“Es fundamental llevar el boicot a Israel a lo académico”: Bethlehem Habboob

Amal Tarbift

Bethlehem Habboob (1995), de padre palestino y madre granadina, estudió traducción e interpretación en lengua árabe (Universidad de Granada) porque quería conectar con la identidad de su familia paterna y la lucha palestina. Sus estancias en varios países, incluída Jordania, le hicieron acercarse a sus raíces y sentir la lejanía que viven las más de 2.000.000 millones de personas refugiadas palestinas en el país vecino. Bethlehem es una de tantas a las que el estado de Israel le prohíbe la entrada a su propia tierra, impidiendo visitar y conocer a su familia gazatí. 

Bethlehem forma parte de A-Yudur, colectivo de juventud por Palestina en Estado español. Principalmente abogan por “la liberación de toda Palestina, desde el río hasta el mar”. Desde la diáspora, Bethlehem, junto a varias personas, construyen la organización para asumir la lucha contra el apartheid en esta parte del mundo. A veces saca su rabia y se desahoga e inspira escribiendo poesía. 

Además de su formación en Traducción e Interpretación en árabe y Ciencias Políticas en la Universidad de Granada, Bethlehem se encuentra realizando actualmente el doctorado en el Departamento de Antropología Social y Cultural en el marco del Programa de Doctorado “Estudios de las mujeres. Discursos y prácticas de Género. Aprovechando su situación como docente de la asignatura de Justicia Social, se lleva a su alumnado a la acampada por Palestina de la Universidad de Granada surgidas en el mes de mayo. El resultado ha sido la ruptura de las relaciones académicas con las universidades israelíes. 

Por esta decisión, ha sufrido una llamada de atención por parte del decanato de Relaciones Laborales, donde imparte docencia en el grado de Trabajo Social, alegando que estaba ausente de las clases. “En la Academia también hay personas sionistas que intentan quitarnos de en medio a toda costa”, añade. Pese a eso, se mantuvo firme en sus convicciones llevando la intervención social a la práctica.

Habéis conseguido, fruto de varias semanas de movilizaciones, que la Universidad de Granada rompa las relaciones de colaboración científico-técnica y de movilidad con universidades e instituciones israelíes.
Ha sido un trabajo muy profundo de concienciación, no solamente desde el pasado octubre, sino desde hace décadas. El movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) en Granada al estado sionista lleva trabajando desde hace muchos años de forma incansable, sobre todo desde que comienza el genocidio. Han sido muchas las actividades y las acciones realizadas tanto en la calle como en la academia. La propia red universitaria por Palestina comenzó a funcionar de una manera más coordinada. A partir de la conferencia de Francesca Albanese, relatora de la ONU, la profesora del Departamento de Estudios Semíticos, Nadia Hindi, envió un correo al rectorado pidiéndole una reunión. Sorprendentemente para todas, contestó de forma favorable a la petición. Hasta ese momento, el rector había tenido una actitud muy equidistante hacia la cuestión palestina. A raíz de ahí surgió la acampada, desde la que se hizo mucha presión para que se convocara y adelantara el consejo de gobierno en el que conseguimos esta gran victoria. Fuí la última persona en intervenir y les dije a todas las personas que iban a votar que lo pensasen muy bien, porque el estudiantado había entendido que era prioritario luchar contra el genocidio y dejar de lado las clases y exámenes durante el periodo de 13 días que duraron las movilizaciones.  

Les dije al más de medio centenar de personas que nos tocaba recoger las ramas de olivo que hemos dejado caer con nuestra responsabilidad en Europa. Nos toca recoger, reconstruir y plantar. Para mí, el estudiantado es una semilla de esta revolución e intifada. 

Fue algo muy emocionante sentir tanta colectividad de ese profesorado que nos abrazó y apoyó hasta el final por una Palestina libre, convirtiendo a la Universidad de Granada en la primera en Andalucía y la primera del estado español que ha llegado a cortar todo tipo de relaciones académicas con el Estado sionista. Y avisa a las universidades israelíes de que, hasta que no condenen el genocidio, así se mantendrá.

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Colgante que porta Bethlehem con el mapa de Palestina, cruz de Jerusalem y Corán JAIME CINCA

¿Crees que habéis marcado un precedente para que otras universidades de Andalucía sigan el camino de denunciar el genocidio y con ello romper las relaciones académicas con el Estado sionista?
Estamos en periodo de reflexión para ver hacia dónde vamos, en qué se convierte todo esto y, por supuesto, ver qué respuesta tenemos. Al cabo de dos o tres días Acom, un lobby sionista, interpuso una denuncia por antisemitismo a la Universidad de Granada.  Hemos de tener en cuenta que hay una presión económica que tiene gran fuerza. 

Aun así, creo que gracias a esa ola de manifestaciones iniciadas en Estados Unidos (Universidad de Columbia) se ha extendido y contaminado al resto del mundo, sumándose a las manifestaciones, las acciones y las acampadas internacionales. Vemos cómo se iniciaron en Valencia y en otras hasta llegar a Granada. Por esta razón, creo que otras universidades tienen más presión, pero deben entender que se tienen que desmarcar del genocidio, deben condenarlo. Al menos, decir que no somos ni queremos ser cómplices. 

Hay declaraciones de intenciones por parte de diversas universidades, como la de Jaén. Ahora hay que ver en qué queda este proceso. El estudiantado es muy reivindicativo y no lo para nadie.

¿El boicot es la solución para luchar contra la ocupación en Palestina? ¿Qué importancia tiene el BDS?
El Instrumento del boicot a nivel internacional ayudó a que cayese el régimen de apartheid en Sudáfrica. Recordemos que no solo había discriminación social, sino también legal. Sin embargo, en la Palestina histórica no existe un marco jurídico que contemple que exista una discriminación. Obviamente, Israel no va a reconocer que está poniendo en práctica el apartheid. No solo lo han dicho organizaciones internacionales de derechos humanos. El propio pueblo palestino viene avisando de las prácticas del Estado sionista.

Esta discriminación total no solamente viene por la construcción del muro en 2004, sino también por el bloqueo impuesto por mar, tierra y aire desde 2007 a la Franja de Gaza. O como castigo colectivo al pueblo por votar a partidos que, desde esta parte del mundo o según Israel, no tienen cabida. 

Todas estas políticas discriminatorias, además de físicas, son abstractas. En muchos sentidos no son tangibles, pero se ven y aprecian en cuanto una persona palestina te cuenta o va a la Palestina histórica y ves cuál es el trato. Ahí es donde se entiende que el boicot, las desinversiones y las sanciones a Israel son el camino y la posición que debemos de tomar desde Occidente. Esta es una forma no violenta de contribuir a que caiga el Estado sionista. 

Hay que llevar el boicot mucho más allá. El académico, como vemos, es fundamental. Todas las personas que vienen de la Palestina ocupada con el pasaporte israelí, mayoritariamente tienen una segunda nacionalidad. Tienen más privilegios que las personas palestinas. Estas representan un sistema y un entramado de políticas sionistas que aluden a que son el pueblo elegido, que el palestino no tiene derecho a existir, que Israel tiene derecho a la defensa, y eso se traduce en cometer un genocidio.

La colonización la entendemos también como económica. ¿Qué empresas están operando en territorio ocupado y qué consecuencias tiene para la población palestina?
En los territorios palestinos ocupados trabajan empresas multinacionales sionistas que extraen los recursos de los territorios palestinos. No solo hablo de los territorios ocupados en 1967. Para mí la ocupación no empieza en 1967, sino en 1948, cuando se materializa en la resolución de las Naciones Unidas, que aprueba la división en dos territorios de la Palestina histórica, uno árabe y otro judío, porque les prometieron en la Declaración de Balfour de 1917 ese hogar nacional judío en territorio palestino. 

Hay numerosas empresas que están operando en territorio palestino y son cómplices de apartheid. De hecho, ahora estamos llevando una campaña en Granada de boicot a CAF, empresa vasca  de ferrocarriles, que ha construido, en plenos territorios palestinos ocupados en 1967, un tranvía que une Jerusalén Este con colonias en la Cisjordania ocupada. Tiene que dejar de operar en la Palestina ocupada porque es ilegal.

Debemos dejar de ser cómplices de esta forma vendiendo y comprando armas al Estado sionista 

También son muy importantes las sanciones y las desinversiones. Si llevamos a cabo un embargo de armas a Israel durante solo 7 días, dejaría de tenerlas, que están probadas con los cuerpos de la población palestina. Debemos dejar de ser cómplices de esta forma vendiendo y comprando armas al Estado sionista.

A las puertas de conocer los resultados electorales en Europa, ¿se han llevado a cabo propuestas en esta dirección al Parlamento? ¿Qué implicaciones tienen estas elecciones para el futuro de Palestina?
Se han presentado multitud de demandas ante el Parlamento Europeo para la ruptura de relaciones, el embargo de armas, etc., pero ninguna ha salido adelante. Tristemente, el Parlamento Europeo no tiene una posición proclive a romper relaciones con el Estado sionista. Creo que son muy importantes las elecciones europeas, aunque se entiendan en ciencia política como de segundo orden. Mucha gente le resta importancia y no acude a votar al creer que no hay forma de incidir políticamente desde aquí. Por eso hago un llamamiento a toda la gente a que este domingo 9 de junio vote con conciencia pensando en todas las personas palestinas y en querer una Europa libre de apartheid. Se puede, pero esto nos va a costar mucho esfuerzo y también mucha conciencia política y organización social. Hay muchos lobbies que hacen demasiada presión para que no se rompan relaciones con Israel. 

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Bethlehem Habboob en la Plaza de la Churra, Granada JAIME CINCA

El Estado español ha reconocido el Estado de Palestina. ¿Hay motivo para celebrar esta decisión?
¿Quién puede estar contento mientras están asesinando a miles de personas palestinas? La fuerza de ocupación se está superando en sus formas. Pensamos que ya no puede ir a más y de repente bombardean las propias tiendas de los campos para las personas refugiadas palestinas. Se supone que eran lugares seguros y ahora dicen que tiene que “evacuarse”, una forma de llamarlo muy eufemística cuando significa una expulsión forzosa de norte a sur a la población palestina de Gaza. 

El Estado sionista ha dejado pequeños trozos de tierra que no tienen ningún tipo de conexión. Ni siquiera dentro de la Cisjordania ocupada la hay entre una ciudad y otra. Por eso la cuestión de los dos estados es inviable. Y mi principal crítica a Sánchez es esta: ¿Usted quién es para hablar de esos acuerdos de Oslo? ¿Quién es para decir que la Autoridad Nacional Palestina es la que tiene que gobernar? Si estamos viendo que está corrompida y el propio pueblo palestino lo está diciendo. 

No podemos reconocer nada porque el 22% de la Palestina, lo que queda de su territorio a partir del 1967, ocupado por el Estado sionista, no es tangible, no se puede materializar en nada. Otra cosa es que Israel perciba este reconocimiento como una amenaza.  

Muchas personas me dicen que es utópico cuando hablo de un único Estado palestino libre desde el río hasta el mar. Para mí, utópico es hablar de dos estados.  

¿Hablamos sobre Palestina sin escuchar los relatos de las personas palestinas?
Nadie tiene que decirle al pueblo palestino quiénes son las personas a las que tienen que votar. Ni quiénes deben asumir ciertas cuestiones y decisiones. Tampoco les podemos decir cuál es la solución para Palestina. Tiene que ser el propio pueblo quien decida su historia. 

Palestina es resistencia por el mero hecho de existir. Se están prolongando demasiado  estas múltiples opresiones y asesinatos. ¿Queda esperanza a pesar de todo? ¿Cuáles y cómo podrían ser?
El pueblo palestino no será exterminado. Tenemos todo tipo de resistencias y luchas. No violentas y armadas, todas ellas legítimas. El pueblo palestino a pesar de todo el dolor, continúa. 

Tenemos que partir de que no es una guerra, es un genocidio; no es un conflicto, es una ocupación; y las resistencias son resistencias, no es terrorismo. Hamas opera dentro de la Palestina histórica para decir que estamos en contra de la ocupación y de la colonización de este colonialismo de asentamiento.

La premisa de Israel es conseguir el máximo de tierra palestina posible con el mínimo de población nativa palestina posible

La resistencia hizo una operación el 7 de octubre en territorios que a nivel internacional son ocupados. Israel no ha respetado la frontera del 67. La premisa de Israel es conseguir el máximo de tierra palestina posible con el mínimo de población nativa palestina posible. Lo vivimos con muchísimo sufrimiento, mucha angustia, pero a la vez el pueblo palestino es quien nos enseñan la vida. Por eso es importante romper con las narrativas que han sido impuestas.  

La asociación que hace la gente con los símbolos palestinos, como puede ser la kufiya palestina es la de terrorismo. Históricamente, Israel ha hecho una buena propaganda narrativa en la que se nos ha impuesto a nosotras como personas terroristas cuando el terrorismo lo ejercen ellos. Israel no cumple con los requisitos para ser estado. La población palestina no reconoce que podamos regalar nuestra tierra a un ente extranjero y ocupante. Eso lo han hecho otras personas y otros poderes por nosotras, pero no hemos renunciado a nuestra tierra ni lo haremos. Seguimos existiendo, resistiendo y persistiendo, aunque no haya habido reparación y llevemos más de 76 años de genocidio. 

Un genocidio que ha sido oscurecido narrativamente por Israel asesinando a periodistas e impidiendo que acceda la prensa internacional a cubrirlo.
Israel está cometiendo un genocidio a oscuras, dejando que sea el propio pueblo palestino, que está siendo víctima de la masacre, quien dé cobertura. Es lo más macabro que existe. Están asesinando a tu familia y encima tienes que ponerte en pie, coger la cámara y grabarlo. Eso es resiliencia.

Las personas palestinas están recogiendo pruebas para que Israel sea condenado, porque deben juzgarlo. Al igual que tenemos de ejemplo, para el nazismo, el juicio de Núremberg, el Estado sionista también tiene que pagar por lo que está haciendo. Y todos sus cómplices, que les siguen vendiendo armas, porque están contribuyendo a un crimen de guerra. 

De ahí que Israel esté aprobando leyes desde octubre para que puedan meter en la cárcel a las personas palestinas de Cisjordania por el simple hecho de tener Telegram en sus móviles y ver o compartir noticias sobre el genocidio en Gaza. Como resultado, tenemos en las cárceles a 5.000 personas palestinas rehenes de la ocupación, algunas de ellas sin juicio. Todo completamente normalizado. 

Las palestinas ahora tienen miedo a hablar, a que se les chantajee de múltiples formas

Deshumanizan a las personas palestinas, pero no a las israelíes. Ahí está Pedro Sánchez pidiendo que liberen a los israelíes, pero no exige la liberación de las más de 10.000 personas encarceladas. Evidentemente, las palestinas ahora tienen miedo a hablar, a que se les chantajee de múltiples formas. 

¿Cuáles son algunas de sus estrategias de chantaje?
Amenazas con impedir la entrada a Palestina, encarcelamiento a familiares, ataques constantes a la población LGTBI, intimidándola. Se supone que sí tienen derechos las personas LGTBI si tienen documento israelí, pero para las palestinas no. Israel es un lavado de imagen en toda regla. Al igual que instrumentaliza el judaísmo, lo hace con el islam aludiendo a que es una lucha contra el terrorismo islamista. Sabemos que la mayor parte de la gente palestina es inofensiva. Cree en una religión determinada porque también la fe es una forma de resiliencia, y a estas alturas ¿quién va a perder la fe? Es de las pocas cosas que nos quedan. 

Vienes de una familia que ha sido expulsada en la Nakba de 1948. ¿Qué consecuencias ha tenido para ti y para todas aquellas personas en la diáspora?
A mí me gusta hablar de una Palestina histórica libre desde el río hasta el mar porque vengo de una familia refugiada de 1948, de una ciudad que se llama Ramla. Fue ocupada y se cometió una masacre importante.  Entre el 47 y 49 se intentó exterminar al máximo de población palestina posible. Éramos un millón y medio de personas y asesinaron a 13.000 y 750.000 fueron expulsadas. Por eso yo contemplo el derecho al retorno y la descolonización total desde 1948. 

A pesar de tener familia en Gaza, no la he podido conocer. La última vez que mi padre estuvo allí fue en el año 2004, justo antes de que la sometiese el estado de Israel a un asedio por mar, tierra y aire. Las consecuencias de la ocupación son estas, las de divide y vencerás. Se pretende que las familias palestinas no tengan ningún tipo de contacto entre sí. Tenemos experiencias de vida diferentes a pesar de que estamos todas encarnando esa Nakba. Un pasado y una identidad comunes, que han reforzado ese sentimiento identitario de ser palestina a pesar de estar en la diáspora. Cuando fallecieron mi abuela y mi padre palestinos prdí contacto con la familia, aunque por supuesto mantenemos amistades con muchas personas de Gaza y no nos mantenemos impasible ante este genocidio. Si mi pueblo sufre, yo también sufro desde mi posición de privilegio. Tenemos que intentar hacer vida a pesar de que Israel constantemente nos la arrebata. A pesar de que las políticas coloniales indirectamente nos perjudican también a nosotras, porque yo no puedo entrar a Palestina ni puedo poner en práctica mi derecho al retorno que está amparado por la resolución 194 de Naciones Unidas.  

Como primera generación palestina, pongo en el centro ese derecho al retorno. La mayor parte de la población palestina de Gaza es refugiada. Esas personas no tienen que irse a ninguna otra parte más que a sus tierras y a sus lugares de origen.

Hay más Palestina fuera que dentro de la Palestina histórica. En la actualidad somos más de 14 millones de personas. A ninguna se le ha compensado moral, ni ética, ni económica, ni jurídicamente, tampoco se le ha dejado volver a sus hogares.

Se podría decir que hay multitud de resistencias palestinas. Armadas y no violentas. ¿Qué papel juega la feminista?
Hay multitud de movimientos de resistencia. Los no violentos son mayoritarios. Evidentemente el pueblo palestino no tiene posibilidad dentro de Palestina de poder tomar las armas. Las que hay son de fabricación casera, vemos a los combatientes sin ropa militar cogiendo un pequeño misil de fabricación casera y apuntando a los tanques sionistas hipermilitarizados. 

No podemos entender los términos ni podemos extrapolarlos en la forma en la que se usan en esta parte del mundo a cómo se usan en otras partes, en este caso, en el levante mediterráneo. Cada facción política tiene un brazo armado como Hamás, al igual que la Yihad Islámica, o los partidos comunistas de corte leninista y maoísta. De esta multitud de facciones políticas palestinas, cada una opera de una forma u otra con su brazo armado. Esto es súperimportante tenerlo en cuenta y también le llamamos resistencia. No solamente cuál es el discurso político, sino también el de esos brazos armados. A veces no van en la misma línea y hay discrepancias. 

Por otro lado, hay multitud de resistencias como los movimientos estudiantiles o feministas. No desde ahora, sino desde la propia invención Y creación del Estado sionista, sino que mucho antes las propias mujeres palestinas ya se organizaban. Ya fuera a través de asociaciones, de forma comunitaria, desde el asistencialismo, etc.  Poco a poco fue en una línea más política. Vimos como en la gran huelga de 1936 también hubo una organización política donde las mujeres escribieron cartas a representaciones y a los ministros del Mandato Británico, quienes administraban en aquellos momentos la Palestina histórica. Ellas ejercieron mucha presión a esa colonización, promoviendo el boicot como herramienta contra la ocupación. El BDS, aunque naciera en 2005, ya se había puesto en marcha de muchas formas.  

Las mujeres tuvieron un rol muy importante y son el eje vertebrador de la sociedad palestina. No solo del movimiento de resistencia no violenta, también en la lucha armada. Ahí tenemos a grandes referentes como Leila Jaled, considerada por Israel como una mujer terrorista, pero para Palestina es una heroína por su lucha incansable contra la ocupación. Dalal Mughrabi es otra luchadora que con tan solo 19 años se enfrentó al ejército israelí a través de la lucha armada. Todavía hoy su cuerpo no ha sido entregado a la familia. 

Es muy importante tener en cuenta que muchas mujeres se organizan. En ellas se apoya toda la sociedad. A la vez son quienes mantienen la identidad palestina. Enseñan vida, tienen grandes conocimientos en gastronomía, y mantienen la cultura viva gracias al arte, la danza, la música. Una de las cosas fundamentales en las que hago hincapié es en la memoria y  las historias orales que son construidas por las propias mujeres palestinas. Estas voces han sido silenciadas históricamente porque se entendía que no tenían valor sus relatos. Ellas son las que están construyendo las historias arrebatadas, quienes recomponen nuestra memoria. 

Hemos visto cómo desde octubre, el 70% de las personas asesinadas en Gaza son mujeres y niñas y niños. Son utilizadas como arma de guerra imposibilitando su dignidad, su salud menstrual. Israel tiene claro que no quiere que haya un legado ni traspasar la identidad palestina a la infancia. 

¿La ocupación militar refuerza el patriarcado?
Siempre digo que cuando caiga Israel va a caer una parte del sistema opresor, colonial, patriarcal y racista. 

Este material se comparte con autorización de El Salto

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