«¿Por qué los buscamos? ¡Porque los amamos!», «hija, hijo, escucha, tu madre está en la lucha» y «¡vivos se los llevaron, vivos los queremos» fueron algunas de las consignas que gritaron cientos de madres que no pueden festejar este 10 de mayo, pues su hijas o hijos están desaparecidos.

La incertidumbre de no saber el paradero de sus hijos es una realidad a la que se enfrentan miles de madres en el país. Ellas han buscado por todos lados a su seres queridos y desde hace once años cambiaron los festejos familiares por la Marcha de la Dignidad Nacional «Madres buscando a sus hijos, hijas, verdad y justicia».

«El 10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta» fue otra de las consignas que cientos de madres gritaron este martes en la Ciudad de México, mientras cargaban en sus manos los rostros de sus hijos impresos en lonas, pancartas u hojas.

La marcha salió del Monumento a la Madre con dirección al Ángel de la Independencia, donde las familias intervinieron el monumento con las fotografías de sus desaparecidos.

En el mítin de la marcha, se informó que la mañana del 10 de mayo una representación de los colectivos de familiares por los desaparecidos en México intentó tener una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que no fueron recibidos. Las familias solicitaron una reunión para fortalecer las acciones de búsqueda e identificación de personas desaparecidas.

De acuerdo con las familias, las cifras de desaparecidos han incrementado de manera alarmante en el país. Una de las madres que protestó por primera vez en la movilización fue Rosa Isela Velasco Acosta, quien busca a su hijo Christian Jesús Díaz Velasco, desaparecido en Chalco en marzo pasado. Rosa Isela asegura que el único delito de su hijo fue salir a buscar trabajo, y pide que las autoridades aceleren la búsqueda.

El rostro de Christian se suma a la de los miles de desaparecidos que se ven en las lonas de las madres. Hasta el momento, México suma 99 mil 824 personas desaparecidas y no localizadas, de acuerdo con los datos oficiales de la Secretaría de Gobernación (Segob), pero se estima que la cifra supera las 100 mil víctimas.

En México, el primer colectivo de madres en búsqueda de sus hijos fue el Comité Pro-Defensa de presos perseguidos, desaparecidos y exiliados políticos de México, mejor conocido como el Comité Eureka, fundado en 1977 por Rosario Ibarra de Piedra, quien murió el pasado abril sin conocer el paradero de su hijo Jesús. Esta organización nació tras la persecución y detención ilegal de militantes de movimientos políticos surgidos a finales de los años 60 y toda la década de los 70. Dentro de sus logros, está la presentación con vida de 148 personas desaparecidas.

En 1993 surgió la organización Nuestras hijas de regreso a casa, que en su mayoría son madres y familiares de víctimas de desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez. Hoy, decenas de colectivos de madres buscadoras se encuentran activos en todo el país, con la esperanza de volver a ver a sus hijos.