Necesario, incorporar educación socioemocional a la enseñanza formal

UAM

La educación emocional es un enfoque fundamental que deben abordar las instituciones, pues responde a un conjunto de necesidades sociales que no quedan lo suficientemente atendidas en la instrucción formal, señaló el doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), durante la Inauguración del Primer Congreso Internacional Sociedad, Educación Emocional y Mindfulness.

A partir de la pandemia se ha acrecentado la importancia que tienen las emociones para la construcción de una mejor sociedad y en las relaciones entre las personas. Por ello, es primordial construir una línea de investigación desde la Universidad que proporcione herramientas más sólidas, científicas, metodológicas y conceptuales para aportar a la estabilidad emocional.

La maestra María Dolly Espínola Frausto, directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de esa sede académica, destacó que el Departamento de Relaciones Sociales ha propuesto la creación de un área de investigación de Sociología de las Emociones, lo que permitiría ampliar el horizonte de trabajo de esa instancia.

Desde hace por lo menos dos décadas, la visión de lo micro social resulta fundamental para entender los procesos macro, por lo que es pertinente –sobre todo después de la emergencia sanitaria– incorporar estos estudios, por lo que expresó su deseo de que los trabajos de este Congreso fortalezcan la discusión para la construcción de este nuevo proyecto académico que está en curso.

La doctora Theo Koffler, fundadora y directora de Mindfulness Without Borders, quien ha apoyado a miles de jóvenes, personal de salud y adultos mayores en todo el mundo, impulsando herramientas socioemocionales que les han ayudado a lidiar con situaciones difíciles, sostuvo que en 2007 crearon el Programa de Embajadores de Mindfulness con un pequeño grupo de educadores y practicantes.

La filántropa canadiense explicó que comenzaron aplicándolo en comunidades en conflicto, entre ellas Nigeria, Uganda y Ruanda, lo que inspiró a Amira Valle, invitada a esta charla por el Departamento de Relaciones Sociales, a convertirse en facilitadora del Programa de Embajadores de Mindfulness, siendo la primera mexicana en contar con esa certificación.

En 2004 la maestra Valle leyó sobre los huérfanos del narcotráfico y le alarmaron las cifras; en ese entonces, 40 mil niños habían perdido a sus padres por este fenómeno, y los sistemas educativos no estaban capacitados para abordar su problemática emocional. Después de conocer los alcances de este método en África, consideró aplicarlo con menores en México.

Desde 2016 se han formado siete generaciones de facilitadores del Programa de Embajadores de Mindfulness en el país, contando con participantes de toda la República Mexicana, así como de Guatemala, El Salvador, Bolivia, Ecuador, Chile, Estados Unidos y España; ellos han llevado el sistema a miles de participantes en escuelas, universidades, empresas, reclusorios, hospitales, clubes deportivos, clínicas de trastornos alimenticios, residencias de adultos mayores, entre otros entornos.

El programa Mindfulness sin fronteras se basa en tres principios fundamentales: la educación socioemocional, que crea estrategias y prácticas que ayudan a fortalecer la salud mental y el bienestar general; las prácticas seculares del mindfulness, que se refieren al entrenamiento de la atención para fortalecer la concentración en el aquí y el ahora, lo que permite la autorregulación.

El tercer principio es la pedagogía del consejo, ingrediente esencial de esta doctrina pues tiene su raíz en culturas ancestrales y se basa en el encuentro presencial que favorece el desarrollo de habilidades personales e interpersonales, así como en la apreciación de las diferencias y las similitudes humanas.

Mindfulness sin fronteras reconoce que cada quien ve al mundo a través de su propio lente, con sus sesgos, miedos, suposiciones y prejuicios. Los participantes se sientan en círculo y cada uno es visibilizado y valorado de igual manera. No se enseña; se facilitan conversaciones multiculturales a través de preguntas en las que cada uno pueda compartir sus experiencias personales; “escuchamos con respeto y apertura las diversas opiniones”, precisó Koffler.

“Minduflness es una forma de ser y de pensar; más que una teoría, es una práctica en la cual enfocamos la atención en la experiencia presente de nuestro cuerpo y mente, así como del medio ambiente que nos rodea. Así, aprendemos a vivir en el presente, en el aquí y el ahora; la idea es percibir las cosas tal como son, con intención y sin juicio”, afirmó Valle.

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