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Más allá de las molotovs: la creatividad de las luchas contra las tendencias autoritarias globales

Inés Durán Matute y Francisco De Parres Gómez

“Somos superiores estéticamente” y “Están perdiendo la batalla cultural los zurdos de mierda” son dos frases repetidas en reiteradas ocasiones por el mandatario argentino Javier Milei. Con esto busca hacer alusión a la supuesta inferioridad creativa de las izquierdas comprometidas a construir opciones alternativas frente a la policrisis global. Ello tiene propósitos confrontativos que denostan la otredad y su trasfondo busca exaltar la xenofobia y las crecientes expresiones de acción política neoconservadora. ¿Qué hacer frente a esta situación? ¿Cómo subvertir los discursos autoritarios y las estrategias de comunicación reaccionarias? ¿Cómo contrarrestar la apropiación del lenguaje de las resistencias por parte del neoconservadurismo?

Con la crisis financiera de 2008, se vio que no se podían utilizar las medidas tradicionales para contener sus efectos y el descontento. Se empezaron a dejar atrás respuestas más “democráticas” y surgieron nuevas formas de autoritarismo. Así, con el desfile de gobiernos de derecha, el fortalecimiento y expansión de partidos de extrema derecha, de políticas punitivas y represivas, de discursos de odio, y de ideologías nacionalistas, reaccionarias, racistas, neofascistas y antifeministas, en la última década se comenzó a hablar del resurgimiento del autoritarismo global

Al mismo tiempo, se acabaron las grandes narrativas, los metarrelatos, los grandes gestos revolucionarios y con ello nuestras fantasías utópicas. Desde 1992, Francis Fukuyama anunció el fin de la historia, refiriéndose a que no había alternativa al capitalismo liberal. Nuestras esperanzas fueron reducidas a la participación política electoral y la democracia representativa se posicionó como el único horizonte político posible. De esta manera, se ha querido frenar nuestra creatividad para organizar las relaciones sociales de otra manera y construir futuros no capitalistas. Esto ha llevado a pensar una forma de realismo capitalista donde, como advierte Mark Fisher, “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. 

En medios masivos y redes sociales, en publicidad y propaganda consumimos continuamente imágenes y sonidos que alimentan nuestras mentes con discursos y estéticas reaccionarias; el autoritarismo moldea mentalidades, moviliza a la gente en niveles psicológicos y emocionales profundos. Por ello, las contraestrategias no sólo tienen que ser versátiles, sino que necesitan utilizar lo sensorial y emotivo para comunicar eficazmente alternativas emancipadoras. Necesitamos otros lenguajes, utilizar imágenes, sonoridades, experiencias y sensibilidades distintas que impulsen a las personas a hacer frente a estas tendencias autoritarias globales y demostrar que las izquierdas están lejos de una crisis de imaginación política.

El libro Beyond Molotovs. A Visual Handbook of Anti-Authoritarian Strategies recoge 50 relatos de activistas, colectivos, movimientos, artistas y académicos de alrededor del mundo, que nos muestran la creatividad para subvertir las ideologías autoritarias. En forma de imágenes, canciones, memes, poemas, ocupación de espacios, símbolos, graffitis, murales, pegas, las personas están creando estéticas de resistencia que viajan por el mundo. Éstas no sólo sirven para enfrentar las tendencias autoritarias, sino para hacer frente a la frustración, la desesperanza y el fatalismo, para dar esperanza a la humanidad. “Otros mundos son posibles”, como dicen y hacen las comunidades zapatistas, quienes históricamente han usado la poética y las artes como parte de su praxis política, esa que construyen mujeres y hombres campesinos mayas de las montañas de Chiapas.

Coordinado por el International Research Group on Authoritarianism and Counter Strategies y kollektiv orangotango, el libro recoge experiencias imaginativas de lucha, que le permite a los lectores recorrer el planeta mirando cómo las personas realizan acciones coordinadas pero también espontáneas en diversas geografías. Estas estéticas de la resistencia reflejan protestas, como las que sucedieron en Hong Kong por la ley de extradición que amenazaba su autonomía frente a China, que con poderosas imágenes multicolor distribuidas por las calles exigieron su cancelación. Acciones similares tuvieron lugar en Polonia donde, a través de intervenciones en el espacio público, se abogó por los derechos reproductivos y a tener el control sobre nuestros cuerpos. En rechazo al militarismo, desde Colombia se viralizó el mural “¿Quién dio la orden?” el cual había sido removido y censurado por militares.

Hongkong Protest Art, Kwai Fong Lennon wall

HK Protest Art, Kwai Fong Lennon wall por Studio Incendo, 2019. Muchas veces las artes realizadas aluden a emociones de alegría, de gozo, de fiesta frente al miedo, el odio y el orden que transpira el autoritarismo. Por ejemplo, en Turquía, la resistencia en Boğaziçi contra las políticas opresivas gubernamentales tomó forma de festivales artísticos. Al igual, marchas festivas con música y baile se hacen presentes contra la represión y el racismo, y por la defensa de la tierra y el Sumak Kawsay (Buen Vivir) en Ecuador. Sin embargo, las luchas saben que no todo es felicidad, pues los golpes que reciben son duros. El dolor y la memoria también forman parte de sus estrategias de resistencia. Así, poemas y fotos sirven como testimonio del arduo camino de los migrantes en los Balcanes; y el dibujo funciona como acto de conciencia contra la represión del pueblo kurdo.

Migration por Ercan Altuntas

En diversidad de formas y lenguajes, estas estéticas muy otras nos transmiten intenciones similares, como se puede ver en la lucha antipatriarcal. En Rusia, un grupo feminista decidió sabotear un evento “pro-vida” de un grupo ultra-conservador ortodoxo haciéndose pasar por ellos y cargando pancartas con frases irónicas como “La masturbación es un genocidio” y “¡Prohíban los abortos! ¡Que vuelvan los tiroteos masivos! ¡Llenen los gulags!”. Mientras tanto, en Tanzania, una artista utiliza la pintura para denunciar la violencia patriarcal que le arrebató la vida a su madre; en la India, se mezclan el muralismo y la poesía para combatir el sexismo y descolonizar el deseo; y en Argentina, las mujeres posicionaron el paliacate verde como símbolo de su lucha por el aborto legal. Estos ejemplos iluminan e inspiran las luchas de las mujeres de lo local a lo global para crear futuros lejos de las formas autoritarias patriarcales. 

Feminist boat-trip por Dave Frenkel, 2017.

La hegemonía cultural, según Antonio Gramsci, se refiere a la dominación ideológica y cultural que un grupo social ejerce sobre otros, buscando que sus valores, creencias y normas se perciban como universales y naturales, en lugar de ser vistas como construcciones sociales. Ello implica que las clases dominantes no sólo controlen los aparatos estatales y económicos, sino también las instituciones culturales y educativas que moldean la percepción del mundo. La batalla cultural, entonces, es el proceso mediante el cual diferentes grupos sociales compiten por influir en la construcción y difusión de sus ideas, con el objetivo de que sean las hegemónicas. Esta lucha, como advierte Javier Molina, no se limita al ámbito político o económico, sino que también se libra en la esfera de las ideas, los valores y las representaciones culturales. No sorprende por ello que tendencias reaccionarias neoconservadoras tengan claro que la cultura actualmente es un campo de disputa importante. 

Drafts for passport and flag for the Bishan Commune, por Xiaoma y Chengzi.

Casos en que la creatividad se instala como estrategia antiautoritaria, y que condensa Beyond Molotovs, los podemos también encontrar de Siria a Filipinas, de Camerún a Bosnia y Herzegovina, de Cuba a Myanmar. Ya sea por el control mediático o por diferencias de lenguaje, a veces estas experiencias, luchas, símbolos, sonidos y estéticas no logran llegar a todos los rincones del planeta. Beyond Molotovs es un intento por romper esos cercos y liberar nuestras imaginaciones utópicas, para que circulen y se nutran unas a otras. De esta manera, creemos que la pluralidad de creatividades podrá hacer frente a la crisis planetaria y sus crecientes tendencias autoritarias. 

Descárgalo libremente aquí

*Inés Durán Matute es investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social y parte del del Grupo Internacional de Investigación sobre Autoritarismo y Contraestrategias (Alemania). Es coeditora de Global Authoritarianism. Perspectives and Contestations from the South (Transcript, 2022) and Beyond Molotovs. A Visual Handbook of Anti-Authoritarian Strategies (Transcript, 2024).

**Francisco De Parres Gómez es antropólogo, comunicólogo y fotógrafo. Actualmente es Investigador Postdoctoral en el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad Veracruzana (México). Está interesado en la dialéctica del arte y la política, los movimientos sociales, la estética anticolonial y la educación artística. Es autor del libro Poéticas de la resistencia: Arte zapatista, estética y decolonialidad (Cátedra Jorge Alonso, 2022) y coordinador del libro Internacionalismo crítico y luchas por la vida. Hacia la construcción de horizontes futuros desde las resistencias y autonomías (Cátedra Jorge Alonso/CLACSO, 2023)

Para leer la versión original (inglés) directamente en Progress in Political Economy, click AQUÍ

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