Foto: Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos.

Ciudad de México | Desinformémonos. “Es una tristeza más, un golpe más al movimiento feminista, al movimiento de mujeres. Después del asesinato de Berta Cáceres, ahora perdemos a otra mujer insigne en la lucha por la igualdad de la mujeres. Es un hasta pronto con mucho dolor a una mujer que deja un legado muy importante para el feminismo y el movimiento de mujeres en Honduras. Un ejemplo de rebeldía, fuerza y determinación, así lo comparte Yessica Trinidad, Coordinadora de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de Honduras.

Gladys Lanza y Berta Cáceres “eran cómplices y amigas, algo que las vinculaba mucho era la alegría, ambas siempre estaban con una sonrisa, además de los territorios y los derechos de las mujeres, las dos defendían también la alegría. Hoy ambas están juntas pero su legado se queda entre nosotras” afirma Yessica Trinidad.

Gladys es una luchadora histórica de Honduras, una de las fundadoras del Movimiento Mujeres por la Paz Visitación Padilla, defendió los derechos de las mujeres y dio una importante batalla para que pudiéramos tener acceso al derecho a vivir una vida libre de violencia.

En 2013, la misma Gladys Lanza compartió con la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras) que durante más de 30 años su organización seguía defendiendo “la soberanía de Honduras, con una posición política antiimperialista, protestaba permanentemente contra la violencia hacia las mujeres, fomentaba la participación política de las mujeres, visibilizaba sus luchas y los pensamientos diferentes, porque aseguraba: “tenemos el derecho a transformar el mundo”.

Por su labor como defensora de derechos humanos fue perseguida y criminalizada. El 26 de marzo de 2015 recibió por parte del Tribunal en Honduras una sentencia condenatoria a 18 meses de prisión e inhabilitación para desempeñar la representación legal de la organización Movimiento Mujeres por la Paz Visitación Padilla, de la que era coordinadora.

Fue acusada injustamente del supuesto delito de injurias en perjuicio de Juan Carlos Reyes, Director de la Fundación para la Vivienda Social, Urbana y Rural (FUNDEVIH), vinculada al acompañamiento que Gladys y su organización, dieron a Lesbia Pacheco luego de haber sido víctima de acoso sexual, acoso laboral y despido injustificado por parte del director de la FUNDEVIH.

En su momento la comunidad nacional e internacional, incluida la dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) Berta Cáceres, exigieron el cese a la criminalización contra Gladys Lanza, quien aseguraba que aunque ella pudiera pagar, en ningún momento iba a conmutar la pena, porque eso iba a significar aceptar que acompañar a las mujeres víctimas de violencia era un delito y eso no lo iba a permitir, que si le tocaba ir a la cárcel así lo iba a hacer.

Ante el proceso judicial Gladys Lanza y la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de Honduras interpusieron un recurso de casación con el objetivo de acceder a la justicia y obtener la revocación de la sentencia, sin embargo, hasta la fecha el Tribunal no dio ninguna respuesta. “Para Gladys la presión y la incertidumbre de saberse con una condena encima fue algo que la afectó mucho en su salud física y su salud emocional, asegura Yessica Trinidad. “Gladys murió siendo perseguida por el Estado de Honduras, el cual si no nos mata de una forma nos mata de otra, Gladys murió en la búsqueda de justicia, no sólo para ella sino para todas las mujeres en Honduras”.

La defensora murió la madrugada de este 20 de septiembre luego de varios meses de haber visto afectada su salud. Murió a la edad de 74 años, y será enterrada el miércoles 21 de septiembre en su natal Tegucigalpa. Deja consigo un legado de lucha inclaudicable a favor de los derechos de las mujeres: “nunca separarse del pueblo, estar organizadas, movilizadas y activas para luchar contra el único enemigo que es el Estado”, fueron sus llamados para luchar contra el Estado “machista y patriarcal que promueve la impunidad”.