Miles de migrantes y refugiados lograron abandonar el campamento en Idomeni, Grecia, por encontrar una entrada para cruzar a Macedonia, de los cuales cientos alcanzaron a ingresar. El ejército macedonio cortó el paso a los demás refugiados que intentaron entrar por el mismo paso una vez que se identificó.

Los migrantes y refugiados hallaron un “hueco” en la valla instalada en la frontera de Macedonia con Grecia, donde miles de personas aguardaban la oportunidad para continuar su viaje hasta, en su mayoría, Alemania. Al movimiento se le bautizó como la “marcha de la esperanza”.

Varios hombres y mujeres junto con sus familias atravesaron el pueblo heleno de Chamilo, varios campos y un río cuyas aguas estaban heladas. Las autoridades griegas también intentaron detenerlos sin éxito.

La policía de Macedonia detuvo tanto a refugiados como a los periodistas que los siguieron por haber cruzado “ilegalmente” la frontera. A la veintena de periodistas detenidos se les otorgó la libertad después de que pagaran una multa de 250 euros.

Macedonia aseguró que no abrirá su frontera y que los refugiados que lograron atravesarla serán enviados de nuevo a Grecia, además de que aumentará la vigilancia y la presencia de elementos policiales en los límites territoriales.

Con información de agencias