El EZLN y “la señora Sociedad Civil”: a treinta años de conocerse

Fernando Jaramillo

Foto: Asistentes internacionales llegando al I Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo en territorio Zapatista. Oventik. Julio 1996. (CEDOZ)

Desde que apareció públicamente el EZLN, el 1 de enero de 1994, se ha hablado mucho de la relación que ha mantenido con la llamada sociedad civil mexicana e internacional. Ambas han sido muy importantes no solo por el apoyo a la resistencia zapatista, sino porque han sido un revulsivo para las luchas en diferentes territorios. Esta relación ha evolucionado de diferentes maneras con los años; hubo quién, con el paso del tiempo, se fue alejando e, incluso, han llegado a ser muy críticos con el zapatismo; otros, en cambio, conocieron el zapatismo más tarde, gracias a las diferentes iniciativas de los rebeldes, como los Encuentros Intergalácticos, festivales como el de “la Digna Rabia”, o más recientemente, la Gira Zapatista, en 2021. Muchos otros, han seguido cercanos a la lucha zapatista desde sus inicios.

La aparición del EZLN como un ejército indígena que luchaba por una sociedad más justa y digna para todo el mundo y no por la conquista del poder, provocó que diferentes sectores de la sociedad civil mexicana e internacional se acercaran a ellos. Tras la caída del muro de Berlín y la firma de acuerdos de paz de las guerrillas centroamericanas, una parte de la izquierda encontró en el zapatismo, con sus propuestas novedosas de cambio del mundo, unas referencias para las luchas en sus propios lugares. Estas personas tenían diferentes procedencias: militantes de organizaciones sociales, sindicales y políticas, hombres y mujeres que no habían militado anteriormente, intelectuales, artistas y otras personas de la cultura; era la época que la gente quería ir a Chiapas a conocer esa revolución en el sureste mexicano. Las propuestas políticas y sociales que los zapatistas resumían en tres palabras que solían cerrar los comunicados de la época: democracia, libertad y justicia, eran muy bien recibidas por amplios sectores de la sociedad.

Los primeros contactos del EZLN con la sociedad civil se realizaron a través de los comunicados que nos hicieron conocer un poco más la vida de las bases de apoyo en las comunidades

Tras los primeros días de combates, la sociedad civil salió a la calle reclamando el fin de la guerra y que se llegase a acuerdos a través de la negociación. En ese momento, ambas partes aceptaron un alto el fuego y se sentaron a dialogar. Los primeros contactos del EZLN con la sociedad civil se realizaron a través de los comunicados que, firmados por el entonces Subcomandante Marcos, nos hicieron conocer un poco más la vida de las bases de apoyo en las comunidades y de los insurgentes e insurgentas en la montaña. Poco a poco, empezaron a escribir y a contestar a organizaciones indígenas, sociales, estudiantiles, entre otras, que de diferentes formas les hicieron llegar cartas, preguntas y dudas.

Este acercamiento tuvo su primer momento con los “Diálogos de la Catedral” en San Cristóbal de las Casas, como le reconoció el mismo Sup Marcos a Yvon Le Bot en su libro “El sueño zapatista”. Para evitar posibles ataques a la delegación zapatista, se solicitó a la sociedad civil su participación en los “cinturones de paz” alrededor de la Catedral. La respuesta de hombres y mujeres, que en su mayoría no pertenecían a ninguna organización, fue muy numerosa.

Durante los primeros años tras el levantamiento zapatista, las personas que apoyaban o colaboraban con las propuestas que presentaban, y que crearon numerosos grupos y comités de apoyo, tanto en México como a nivel internacional, eran de un abanico ideológico muy amplio, que abarcaban desde sectores de la socialdemocracia, que incluso militaban en partidos como el PRD, a sectores más a la izquierda, como comunistas y anarquistas. Era fácil encontrarte en un mismo colectivo, gente muy diversa que veían en el zapatismo una nueva forma de hacer política. Pero algunos de estos sectores fueron alejándose cada vez más e incluso realizando grandes críticas por el rechazo del EZLN a apoyar a López Obrador años después, pese a que este, con su política de la Cuarta Transformación, está llevando a cabo propuestas como el Tren Maya o el Proyecto Integral Morelos, que son un ataque frontal a los pueblos originarios.

El primer encuentro a destacar, tras los Diálogos de la Catedral, fue la convocatoria, en territorio zapatista, de la Convención Nacional Democrática, en agosto de 1994

La relación entre EZLN y Sociedad Civil ha sido muy diversa en las formas y propuestas en estos 30 años, y se ha desarrollado a través de encuentros de muy diversos tipos, seminarios, semilleros y festivales. El primer encuentro a destacar, tras los Diálogos de la Catedral, fue la convocatoria, en territorio zapatista, de la Convención Nacional Democrática, en agosto de 1994. A ella asistieron varios miles de hombres y mujeres de organizaciones sociales y de izquierda buscando una forma de coordinación para una mayor democratización de México. El EZLN los reunió en su primer Aguascalientes, de Guadalupe Tepeyac. En ese lugar, construido por las bases de apoyo e insurgentes zapatistas, había desde un gran auditorio, una biblioteca, lugares para dormir, cocinas, etcétera. Desde el primer momento, el Subcomandante Marcos y la Comandancia zapatista, entregó el lugar a la Sociedad Civil.

Este primer Aguascalientes fue destruido por los soldados del ejército federal cuando, el 9 de febrero de 1995, entraron en las comunidades buscando a los zapatistas y principalmente a su dirigencia que había podido huir a la montaña. En esa famosa jornada, el Gobierno de Ernesto Zedillo, los traicionó rompiendo el diálogo que mantenían y deteniendo a varias personas acusadas de pertenecer al EZLN. Gracias a la movilización de miles de personas en México y en el resto del mundo, se logró parar el reinicio de la guerra por parte del gobierno que se vio obligado a continuar con el diálogo. Este diálogo, conocido por el nombre del lugar en el que se realizó, San Miguel, y posteriormente los realizados en el municipio de San Andrés Larráinzar, llamado San Andrés Sacamch’en de los Pobres por los zapatistas, también contaron con la participación de la sociedad civil como “cinturones de paz” a invitación del EZLN.

Aunque durante todos esos años, el EZLN mantuvo un contacto directo y continuo con la sociedad civil a través de convocatorias muy diversas, es a partir de 1996 cuando esta relación se amplía más, y cuenta ya con una mayor participación de la sociedad civil internacional, a través de los colectivos de apoyo al zapatismo que habían ido surgiendo por todo el planeta.

Las más de 5.000 personas asistentes se dividieron y viajaron a cada uno de los Aguascalientes, donde durante varios días, se estuvo debatiendo como construir un nuevo mundo

Debemos recordar el I y II Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo. El primero de ellos se llevó a cabo a finales de julio y primeros de agosto de 1996, en territorio zapatista, en los cinco Aguascalientes (Oventik, La Garrucha, Morelia, Roberto Barrios y La Realidad) creados tras la destrucción del de Guadalupe Tepeyac en 1995. Tras la inauguración en Oventik, las más de 5.000 personas asistentes se dividieron y viajaron a cada uno de los Aguascalientes, donde durante varios días, se estuvo debatiendo como construir un nuevo mundo en los aspectos políticos, económicos, sociales, culturales y de diversidad e identidad. Antes del cierre del Encuentro, se propuso realizar el Segundo Encuentro que se llevó a cabo en el Estado Español el siguiente verano.

De nuevo, con una alta participación, varios miles de personas reflexionaron y compartieron propuestas, a las que se sumaron las palabras de la Comandancia zapatista, a través de dos bases de apoyo, Dalia y Felipe, que, por primera vez, salieron de México para estar presentes en este Encuentro. Hubo que esperar 24 años para ver de nuevo en Europa una delegación del EZLN.

A estos dos grandes y multitudinarios encuentros, se les sumaron otros en los siguientes años, como el I y II “Encuentro de la Sociedad Civil con el EZLN” en 1998 y 1999, el primero de ellos, en San Cristóbal de las Casas para preparar la Consulta por el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de Exterminio, que tuvo carácter nacional e internacional y se llevó a cabo el 21 de marzo de 1999. En los días previos a la Consulta, se desplegaron por todo el país 5.000 delegados y delegadas bases de apoyo zapatistas. Tras esta gran movilización se realizó el Segundo Encuentro con la Sociedad Civil, en la comunidad de La Realidad, Chiapas, para su valoración.

“La Otra campaña”, durante los años 2006 y 2007, recorrió todo México y la empezó el Subcomandante Marcos (conocido en ella como el Delegado Zero)

En 2005, tras un largo debate interno, el EZLN hace pública la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. En ella, tras valorar todo el trabajo realizado desde el levantamiento, hacen una propuesta política nueva, donde destacan que, además de seguir su lucha por los derechos de los pueblos indígenas, ésta se va a ampliar a los pueblos y gente que luchan en México y resto del planeta contra el neoliberalismo. Para ello, proponen una búsqueda organizativa nueva, donde todos y todas se puedan encontrar y participar. El EZLN decide, entre otros acuerdos, la disolución del Frente Zapatista de Liberación Nacional (espacio civil de participación zapatista), y la convocatoria de una serie de reuniones preparatorias y encuentros con pueblos indígenas, organizaciones sociales, sindicales, partidos políticos de izquierda, ONG, artistas e individuos. La propuesta que hacen es que quienes estuvieran de acuerdo con la Sexta Declaración, tanto a nivel colectivo como individual, nacional e internacional, se adhieran a la Declaración y juntos discutan cómo trazar un Programa Nacional de Lucha, de izquierda y anticapitalista; para ello, se llevó a cabo la gira de “La Otra campaña” durante los años 2006 y 2007. Esta gira, que recorrió todo México, la empezó el Subcomandante Marcos (conocido en ella como el Delegado Zero) y posteriormente, se fueron sumando diversos Comandantes y Comandantas zapatistas.

También se realizaron otros encuentros, como los Encuentros de los Pueblos Zapatistas con los pueblos del mundo, en 2006 y 2007, el Encuentro de los Pueblos Indígenas de América en 2007, o los dos “Encuentros de Mujeres que Luchan”, ambos en el Caracol de Morelia en los años 2018 y 2019, en los que participaron miles de mujeres venidas de todas partes del mundo.

Estos no fueron los únicos Encuentros en los que el EZLN convocó a la sociedad civil; hay que recordar también, el Evento Político, Deportivo, Cultural y Artístico “Mamá Corral” (2009), el Primer Festival Mundial de la Digna Rabia (2008-2009), la Cátedra “Tata Juan Chávez Alonso” (2013), los CompArte y los ConCiencias por la humanidad (2016, 2017 y 2018), los Festivales de Cine «Puy ta Cuxlejaltic» del 2018 y 2019, el Primer Festival de Danza “Báilate otro mundo” en 2019 y, sobre todo, las convocatorias a la “Escuelita Zapatista” de 2013 y 2014, donde la gente convivió con los y las zapatistas, en sus casas, como forma de conocer, a detalle, como viven la autonomía, día a día.

Caravana de los 1.111 pueblos zapatistas
Simpatizantes del EZLN en un acto de despedida de la caravana de los 1.111 pueblos zapatistas. septiembre, 1997. Foto: CEDOZ

Muy importantes también, en estos años, fueron las marchas y giras que los zapatistas han ido realizando. Ya se mencionó la salida de las 5.000 zapatistas por la Consulta de 1999 y la realizada en “La Otra Campaña”, pero hubo muchas más: el viaje de los 1.111 compañeros y compañeras zapatistas para asistir, en septiembre de 1997, al Congreso Fundacional del FZLN, en la Ciudad de México; la “Marcha del Color de la Tierra”, en el 2001, en el que una delegación de la Comandancia del EZLN, acompañados por el Subcomandante Marcos, recorrieron varios estados del sur del país, desde San Cristóbal de las Casas hasta la Ciudad de México, para defender las reformas constitucionales pactadas en los Acuerdos de San Andrés, siendo recibidos con grandes actos de apoyo durante todo el recorrido, por parte de la sociedad civil nacional e internacional, culminando con el multitudinario recibimiento en el Zócalo de la Ciudad de México, el 11 de marzo, y que tuvo su punto álgido el 28 de ese mismo mes, con la presencia de la Delegación Zapatista, junto con otra del Congreso Nacional Indígena, en el Congreso de la Unión, dónde el mensaje central estuvo a cargo de la Comandanta Esther. Esta marcha contó con una importante participación de la sociedad civil internacional que acompañó el viaje de la Caravana, formada por europeos, entre los que destacaban las delegaciones italiana y la del Estado Español.

En la Gira por la Vida , realizada en 2021, una amplia delegación zapatista recorrió Europa con el fin de conocer más de cerca, las luchas que se desarrollan en estos países

Y no podemos olvidar, por su gran importancia, la Gira por la Vida, realizada en 2021, en la que una amplia delegación zapatista recorrió Europa con el fin de conocer más de cerca, las luchas que se desarrollan en estos países. Desde el anuncio de la gira hasta su realización, diversos colectivos se coordinaron para recibirles y acompañarles en su recorrido, con la particularidad de que no fueron solo colectivos europeos de apoyo a los zapatistas, sino que se sumaron numerosas organizaciones de todo tipo, así como personas a nivel individual, que recibieron primero al “Escuadrón 421”, Lupita, Carolina, Ximena, Yuli, Bernal, Felipe y Marijose, cuatro mujeres, dos hombres y una “otroa”, que llegó a Vigo a bordo del barco “La Montaña” y luego, a mediados de septiembre, a la “La Extemporánea”, formada por 177 delegad@s, entre los que figuraban el equipo de fútbol femenino Ixchel Ramona (nombre que recuerda a la fallecida Comandanta Ramona, la primera zapatista en salir de Chiapas) y el Comando Palomitas, formado por 6 niñas y niños. Durante varios meses se repartieron por toda Europa dónde se encontraron y conocieron a toda esa sociedad civil organizada y diversa, dispuesta a cambiar este mundo. A principios de diciembre, se reagruparon en Madrid, para regresar a México y a sus pueblos y comunidades.

Bienvenida en Madrid al escuadrón 421 del EZLN - 12
El Escuadrón 421 en la Plaza Antonio Barea del barrio de Lavapiés, en su paso por la ciudad de Madrid durante la Gira Zapatista. ELVIRA MEGÍAS

Esta “relación de relaciones” estaría incompleta si no se mencionaran las específicas que los zapatistas han tenido con los pueblos originarios, tanto de México como de todo el continente, desde el Primer y Segundo Foro Indígena, su participación en el Congreso Nacional Indígena, hasta la propuesta de presentar a una mujer indígena, Marichuy, como candidata independiente en las elecciones presidenciales de 2018. Una campaña que mostró a nivel mundial la situación de los pueblos indígenas en México.

La sociedad civil también ha acompañado a los zapatistas en otros momentos, lejos de los grandes eventos; cabe destacar su participación, a nivel nacional e internacional, en los Campamentos Civiles por la Paz y las Brigadas Civiles de Observación (BriCos), que los han sustituido; también en las Comisiones Civiles de Observación, que acudieron a territorio zapatista en innumerables ocasiones, para documentar lo que allí ocurría. Y no podemos olvidar la participación de la sociedad civil en las convocatorias para celebrar las fiestas de aniversario del levantamiento zapatista, que se han celebrado durante estos 30 años en territorio del EZLN.

La invitación es a escucharse mutuamente, a solidarizarse todos, a construir desde la diferencia, desde nuestros dolores y rabias comunes, así como desde nuestros sueños

En todos estos casos, cabe destacar que las iniciativas zapatistas siempre han sido para crear espacios de encuentro y resistencia contra el capitalismo, para tejer redes por la vida. Una nueva internacional que no se rija por el ideario y plan programático de una organización hegemónica, sino a partir de los modos, tiempos y geografías de cada organización, colectivo e individuo que guste participar. Como han dicho en varias de las convocatorias a dichos encuentros, la invitación es a escucharse mutuamente, a solidarizarse todos, a construir desde la diferencia, desde nuestros dolores y rabias comunes, así como desde nuestros sueños. El zapatismo ha construido una relación y una solidaridad en la que ofrece apoyo mutuo y no exige nada a cambio, sino acaso sólo la oportunidad de aprender y caminar juntos hacia otro mundo nuevo.

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