Benigno Guzmán fue un campesino nato de la Sierra de Coyuca de Benítez, en Guerrero. Fue un luchador social, articulador de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), fundador del Colectivo contra la tortura y la impunidad (CCTI). “Una columna del movimiento social en Guerrero y en México”.
Cuando el 28 de Junio de 1995, efectivos de la entonces Policía Motorizada y Judicial del estado de Guerrero montaron un retén, cerca de Aguas Blancas, para impedir una manifestación de la OCSS que reclamaba la presentación con vida del campesino Gilberto Romero Vázquez e insumos agrícolas para varias comunidades, se dice que lo buscaban a él. Esa represión acabó con 17 campesinos muertos y 21 heridos, pero Guzmán sobrevivió.
“Benigno fue uno de los líderes campesinos de la Costa Grande de Guerrero, quien junto a Bertoldo Martínez, que era médico y a Hilario Mesino, impulsaron la unidad de las organizaciones campesinas de esa zona que culminó con la fundación de la OCSS. Después de la Masacre de Aguas Blancas, la persecución que sufrieron fue muy fuerte, hasta que los detuvieron”, explica Raymundo Díaz Taboada, médico e integrante del CCTI. “Todos esos líderes campesinos son sobrevivientes de la cárcel y de torturas, víctimas de procesos penales viciados. El gobierno los consideraba líderes de alto riesgo y peligrosidad, por eso luego de tenerlos detenidos durante un par de años en el penal de Acapulco, los trasladó, junto a los presos de la Masacre del Charco, al Penal Federal de Puente Grande.”
“Estaban buscando a Benigno para matarlo. Siempre fue un personaje incómodo para los gobernadores de turno, exigiendo justicia. Representó una piedra en el camino para el gobierno de Rubén Figueroa Alcócer, para todo gobierno autoritario”, la que recuerda su figura es Erika Zamora, integrante de la Asociación Civil Red Solidaria Década contra la Impunidad.
Erika es también una sobreviviente de otra masacre que azotó Guerrero poco tiempo después, la del Charco, en la Costa Chica de Guerrero, a fines de junio de 1998.
“Benigno fue un luchador incómodo. A partir de que sale de la cárcel se reincorpora a la lucha social en la OCSS y también por el castigo a los responsables de la Masacre de Aguas Blancas. Baja un poco el perfil cuando se empieza a enfermar. Tenía cerca de 50 años cuando es enviado a prisión”, explica Zamora.
“Fui detenida cuando él estaba preso en Acapulco. Me tocó vivir junto a él el traslado hacia Puente Grande, el traslado, la tortura y los golpes de la policía judicial. Fue un hombre firme en lo que creía, eso me conmovió, que se mantuviera firme a pesar de su edad y de lo vivido. Para mi representa esa parte de la lucha que no se rinde, que está ahí a pesar de las adversidades. Solidarizándose siempre”, agregó.
“Lo interesante de su visión fue el cultivo de una visión social solidaria entre campesinos pobres como él, de una práctica de vida comunitaria y de una dirección colectiva de la organización que fundó. La OCSS nucleaba a varios municipios, por lo que el proceso necesariamente implicaba a las asambleas de distintos lugares para formar acuerdos. Eso fue lo que le dio solidez a la organización”, explica Díaz Taboada.
El médico integrante de la CCTI relata que a pesar de ya estar enfermo, Benigno Guzmán se acercó a la Normal Rural de Ayotzinapa tras la muerte y desaparición de los Normalistas, a expresar su solidaridad y apoyo.
