En Colombia, llueva o truene el paro se mantiene

Desde Abajo

Luego de varios días de silencio, y tras romper las dilatadas negociaciones sostenidas con el gobierno nacional del pliego de emergencia que anima y potencia el paro nacional iniciado el 28A, el Comité Nacional de Paro (CNP) se pronunció.

Por medio de una rueda de prensa citada el 15 de junio, y en la cual actuaron como voceros Francisco Maltes –presidente de la CUT–, John Jairo Díaz (presidente de la Confederación Democrática de Pensionados) y Óscar Gutiérrez (vocero de Dignidad Agropecuaria) –, ratificaron y dejaron en claro:

1. El paro se mantiene hasta que se entable un diálogo real, sin ‘trampas’, y con garantías para la protesta social.
2. Próxima jornada nacional de protesta: 20 de julio
3. En el curso de los días que siguen hasta la anterior fecha, en cada ciudad, municipio, barrio, la protesta asumirá formas y matices culturales de todo tipo.
4. El pliego de emergencia será traducido en proyectos de Ley por radicar al Congreso de la República el 20 de julio, día de apertura de sus nuevas sesiones.

El CNP ratificó su voluntad de diálogo y negociación pero tomando como punto de referencia lo acordado entre las partes negociadoras el pasado 24 de mayo.


La rueda de prensa despeja las incógnitas que pudieran existir sobre el devenir del paro, confrontado por el gobierno nacional con dos estrategias: represión de la protesta social hasta multiplicar en increíbles números la cantidad de asesinados, heridos de distinta gravedad, desaparecidos, violaciones y ataques sexuales en contra de las mujeres, detenciones y militarización de los territorios; y al mismo tiempo, abrir decenas de espacio locales de negociación para dividir con ello a los actores sociales, buscando el aislamiento del CNP a través de quitarle apoyo y “desnudar” una supuesta ilegitimidad e incapacidad para controlar el paro.


Estrategia producto de la cual van quedando firmadas multitud de agendas y compromisos con variedad de actores sociales, los cuales, como ya es típico, sufrirán dilatación e incumplimiento. Lo que gana el gobierno Duque con esto es tiempo y lo que heredará el gobierno que salga de las urnas en los comicios del 2022 será una bomba de relojería.


Por su parte, el CNP vira en su estrategia de lucha, y todo indica que alarga en tiempo indefinido el paro mismo, ahora con diversidad de expresiones:


Pasar de la confrontación callejera directa a la expresión y disputa cultural y simbólica en general.


Ganar tiempo para recargar fuerzas, lo cual pasará, seguramente, por la concreción, ampliación y/o fortalecimiento de asambleas territoriales, las cuales podrían ir concretando ejercicios de gobierno local, de autogestión económica, y de autonomía en distintos grados y expresiones.


Neutralizar la estrategia inculpadora, que pretende descargar sobre los promotores del paro la crisis económica que hoy aflige a miles de micro, pequeños y medianos empresarios en el país; responsabilizarlos, al mismo tiempo, del pico pandémico que padece el país.


Ganar espacios que permitan denunciar el autoritarismo y militarismo que campea en el territorio nacional, llevando a la palestra internacional al gobierno, en primera instancia por criminal.


Crear condiciones para buscar posibles intercambios con la variedad de actores locales sumados al paro y que ahora reclaman con agendas propias sus aspiraciones inmediatas y mediatas, intercambios que podrían traducirse en una agenda nacional más coordinada y con mayor expresión local.


Desnudar, aún más, el carácter antipopular del Congreso, dando con ello brios a nuevas jornadas de lucha, exigiendo con esto –pudiera ser–: una nueva asamblea constituyente, o que en las próximas elecciones la ciudadanía se pronuncie a favor de un nuevo legislativo –algo difícil de lograr, tanto en una como en otra pretensión.


Darle aire desde ya a la campaña electoral y de esta manera mayor espacio a la necesidad y posibilidad de un cambio del régimen político a partir de la elección como presidente de un representante de las fuerzas alternativas.


Otras luces


Las declaraciones entregadas en la rueda de prensa, en la cual se valoraron los triunfos parciales y hasta ahora logrados por el paro, los más tangibles: obligar al gobierno a renunciar a la reforma tributaria, la renuncia del Ministro de Hacienda y de la Canciller, la caída de la reforma a la salud, entre otros aspectos, deja a un lado un triunfo de gran significación y proyección, el cual deberá profundizarse en todos sus matices pues de él depende la ampliación del mismo paro, pero también la inclusión de nuevos sujetos sociales a futuras protestas: la disputa simbólica y cultural, materializada por ahora en la resignificación de nombres de calles, puentes, plazas, portales de transporte, la tumbada de estatuas y la descolonización que esto carga consigo, pero también –y esto con mucha significación– el liderazgo radical alcanzado por la juventud popular y otros segmentos de excluidos y negados, abrazados al derecho a la protesta y a la defensa.


Si a esto se suma la concreción de efectivas expresiones de democracia directa, participativa, radical y refrendataria, así concretada en asambleas de todo tipo abiertas y realizadas en infinidad de territorios, podemos avistar el proceso abierto de ahondamiento de la crisis que caractetiza al actual régimen, crisis que puede profundizarse si el conjunto de fuerzas populares logra concretar agendas de lucha cada vez más integradoras del conjunto de inconformes.
Si así fuera, podríamos augurar que el actual paro, como lo pretende el CNP, tiene combustible para largo. Claro, si la agenda electoral no lo rompe.

Publicado originalmente en Desde Abajo

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