¿Existe Honduras?

El Salto

Por: Paco Gómez Nadal

René Amador lleva casi ocho años exiliado en España. Resistir al golpe de Estado que desalojó a Manuel Zelaya del gobierno de Honduras en 2009, ser sindicalista (en el Sindicato de Instructores de Formación Profesional), participar en el frente que trató de contrarrestar el estado de facto instalado en el país lo pagó con el desarraigo. Y ahora trata de contar a quien quiera escucharle que Honduras está en manos de un narcogobierno, que el país no es más que una inmensa “maquila” y que lo que ocurre allí no es más que un laboratorio donde probar formas de dominio y de explotación.

Amador estuvo ayer en el espacio de La Vorágine (Santander) donde planteó las redes existentes entre ciertas élites de Honduras, el proyecto uribista y los intereses de Estados Unidos. También planteó las posibilidades de la Alianza Oposición Contra la Dictadura, un conglomerado electoral en el que participan partido Libertad y Refundación (Brazo político del Frente de Resistencia Popular) integrado por un amplio espectro de fuerzas políticas que va desde los liberales progresistas a los comunistas, indígenas y corrientes sociales; las bases del Partido Anticorrupción (PAC), y el Partido Innovación y Unidad (de tendencia socialdemócrata).

Y es que, aunque no aparece en las noticias, Honduras se la juega de nuevo el 26 de noviembre, cuando se celebran elecciones. Honduras, el país donde han sido asesinados 120 líderes ambientales desde 2010 (entre ellos, Berta Cáceres); el país donde “un pueblo organizado trata de luchar contra unas élites aliadas con Estados Unidos y con grandes grupos económicos europeos”. Las elecciones del 26 de noviembre son clave porque se elige al presidente de la República, a 128 diputados del Congreso, a 20 diputados del parlamento centroamericano, a 298 alcaldes, a 198 vicealcaldes y a 2.092 regidores. Pero especialmente porque la izquierda tiene serias posibilidades electorales. Eso en Honduras parece una osadía (o que le pregunten a Zelaya).

Hay temor al fraude electoral y es un temor sustentado. En 2013, según el Centro de Documentación de Honduras, se compró entre el 20 y el 50% de los votos. Ahora, en sólo 4 años, el Tribunal Electoral ha crecido el padrón electoral en un 20%, un millón de personas, en un país de apeas 8 millones de habitantes. “Han inflado el censo porque de hecho el instituto nacional de estadística proyectaba un aumento en 60.000 personas –porque el país se ha desangrado en estos años por la emigración”. “En Honduras manda el Comando Sur y el Departamento de Estado de Estados Unidos y cuando ya no aguantan a un narcopresidente como Juan Orlando Hernández toman medidas para que sus intereses no se vean afectados”, insiste Amador, que cree que hay una amenaza real de cara a las elecciones del 26 de noviembre, cuando la alianza opositora tiene posibilidad de dar un vuelvo a la situación de facto que vive el país. “Es claro que tienen una estrategia para evitar el triunfo de la oposición”. Dice René que “Honduras se parece hoy a la Colombia de principio de los noventa”, pero la lectura positiva es que “el pueblo no agacha la cabeza y el movimiento social y político está articulado como nunca”. ¿Existe Honduras?, ¿la hacemos existir?, ¿hablamos de ese país que “no ha logrado independizarse aún”? “La barbarie nos está abrasando sólo por intentar cambiar la realidad del país” y el resto del mundo no lo quiere ver.

Este material fue publicado con autorización de El Salto

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