Educación rural en México: un proyecto de resistencia

Universidad Iberoamericana

“Desde finales de la década de los 80 hay una inmensa operación social, cultural, política y específicamente en la política pública, en donde las vidas de los campesinos son vidas que no merecen la pena ser lloradas, es decir, son vidas que socialmente no merecen la pena vivirse”.  

La educación rural en México se ha convertido en un proyecto de resistencia de las organizaciones campesinas, indígenas, de la sociedad civil y “de miles y miles de maestros rurales que desde la cotidianeidad del aula intentan recuperar una idea de ser campesino, una idea de subjetividad campesina, y la tratan de llevar a la práctica”, afirmó Benjamín Berlanga Gallardo, profesor de la Universidad Campesina Indígena en Red de Puebla.

Al acudir a la Universidad Iberoamericana Ciudad de México para participar como ponente en la mesa de análisis «La educación rural en el Nuevo Modelo Educativo para la educación obligatoria en México», agregó: “Lo que hoy hay es un intento, desde finales de la década de los 90, por recuperar la educación rural; pero recuperarla como este proyecto de resistencia, aunado, o ligado, a las luchas de los campesinos y de los indígenas”.

Cuando habla de lucha, Berlanga, quien también es maestro del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural, se refiere “a las luchas cotidianas de los padres que se mueven en la ambivalencia de expulsar a sus hijos de las comunidades para que progresen y se vayan a estudiar, y la sensación de estar perdiendo la vida; porque están perdiendo a sus hijos, sus valores, sus maneras de ser y se están produciendo conflictos generacionales e intergeneracionales entre padres e hijos, entre hombres y mujeres, por un cuestionamiento y un apagamiento total de las formas de vida campesina”.

El docente especializado en educación media superior mencionó, por otra parte, que el Nuevo Modelo Educativo evidentemente no considera a la educación rural. “Desde finales de la década de los 80 hay una inmensa operación social, cultural, política y específicamente en la política pública, en donde las vidas de los campesinos son vidas que no merecen la pena ser lloradas, es decir, son vidas que socialmente no merecen la pena vivirse”.  

Y añadió: “Desaparecen en la conceptualización de la política pública los campesinos y las campesinas; y lo que hay es una inmensa operación de igualación de la educación para todas y todos los mexicanos”.

Para él es paradójico que “hay cada vez más educación para las zonas rurales; pero hay cada vez menos educación rural”. Y es que cada vez hay más educación para las zonas rurales, porque la cobertura en educación básica y en educación obligatoria en los bachilleratos alcanza mayores proporciones. “Pero hay una renuncia explícita a la educación rural, es decir, a una conceptualización de una paideia, de un ser sujeto desde lo campesino y desde lo rural”.

Por eso, para el docente poblano hoy en día hay que dejar de pensar la educación rural como un problema de cobertura, de infraestructura, de rezago y un problema de multigrado; para pensar la educación rural como una lucha por recuperar una paideia educativa que tenga que ver con lo campesino. 

“Porque lo campesino es matriz civilizatoria de la humanidad… y no solamente es matriz civilizatoria de la humanidad, sino que es matriz necesaria en estos tiempos, ante una situación de ecocidio, ante una situación de acabamiento de la naturaleza.” 

“El problema de los campesinos no es el problema de los campesinos. El problema de los campesinos es el problema de todos nosotros; cómo construir formas de vida que nos permitan la pervivencia de la humanidad y de la naturaleza”.

Así que una oferta de educación rural no la hay, ni la habrá, si no se construye otro tipo de país, en donde la vida de los campesinos cuente y la vida de todas las formas de vida sea posible en una comunidad. “Éste es el reto que yo creo que tenemos como sociedad”. 

Y sobre la propuesta del Nuevo Modelo Educativo de educar también para el desarrollo emocional, Berlanga la calificó de buena, pero con la reserva de las siguientes dudas: “desde qué valores, desde qué idea de ser sujeto, desde qué idea de ser ‘ser humano’; cuál, ¿la del sistema educativo nacional?”.

foto: Telesur

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