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Lolita en Ixim Ulew. La reciben las comunidades en resistencia, las feministas, y el presidente Arévalo

Texto: Claudia Korol | Fotos: Gloria Muñoz Ramírez

El 27 de junio Lolita llegó a Ixim Ulew -mal llamada Guatemala-, con una emoción indisimulable y desbordante. Llegó acompañada de tres buses de compas de Honduras, México, Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, Euskal Herria, Italia y Kurdistan, y del amor de muchas compas que siguen a través de las redes la ruta del retorno comunitario. Se cumplían ese día 70 años del golpe de estado que los militares, conducidos por la CIA, realizaron contra Jacobo Arbenz, presidente entonces de Guatemala. Fue un golpe con la marca de la United Fruit Co. que expresaba la voluntad política de las grandes empresas transnacionales, de afirmar su poder en complicidad con los estados y sus fuerzas militares.

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Al iniciar las actividades, el 28 de junio, se cumplían 15 años del golpe de estado en Honduras. Dos días antes, se realizó un golpe de estado en Bolivia, frustrado rápidamente. Así se escribe la historia de nuestro continente. Golpes y contragolpes. Los pueblos alimentando rebeldías.

En esa mañana, las abuelas de las comunidades que recibían a Lolita, junto a la delegación, levantó el fuego en la “Plaza de las Niñas”, donde se recuerda a las 41 niñas asesinadas en el “Hogar Seguro Virgen de la Asunción”, el 8 de marzo de 2017. Alrededor de ese fuego sagrado,  se nombraron a las niñas, y se las recordó como defensoras de la vida, ya que ellas habían denunciado que eran víctimas de violaciones, violencia sexual, violencia institucional, y se fugaron del Hogar. Al ser capturadas se las castigó quemándolas vivas. Se rindió homenaje también a las ancestras, a quienes abren caminos, entre ellas a Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, quien en ese año 2017 viajó a Guatemala para abrazar a las madres de las niñas y junto a ellas exigir justicia.

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Después del mediodía, Lolita fue recibida con una parte de la comitiva por el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, quien le dio la bienvenida a su tierra, señalando que él sabe lo que son los dolores del exilio, ya que ha vivido también como “hijo del exilio”, cuando su padre, el ex presidente de Guatemala Juan José Arévalo, tuvo que salir del país por la persecución política del gobierno de Jorge Ubico. Durante su exilio en Uruguay, nació Bernardo Arévalo, quien fue diputado por el Movimiento Semilla, y hace 6 meses que es presidente.

Quimy De León, fundadora e integrante de Prensa Comunitaria señala: “El  momento político que vive Guatemala es inédito. Arévalo está en el gobierno gracias a las luchas colectivas de los pueblos indígenas y de otras colectividades, de derechos humanos, feministas, pero el protagonismo principal que permitió que Arévalo tomara posesión, fue el de los pueblos indígenas. Guatemala estuvo 106 días levantada y en pie de lucha, en una lucha absolutamente pacífica, en la que se hizo una toma del Ministerio Público. El hecho de tomar un recinto y permanecer hasta que se generen las condiciones o se cumplan las demandas de la gente, ésa es la memoria colectiva inmediata de hace 10, 12 años. De ahí viene la lucha de Lolita también. Esa memoria colectiva permitió, primero, que se respetara la voluntad popular, que fue en el voto, y dos, que se garantizaran las mínimas condiciones del Estado de Derecho, que nunca ha representado ni beneficiado a los pueblos, pero se llegó hasta ese punto. Este presidente y este gobierno están ahí gracias a esas condiciones que generaron los pueblos indígenas.”

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En el diálogo, Lolita Chávez expresó al presidente la necesidad concretar la defensa de las defensoras y defensores, respetar los procesos de autonomía territorial del pueblo k´iché y de otros pueblos en resistencia vinculados a la Madre Tierra, poniendo fin a los desalojos y a la violencia contra las comunidades, generar condiciones para el retorno del exilio de otras luchadoras y luchadores, y para que en su caso, dado que Lolita está protegida por las medidas cautelares de la CIDH, se cumplan con las exigencias mínimas que le permitan establecerse en el territorio k´iche´. Lolita expresó también la necesidad de que se garantice el derecho a la tierra, que no haya impunidad para el crimen organizado, y que se acabe con la militarización del país”.

El presidente Arévalo señaló que estaba en predisposición de avanzar en el cumplimiento de los derechos humanos, que tienen un aspecto fundamental en el cuidado de las defensoras de tierras y territorios, y en terminar con la corrupción que atraviesa a las distintas esferas de gobierno, del sistema de justicia, del parlamento. No hubo promesas, pero se manifestó la voluntad política del gobierno de avanzar en cambios sociales en favor de los pueblos. El recibimiento de Lolita, constituye una señal para los factores del poder, como los narcos, los grupos violentos de las empresas, para que cesen las hostilidades contra las y los luchadores políticos y sociales.

Por la tarde, distintas colectivas feministas realizaron un cálido recibimiento político a Lolita, y en asamblea se analizaron los elementos del contexto político del país, se pudo escuchar las palabras de las comunidades, de la delegación internacionalista, y no faltó el coro feminista que conmovió con su canto libre y colectivo. María Dolores Marroquin, del colectivo feminista La Cuerda, expresaba en su análisis: “Las derechas están vinculadas a las mafias, al narcotráfico, a la trata de personas, a la industria armamentista, a las industrias extractivistas, a la industria que está haciendo explotación de los cuerpos, de las sexualidades, sobre todo de las mujeres, de las niñas. Muchas de estas respuestas de reforzamiento de las derechas son, justamente, un efecto de los logros que hemos traído desde los movimientos emancipatorios, desde los movimientos feministas, que hemos ido avanzando en la construcción de nuestras autonomías, que hemos colocado la alegría, la esperanza, la valentía, como parte de nuestras banderas, y que además nos hemos atrevido a cuestionar el deseo, para hacer realmente transformaciones profundas, y nos hemos atrevido a cuestionar incluso a nuestros compañeros de las izquierdas, con los que hemos luchado por muchísimos años. Estamos tocando las fibras más sensibles, y estamos haciendo rupturas con aquellos mecanismos que nos oprimen. Esta respuesta se debe a todo ese avance que los movimientos de mujeres y feministas estamos teniendo en todo el mundo. No es extrañarse esta reacción, y por eso consideramos que más que nunca es necesario tejer redes de complicidad, de hermandad, que nos inspiren y que nos den energía para seguir transformando. En ese sentido le damos la bienvenida a toda la comitiva y a Lolita, en esta actividad que tiene que ver con esa esperanza, con esa alegría, con esa posibilidad de construir en aquellos lugares más recónditos, realidades distintas para las mujeres y para los pueblos. Queremos sobre todo celebrar la alegría y reivindicar que estamos soñando, y que nos estamos atreviendo a romper los límites que nos han dicho que no podemos superar”.

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El regreso de Lolita a su territorio en comunidad es un contragolpe cargado de esperanza y alegría, de confianza. Los pueblos así lo celebran. La danza, el canto, acompañó a la delegación en cada paso, y así será en territorio K´iche´, donde ya está preparada la gran fiesta de las comunidades para abrazar a la hermana que regresa abriendo caminos, rompiendo fronteras, inaugurando comunidades que tienen raíces en los territorios y flores en todos los cielos. “Florecerás Ixim Ulew”, repite Lolita Chávez, y las semillas se apuran a ser parte de la fiesta.

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