El general no tiene quien lo lea

Mario Ramos

Más allá de si debe o no renunciar Yáñez1, y hacer como Muñoz que ya renunció y está detenido por delitos económicos2, lo que interesa es dimensionar hasta dónde llega la alianza del empresariado, Fuerzas Armadas, Carabineros y Policía de Investigaciones incluidas, en este laboratorio neoliberal en decadencia llamado Chile.

Ahí se maneja el timón económico, político y cultural, incluyendo a periodistas, canales de televisión y radios privadas.

Son 4 directores de Carabineros, 4 de investigaciones, 4 del ejército, que no han logrado terminar sus periodos por la misma razón: asociación ilícita capitalista, fraude, lavado de dinero, robo, por decirlo de algún modo más claro.

Y es bueno no perderse en estas encrucijadas. Las poblaciones, la calle, hace más de 20 años lo vienen diciendo: «A los pacos, a los tiras o ratis, los mojan, están todos comprados», pero estas voces no se escuchan. Sólo cuando desde procesos oficiales, impulsados por algunos profesionales valientes que no quieren seguir siendo cómplices de la debacle, sale a la palestra, entonces se reconoce que hay un problema.

Pero el problema es estructural, es la estructura en sí. Es la misma del caso Riggs, de la apropiación de las casas de los desaparecidos, de las obras robadas de la casa de Salvador Allende o de la relación de la familia Pinochet con el narcotráfico internacional, seguido de 30 años de acumulaciones de millones y millones de dólares en malversaciones de fondos públicos. La misma de los alcaldes desfondando las arcas municipales, de la utilización de fundaciones, empresas de papel, compra de políticos, cohecho, lavado de dinero, donde ningún gobierno de las últimas décadas ha querido poner el freno. Al contrario, normalizan la impunidad de los de arriba. Las cárceles no son para ellos.

Así suman y suman también los coludidos en las distintas formas que toma la corrupción, en las empresas privadas, aparatos del estado y públicos, como el caso del “prestigioso” abogado Hermosilla, en la pretensión de quemar oficinas del SII (Servicio de Impuestos Internos) si los descubrían.

Parte de esto, fue lo que gritó la calle el 18 Octubre, y los que Yáñez o el que hubiera estado en su lugar hizo callar, a punta de muertos, perdigones que desangran en meerte lenta, ojos enmudecidos para siempre de cientos de jóvenes que buscaban otra expectativa de vida, otro corazón de país. Somos los que sobramos, porque estamos fuera del juego de la corrupción y no queremos entrar. A los que sobran hay que meterles milicos en las calles, en las empresas; a los que rayan murallas, milicos; a las universidades, milicos; a los mapuche, milicos; y en esto hay un casi un acuerdo “estructural” de la casta política.

Por eso el proceso constituyente, fraguado desde arriba, fríamente calculado que puso fin a las aspiraciones múltiples del estallido, conducido políticamente por una carretera asfaltada por los que sintieron miedo aquellos días de octubre y confabularon para mantener la estructura.

Y lo lograron.

El problema está en que la estructura que sostiene al laboratorio del neoliberalismo está podrida. Más allá de buenas o malas personas, urge inventar este país de nuevo, pero de nuevas maneras también, colectivamente, desde cada familia, barrio, escuela, club deportivo, cultural, de mujeres, creyentes, vecinas, niñeces, y piños, artistas creadores. Tenemos que entender que el diseño institucional está hecho para la corrupción, no para el bien común, y que tenemos la responsabilidad de salir de nuestros egos, encierros y competencias, en que hemos sido adoctrinados; y compartir, en una u otra perspectiva de más largo aliento, que no se transforme en un punto de fuga, si no de creación colectiva, que nos irá dando pertenencia mientras caminamos, nos enseñará a escuchar y parar y seguir dibujando camino.

Si queremos el bien común, hay que partir por juntarse, apagar la tele, conectar con la naturaleza, ponerle semillas al suelo y volver a solucionar con lo que tenemos a mano. Eso no solamente nos traerá seguridad, sino que nos devolverá las ganas de vivir en medio de tanta muerte, miedo y angustia que nos inyectan a la vena a diario.

Nos han tratado como si fuéramos los que sobran, porque el individualismo y el consumismo nos hizo olvidar lo que somos, tejedores de colectivo y de memoria.

Nada será fácil, pero no tiene que serlo, será nuestro, de todos y todas los que queramos ponernos al servicio de la vida.

1 Ricardo Yáñez Reveco actual general director de Carabineros fue designado por el expresidente Sebastián Piñera y es cuestionado por organizaciones de derechos humanos por 34 fallecidos, 460 personas con lesiones oculares por el accionar de las fuerzas policiales en la represión de las protestas. Cuenta con la confianza del presidente Gabriel Boric.

2 Sergio Muñoz director general de la policía chilena, está acusado por la fiscalía de por delitos como lavado de dinero e información privilegiada.

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Una Respuesta a “El general no tiene quien lo lea”

  1. Manuel Hidalgo Valdivia

    Muy buen artículo Mario. En el largo proceso de construir un nuevo «nosotros», un nuevo «sueño colectivo, un nuevo movimiento popular, armado de un nuevo proyecto histórico, hay avances y retrocesos. Pero no hay que desfallecer.

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