Un Aquelarre es una reunión de brujas. También es el nombre de uno de los colectivos veracruzanos que tomaron la posta en la defensa de las mujeres, frente a una violencia cotidiana y extendida en todos los rincones del estado.

“Nacimos en 2010 como un colectivo, pero ahora ya somos una asociación civil, a raíz de la agitación social que se generó a partir del intento de reformar la constitución para penalizar el aborto, pero que entonces se vino abajo.”

Una situación que ahora se reflotó con la iniciativa del gobernador de Veracruz, Javier Duarte, tal cual. “Ahora estamos nuevamente trabajando en torno a esto y la agitación vuelve a ser grande. Es una iniciativa que se debe parar de nuevo. Hasta los conceptos son importantes: no hablar de “aborto”, sino de “interrupción voluntaria del embarazo” porque de eso se trata, de nuestro derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo.”

El colectivo Aquelarre, cuentan sus integrantes, se conformó a partir de una serie de reuniones que, más allá de plantarle cara a la penalización del aborto en aquel 2010 (y en este 2016) empezaron a pensarse a sí mismas, su importancia y el papel que desempeñan en las cuestiones.

“Los círculos de auto-conciencia feminista son reuniones en dónde ponemos temas sobre la mesa y vamos platicando sobre nuestras experiencias personales. Nadie es más experto sobre nuestras vidas que nosotras mismas. Lo clave es tener en cuenta también que lo personal y la vida privada también son políticas.”

La mayoría de las que se conformaron en este colectivo eran estudiantes universitarias de Veracruz, por eso les pareció lógico difundir el espacio entre las distintas facultades, aunque resaltan que nunca fue un ámbito exclusivo para estudiantes, aunque sí únicamente para mujeres.

“Los círculos de auto-conciencia fueron nuestro fuerte y tuvieron una muy buena respuesta. A partir de eso nos hemos podido mantener y diversificar nuestras acciones”

Relatan las chicas de Aquelarre que se plantearon tres vertientes para encarar un “proceso de empoderamiento feminista: los grupos de auto-conciencia; por otro lado, comenzaron a realizar talleres de formación en comunidad, a hacer festivales para entrar en contacto y conocerse: “para darnos cuenta que no estamos solas, que juntas podemos lograr cosas y así fortalecer nuestra autoestima y recobrar el valor que tenemos en la sociedad”

La tercera vertiente en la que trabajan actualmente es en la “incidencia social” de la organización, en la que comenzaron a establecer alianzas con otras organizaciones y a participar a su vez de la Red de Mujeres Feministas de Veracruz.

“Está habiendo un empoderamiento feminista en Veracruz. Nos fuimos haciendo concientes, y buscamos que a otras también les pase, de la necesidad del trabajo conjunto con otras mujeres y eso se está dando, al menos en Xalapa, que es nuestro principal ámbito de acción. Desde 2010 hemos visto un crecimiento de colectivos y colectivas de mujeres pero que tienen la particularidad que se reconocen y posicionan como feministas”

Colectivos hermanos para las chicas de Aquelarre son la Colectiva Las Nihuilas, el Grupo de Autoconciencia Feminista de Xalapa, así como la Colectiva Combativa Feminista.

“Desde que la violencia se intensificó en Veracruz al asumir Javier Duarte el gobierno del estado, no sólo hacia las mujeres sino contra toda la población del estado, hemos visto que a la par hubo un crecimiento en la claridad del pensamiento de las mujeres movilizadas.”

Hay un movimiento interesante en el estado que fue llamado a la palestra ante los casos recientes de violencia sexual a dos jovenes, que tomaron estado público en la entidad y causaron un tremendo revuelo mediático, ya que los agresores son parte de familias influyentes del estado, hijos de políticos y empresarios que ya tenían fama de sus prácticas violentas contra otras mujeres.

“Nos impactó lo sucedido. Ya nos habían llegado otros casos anteriores de mujeres que habían sufrido este tipo de agresiones. Hubo dos chicas de la Universidad que denunciaron acoso sexual en su lugar de estudio. Nos contactaron y nosotras buscamos, mediante nuestras redes, buscar alguna respuesta a los casos. A otra compañera que fue víctima de acoso callejero en un punto de Xalapa, que reaccionó contra el ofensor, éste le fracturó los dientes.”

Una de las tareas en las que están trabajando actualmente, en conjunto con las otras organizaciones es la elaboración de un mapeo colectivo de los puntos en donde ha habido agresiones sexuales o de otro tipo de violencia hacia la mujer, para hacerlo visible, estudiarlo.

“Estos casos de violaciones que se conocieron en el Puerto de Veracruz no son de ahora, se han dado desde hace años, pero siempre sorprenden, no es ni el primero ni el único. Pero lo que estamos haciendo como primera respuesta es no quedarnos calladas. Hagamos ruido y digamos que estamos molestas”

Otra de las luchas feministas y de grupos de mujeres en Veracruz ha sido la pelea por lograr la alerta de género en el estado.

“Es necesario que el gobierno asuma su papel y haga que se imparta justicia en estos casos. Eso es lo que nos proporciona la alerta de género y a lo que el gobierno no puede hacer caso omiso. De esa recomendaciones nos podemos agarrar las colectivas y asociaciones para reclamar que se cumpla. Es un marco jurídico, una ley, un deber para el estado. Lo que nos permite la alerta de género, por más que no sea suficiente, es impugnarla contra el estado para que asuma sus obligaciones. Entonces las organizaciones pasamos a funcionar como observantes en su aplicación”

Es una alternativa, sí, pero desde los colectivos reconocen que también tienen que organizarse de otra manera. Vincularnos, conformar redes y conocerse, porque no se puede luchar junto a quien no se conoce.

Foto: Cuartoscuro / Marcha en Boca del Río, Verazcruz, por justicia para Daphne, el lunes 28 de marzo de 2016