Las condiciones de los nuevos centros de refugiados a los que Grecia envió a las personas que desalojó en Idomeni y otros campos “no sirven ni siquiera para los animales”, denunciaron voluntarios en el país.

Esto se comprobó a través de fotografías y diversos testimonios que evidenciaron las condiciones de los campamentos, tipo almacenes militares, los cuales no son aptos para albergar a miles de personas.

«No había agua corriente, atención médica, sin mencionar la falta de traductores o alimentos para niños», denunció Phoebe Ramsay, una de las voluntarias que ayuda a los refugiados en el norte de Grecia desde principios de año.

«Las condiciones de los nuevos campamentos son pésimas, depresivas y hasta peligrosas”, agregó, con la certeza de que las nuevas instalaciones son peores que las que los refugiados improvisaron en Idomeni.

“Los refugiados tampoco pueden contar con «duchas, electricidad o estufas”, asegura Alexandria South, quien atendía en un campo situado en una abandonada planta de cueros a las afueras de la ciudad de Salónica. «Le falta a las madres agua caliente para hacer los biberones o desinfectarlos».

Durante tres días, la policía helena transfirió a unos 4 mil refugiados y migrantes en autobús desde el campamento en Idomeni hasta otros campos en el área industrial de Salónica, mientras que otros prefirieron abandonar el campamento por su cuenta.

La mayor parte de los casi 8 mil 500 refugiados que vivieron en Idomeni rechazaron el traslado a los nuevos campos oficiales.

El desalojo del campamento de refugiados improvisado en Idomeni concluyó este jueves, cuando la policía griega sacó a las últimas 800 personas del lugar para trasladarlas a otros centros en el país.

Con información de agencias