Justicia para “Gasparcito”

Tlachinollan

En la tarde de este 6 de julio, con el dolor en el corazón, familiares, amigos y estudiantes acompañaron el sepelio del niño Gaspar, asesinado por las balas de personas armadas en la colonia Cuba de Tlapa. En el recorrido al camposanto de la colonia Caltitlán resaltaban los globos blancos de la paz y dos estrellas azules a los lados del féretro. Esta despedida toca las entrañas de la tierra porque se truncaron los sueños y le cortaron las alas a “Gasparcito”.

La misa se realizó al filo de las tres de la tarde en la capilla de la Virgen del Carmen en el barrio de Cuba. Al salir cuatro niños cargaban el féretro con sus rostros palidecidos, tristes por la pérdida de su mejor amigo. Caminaron al lado del río Jale hasta que llegaron al panteón. Una banda de música entonaba algunas melodías, pero el silencio permanecía en el conglomerado de gente que abrazaba el dolor de la familia.

Al llegar pegaron con unos clavos la caja cubierta de un manto blanco. Los familiares empezaron a despedirse con una margarita blanca y agua bendita. Las niñas y los niños pasaron de uno en uno con sus lágrimas en los ojos. El rostro de un niño permanecía serio agarrando dos globos blancos, mirando de un lado a otro sin saber qué hacer; era una realidad complicada de asimilar. La violencia llegó a tocar el alma de la niñez, pero apenas unas voces se alzaron esta mañana para exigir justicia y seguridad a las autoridades locales y estatales.

Este lunes 4 de julio de 2023 como a las 9 de la mañana cerca de la capilla de la colonia Cuba, personas desconocidas atentaron con arma de fuego en contra de un adulto mayor de 60 años que se desempeñaba como taxista del sitio Tlapa-Cochoapa el Grande, lamentablemente los disparos tuvieron como consecuencia que el niño Gaspar de 7 años que transitaba por el lugar fuera impactado con una bala en la cabeza. Los dos fueron trasladados al hospital general de Tlapa, donde el adulto perdió la vida. El niño fue estabilizado, pero debido a su gravedad tuvo que ser trasladado en helicóptero a la capital del estado para ser atendido por especialistas con las que no cuenta el hospital de Tlapa.

Cerca del mediodía del miércoles 5 de junio el menor perdió la batalla en el hospital Raymundo Abarca Alarcón de Chilpancingo y fue trasladado hasta la ciudad de Tlapa para entregarlo a sus familiares.

Este jueves 6 de julio maestros, estudiantes y el comité de padres de familia de la primaria Galileo Galilei realizaron una marcha para exigir justicia por el asesinato del niño Gaspar. La convocatoria para la movilización señalaba que el punto de reunión fue en las instalaciones de la escuela, a las 8 de la mañana, y concluyó en el zócalo con la demanda de justicia a las autoridades estatales y municipales.

En un reclamo promovido por la niñez, se pidió al gobierno municipal mayor seguridad para las colonias de Tlapa con pancartas que decían “los niños no se tocan, exigimos seguridad presidente” o “exigimos justicia para Gasparcito”. Más de un centenar de personas entre niños, padres de familia y maestros, marcharon por las principales calles de la ciudad de Tlapa para mostrar su inconformidad.

El contingente concluyó su movilización en el ayuntamiento municipal donde externaron su exigencia de justicia y su preocupación por la violencia generada en la última semana en la ciudad de Tlapa y que en esta ocasión a un menor de 7 años se le arrebatara la vida. Es preocupante que las autoridades municipales y estatales no hagan nada. No les importa la vida de la niñez, sus sueños y sus esperanzas. Es inaudito que la policía municipal y estatal no se haya movilizado para detener al responsable y que se haga justicia por este infame asesinato. Estos actos de violencia han llegado lejos con la muerte de “Gasparcito”. La Montaña de Guerrero está de luto.

Es importante que la Fiscalía General del estado de Guerrero aclare el móvil de la agresión y que realice las investigaciones para detener y castigar a los responsables que participaron en el asesinato principalmente del niño. Nunca es una bala perdida, más bien, fue una bala dirigida a matar. Estas son las consecuencias de la violencia que generan los grupos de la delincuencia organizada o de civiles armados que actúan con toda la impunidad. Por esto es urgente que las autoridades municipales, estatales y federales atienden con esmero el tema de la seguridad y que se haga justicia. No se puede permitir que se sigan pintando de sangre las banquetas, las calles y el río Jale de Tlapa.

“¡A la triki ti triki! ¡Ra! ¡A la triki ti triki! ¡Ra! ¡A la bio, a la bao, a la bim bon ba! ¡Gasparcito! ¡Gasparcito! ¡Ra! ¡Ra! ¡Ra!”, al unísono repitieron esta porra los familiares, amigos, maestros y estudiantes en el panteón poco antes de que el féretro fuera colocado en su tumba. Las lágrimas empezaron, pero también las palabras de justicia y los recuerdos de esperanza.

Publicado originalmente en Tlachinollan

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