin, en “carne de cañón” paramuchos grupos yihadistas. Junto a esto, la muerte del marido o el padre suele arrastrar aéstas a una situación económica “muy precaria” en las que les resulta difícil mantener asu familia. “La perdida de la casa y del sustento familiar supone para estas mujeresmuchas veces toda la pérdida económica y la estabilidad que tienen. Muchas de ellas,por miedo a ser casadas forzadamente, violadas o asesinadas, han huido de sus hogaresy saben que no pueden regresar”.

Rojava nunca ha sido un problema o amenaza para Turquía, sostiene Arin, y está en locierto. Aunque esto no fue un motivo de peso para que Ankara iniciara la ofensiva, paraJosé Manuel Mato, miembro del colectivo solidario Cádiz con Rojava y del AteneoLibertario Fermín Salvochea, la propia existencia de una región autónoma kurda sírepresenta un peligro para los intereses turcos. “Con este movimiento, a parte de una demostración de fuerza, Turquía está queriendoeliminar un ejemplo de sociedad libre kurda que podría ser muy peligroso de llegar a serduradero y estable para su propia integridad como Estado-Nación”, subraya Mato.

¿En qué consiste o se basa ese modelo de sociedad kurda? Según Arin, el modelo de laAdministración Autónoma del Norte y Este de Siria es un modelo “nuevo, mixto ybastante avanzado”, basado en la teoría filosófica y política de Abddullah Ocalan —político kurdo presidente del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán)—, quese llama Confederacionalismo Democrático y tiene tres grandes pilares: elmunicipalismo, la liberación de las mujeres y el ecologismo.

Este modelo trata de funcionar a nivel descentralizado y de generar bases colectivasfuertes que puedan solventar todos los problemas en las diferentes fases de la vida, yluego que exista una administración de coordinación entre ellas. “Es un modelo muy interesante porque se promueve la participación desde abajo. Seencarga de generar comunas en cada pueblo y barrio para que las personas puedanmejorar su vida. Tratan de generar cooperativas y modelos económicos diferentes. Estádividido en un modelo general y mixto, donde hombres, mujeres y la juventud operanconjuntamente. Otra parte es de las mujeres, que es un espejo paralelo al modelogeneral y que tiene competencias en todo lo que tiene que ver con las mujeres”, arguyeArin.

Aparte de este modelo, existe otro bastante interesante e inclusivo que se establece porcuotas, que es el modelo de copresidencia, en el que mujer y hombre, de lenguas yetnias distintas, están a la cabeza de la Administración.Paralelamente a este modelo, existe un sistema de cuotas que funciona de la siguientemanera. La cuota de género es del 50%, por lo que en todos los puestos de laAdministración tiene que haber, por lo menos, un 50% de mujeres; para la cuota deetnias el mínimo es, sin embargo, del 10%.

Tal y como desprende del informe Beyond the frontlines. The building of thedemocratic system in North and East Syria (RIC, 19/12/2019), las institucionesciviles que hacen posible este sistema político y social no solo buscan establecer estaalternativa política únicamente en Rojava, sino para el resto de etnias y pueblos deOriente Medio con el fin de que todos puedan vivir en paz y lograr una estabilidadduradera en toda la región.Una estabilidad que Turquía quiere eliminar.

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