Si bien en algunos barrios se implementan actividades para fortalecer su identidad y convivencia, la Ciudad de México es tan masiva y los esfuerzos tan poco estructurados que se diluyen y la fuerza social carece de una estrategia de envergadura, como ocurre en metrópolis europeas, reconoció el maestro Alejandro Hurtado Farfán, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el Seminario de Urbanismo Internacional. Ciudad de Innovación, convocado por el Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo de la Unidad Azcapotzalco, sostuvo que en la capital mexicana hay muchas iniciativas, aunque muchas se disgregan por intereses de grupos políticos, lo que pervierte el espíritu de ayuda y beneficio social.

“Cuando se habla de espacios públicos, algunos apuntan a llenar de ciclopistas la urbe, pero no es lo mismo tener medio millón de habitantes en Copenhague a tener más de 20 millones en la capital del país, por lo que es conveniente organizarnos como sociedad”.

El académico presentó el proyecto del arquitecto italiano Filippo Vajra La megalópolis de nadie, investigación y propuesta para la ocupación del espacio público en La Lagunilla, que plantea la instalación de una especie de guardería con juegos y otras áreas para diversas acciones.

“El terreno propuesto se encuentra cerca del Metro Garibaldi, con el fin de brindar un sitio púbico para que mamás y papás del mercado de La Lagunilla puedan dejar a sus hijos jugar y estar seguros”, señaló en su ponencia Barrios innovadores, una reflexión urbana.

Hurtado Farfán comentó que aun cuando en un inicio Vajra estuvo en la capital para realizar recorridos por Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl y el Centro Histórico, elaboró su tesis en conjunto con el arquitecto Giovanni Ratto, junto con quien, más tarde y después de ganar un premio, regresó a trabajar en este barrio.

Sin duda, “algo que llamó su atención fue el sector informal dado que en el país 30.5 millones de personas laboran en él, de acuerdo con datos del segundo trimestre de 2018 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Uno de los sectores más representativos de la informalidad es La Lagunilla, de ahí que la esencia del proyecto es ver lo que sucedía en el barrio en cuanto a esa actividad, lo cual los llevó a plantear una estructura que funciona en más de una escala espacial tratando de integrar la atención al contexto de la mejora de los servicios y la sostenibilidad.

La propuesta presentada permite la circulación de usuarios comunes y dispositivos (puestos) informales a través de una serie de operaciones sencillas de espacio para atender las necesidades de los usuarios que llevan años ubicados en la zona y se ha rehabilitado un área adicional para diligencias públicas, dejando un lugar negociable para tareas informales aleatorias”.

El objetivo era crear una variedad de situaciones para hacer que el proyecto fuera más flexible y tuviera diferentes usos. Se trata de un espacio lineal con cierta variedad de ambiente que alberga acciones fijas y otras más ocasionales y ofrece de manera más amplia nuevos sitios de socialización y ocio”.

El maestro en Arquitectura y urbanismo regional también presentó el proyecto Innovación urbana Bolonia, especial para niñas y niños de 12 y 13 años, a los que se acompaña en un camino de descubrimiento, conocimiento y sensibilización de la ciudad en la que viven y de sus riquezas artísticas y culturales.

Al igual que Barrios de la innovación, Nápoles, que engloba varios proyectos de intercambio, movimiento, creatividad, descubrimiento, regeneración, humanidad e igualdad.

El doctor Sergio Padilla Galicia, académico del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo, refirió que la ponencia presenta dos mundos diferentes: el caso europeo –de Italia– y la metrópoli mexicana, que es muchas urbes dentro de una, donde no es posible hablar de un solo barrio o de una topología de éstos, sino que hay muchas realidades dentro de la zona metropolitana, con cientos o miles de particularidades.  

En el caso europeo las iniciativas provienen de la sociedad civil, que ha creado un marco social e institucional para dar cabida y salida a estas múltiples alternativas en Bolonia y Nápoles y son iniciativas ciudadanas que atienden problemas de la comunidad con un enfoque social que brinda oportunidades.

“En nuestro contexto no es que no ocurra algo similar, pero es tan masiva la metrópoli y los esfuerzos tan poco estructurados que se diluyen y esa fuerza social se pierde o no tiene una estrategia de mayor envergadura como pudiera ser en los casos europeos”, concluyó.