Masivas manifestaciones en todo el territorio ecuatoriano se registraron en rechazo a los ajustes económicos anunciados el martes 1 de octubre por el gobierno de Lenin Moreno. Las resoluciones tomadas por el ejecutivo  representan cumplir con las ordenanzas del Fondo Monetario Internacional que pone en riesgo el bienestar social de la población.

A tempranas horas de este jueves 3 de octubre hasta la madrugada del viernes 4, varios sectores sociales organizados y la ciudadanía en general salieron a las calles a protestar contras las medidas económicas y laborales que afectan a los sectores populares del país.

En el transcurso del día se fueron sumando varias organizaciones y colectivos que gritaron unánimes: “fuera Moreno fuera”.

Este rechazo nacional, responde a la eliminación del subsidio de la gasolina extra, ecopaís y diésel, recorte del 20% a los sueldos de los empleados del sector público, reformas tributarias, reducción de aranceles para la importación de maquinaria agrícola, artículos tecnológicos y vehículos con costo menor a los 32.000 dólares, y la eliminación del anticipo del impuesto a la renta para las empresas. Todas estas medidas apoyadas por el FMI.

Ante el nulo diálogo entre el gobierno y los sectores sociales, sumado a la preferencia por los mercados internacionales y las importaciones, provocó el malestar en la población que exige la salida del presidente del Ecuador.

En cuanto a las reformas laborales, las principales afectaciones que se prevé es la precarización del trabajo extendiendo el plazo para los contratos de prueba y flexibilización de la jornada laboral de 40 horas semanales, como resultado se pronostica más explotación laboral, y desempleo.

Todo esto, en el marco del acuerdo entre el gobierno y el FMI de 4.600 millones de dólares. Considerada otra forma de cambio del modelo económico en atención al pago de la deuda externa y medidas neo liberales.

A la convocatoria generalizada al paro nacional, se suspendieron las clases en los centros educativos, varias de las actividades económicas se paralizaron y  los transportistas suspendieron sus operaciones.

En las manifestaciones se presenció el uso represivo de las fuerzas estatales a manifestantes y periodistas, 267 detenciones, incidentes y saqueos en distintos puntos del país. Sin embargo, la Ministra de Gobierno María Paula Romo manifestó que no hay vuelta atrás con las reformas anunciadas.

Lenin Moreno ha decretado estado de excepción bajo el argumento que no se aceptarán desafíos ni chantajes. Su imposición goza del blindaje policial y militar, además de los medios de comunicación convencionales que desinforman o no informan, desmovilizan y desacreditan la lucha y resistencia del pueblo ecuatoriano.

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