Familiares de las víctimas celebraron las sentencias contra los responsables de las desapariciones forzadas, torturas y asesinatos cometidos en el marco del Plan Cóndor, el cual consistió en la represión coordinada por las dictaduras sudamericanas para eliminar a los disidentes entre mediados de la década de 1970 y principios de los ochenta.

Uno de ellos es Macarena Gelman, quien se congratuló al escuchar la condena de un tribunal argentino a 25 años de cárcel para el coronel uruguayo, Manuel Cordero, uno de los verdugos de su madre, María Claudia García. «Es el primer uruguayo condenado por el caso de mi mamá, para mí es muy significativo», expresó.

Hace 16 años, Macarena descubrió que era una niña robada por la dictadura argentina, que la arrebató de los brazos de su madre, quien fue torturada y desaparecida en 1976. Con 23 años conoció a su abuelo biológico, el poeta argentino Juan Gelman, quien la buscó infatigablemente hasta dar con ella, en Montevideo, en el hogar donde creció sin conocer el oscuro destino de sus verdaderos padres.

«Es una sentencia satisfactoria. Realmente se le mueve a uno algo muy profundamente cuando escucha las condenas por lo que tienen que ser, cuando escucha los impedimentos que van a tener, la condena que van a cumplir, en un contexto de justicia, con todas las garantías que no tuvieron nuestros familiares», dice Macarena en la abarrotada sala de audiencias del tribunal.

Otro de los familiares es Andrés Habegger, hijo de Norberto Habegger, quien fue secuestrado en Río de Janeiro y desaparecido por las fuerzas de seguridad de Argentina en apoyo con las de Brasil.

«Lo más importante es que se demostró que el Plan Cóndor fue una asociación ilícita de las diferentes dictaduras», asegura Habegger. «Los otros países no están pudiendo juzgar estos crímenes, por eso el fallo tiene valor no sólo para Argentina sino para todos los países”, sostuvo.

Por su parte, Nora Cortiñas, presidenta de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, expresó que la justicia debió llegar antes cuando aún vivían los máximos responsables del Plan Cóndor, entre ellos el dictador Rafael Videla.

«Falta un poco más de resistencia hasta lograr que no quede nada de impunidad. Que podamos vivir pensando que no se van a volver a repetir esos hechos terribles de represión y de metodologías que no las queremos nunca más», afirma Nora, con el simbólico pañuelo blanco de las Madres en la cabeza y la fotografía de su hijo desaparecido, Carlos Gustavo Cortiñas, colgada del cuello.

«Faltan el resto de las condenas, falta que nos digan dónde están los detenidos desaparecidos y a quién entregaron los bebés de sus madres cautivas. Falta mucho, pero lo vamos a lograr», afirmó.

Con información de El País