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Resistir y colaborar: Una lucha de todos los días para defender el Istmo

Diana Manzo

Fotos: Esperanza González

Jaltepec de Candayoc, Oaxaca. El viento de norte que sopla en Jaltepec de Candayoc no es común en primavera, señala Tito Díaz, un hombre simpático y sabio que cuenta anécdotas de esta agencia ayuuk (mixe) de Oaxaca.

“Son nuevos aires, el clima ya no es como antes, muchas cosas de la naturaleza han cambiado”, explica desde las instalaciones del Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA), en donde se llevó acabo el segundo módulo de la Escuela de Defensores y Defensoras del Istmo de Tehuantepec.

Impulsada por este centro de educación superior, la Red de Defensores y Defensoras Comunitarios de los pueblos de Oaxaca (Redecom) y Servicios para una Educación Alternativa (EDUCA), la Escuela de defensores tiene el objetivo de contribuir y fortalecer los procesos de los pueblos y comunidades que luchan por la vida, los derechos y sus territorios desde una perspectiva de organización colectiva.

Reunidos en un salón de usos múltiples, las voces de las mujeres y hombres resuenan, y es que cada uno va contando sus experiencias de vida, de su sentir en el cuidado y protección del medio ambiente, con el fin de entender y comprender su papel como defensoras y defensores comunitarios.

“Yo defiendo el Istmo porque no quiero que se destruya mi hogar, el de mis padres, el de mis hijos; y para ello hay que organizarnos”, refieren los estudiantes mientras dialogan entre ellos.

En la escuela, que inició en noviembre y concluirá el próximo mes de mayo, participan comuneros y autoridades comunitarias de Jaltepec de Candayoc, ejidatarios de Mogoñe Viejo, Guichicovi, Estación Mogoñe, la Redecom, el Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (Copudever), Monopakëy de San Mateo del Mar, el Centro de Derechos Humanos Tepeyac, así como defensores y defensoras de la Venta, Salina Cruz y Tehuantepec del frente “El Istmo es nuestro”.

“¿Cómo defender el Istmo, si no se conoce?” es una de las preguntas que en reiteradas ocasiones se hicieron durante el segundo encuentro de la escuela, a la que la mayoría de los asistentes respondió que, justamente, este tipo de actividades dan muestra de que la vida y los recursos naturales valen por encima de cualquier megaobra.

Además del análisis del contexto en relación a que el Istmo es una zona de conflicto social y político, también se compartieron herramientas para el ejercicio de la documentación y denuncia en los niveles estatal y nacional para, lo más importante, crear medidas de seguridad en el ámbito comunitario.

Una escuela para fortalecer la organización de pueblos

Esperanza González, defensora comunitaria de la Redecom, explicó que crear una escuela regional de defensores y defensoras del Istmo de Tehuantepec se concretó porque en la zona existe un acecho de proyectos extractivos y transnacionales, además del proyecto del Corredor Interoceánico, que ponen en riesgo la vida de cientos de comunidades que habitan en la región.

Expresó que desafortunadamente a los pueblos no se les consulta ni se les informa sobre los daños verdaderos que ocasionarán los proyectos, sino que se les imponen, por lo que entonces es necesaria “la organización”.

La joven maestra y formadora dijo que “cada vez vemos con mayor preocupación el saqueo e invasión de tierras, porque algunos de los proyectos que ya están en la región están afectando la salud de quienes habitan en la zona. Consideramos que debemos fortalecer nuestra organización, contar con instrumentos que nos permitan defender nuestro derecho a la vida, al territorio”, agregó.

Por su parte, los participantes se reconocen y se asumen como defensores comunitarios, que son, aseguran, los más invisibles para el estado.

Para este segundo módulo de la escuela hubo exposiciones y talleristas que compartieron su conocimiento con los defensores, en su mayoría jóvenes istmeños.

Mujeres de Jamiltepec, que defienden el Río Verde contra una hidroeléctrica, expresaron que la organización y su lucha son necesarios, pero que lo mejor por ahora es la formación y escuchar las experiencias de otros defensores para defender el agua.

Lo mismo reafirmaron activistas de las localidades istmeñas, quienes aseguraron que la defensa contra el Corredor Interoceánico está más fuerte que nunca, y que su lucha es contra el despojo y la criminalización.

En este segundo encuentro, que abarcó tres días, los asistentes pudieron intercambiar experiencias sobre la documentación y los mecanismos de denuncia como herramienta para la defensa de los territorios, y recalcaron que lo aprendido en este módulo es que la organización es la base de todas las luchas.

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