Denuncian «violento desalojo» en La Platosa (La Jornada, 25 de octubre)

Patricia Muñoz Ríos

La madrugada de ayer, cerca de 300 «golpeadores» desalojaron con violencia el plantón y campamento instalado afuera de la mina La Platosa, de Bermejillo, Durango –de la empresa Excellon Resources–, denunciaron el sindicato nacional minero, que encabeza Napoleón Gómez Urrutia, y la organización Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDESC),

Dijeron que con dicho plantón, trabajadores y ejidatarios protestaban de manera pacífica porque el consorcio de capital canadiense no quiere reconocerles su derecho de libertad sindical ni cumplir a los campesinos el convenio de arrendamiento firmado en 2008.

Los trabajadores se habían instalado a la entrada de la unidad para impedir el movimiento de minerales de La Platosa y demandar diálogo con la empresa. Sin embargo –afirman–, gente relacionada con el opositor minero Carlos Pavón, con violencia desalojó a los manifestantes.

Los trabajadores exigen que la empresa «reconozca su libertad para adherirse al sindicato nacional de mineros y que cumpla a los ejidatarios el convenio de arrendamiento firmado por ambas partes, mismo que con altanería y soberbia la empresa se ha negado a cumplir».

Sin embargo –afirman–, ayer fueron atacados por personas que llegaron en cinco autobuses e invadieron los predios que ocupaban mineros de la sección 309 del sindicato minero para continuar su movimiento de resistencia.

Ambas organizaciones coincidieron en que la gente que quemó jacales y arrasó con maquinaria el campamento «fue pagada por Pavón, David Navarro y Gustavo Barrios, del Sindicato Minero Gómez Sada», y «eran coordinados por Robert Moore, directivo de Excellon (…) muchos de ellos iban con aliento alcohólico y tenían como orden desalojar a los manifestantes». Añadieron que la operación «fue financiada por Grupo Peñoles, de Alberto Bailleres González».

El paro en La Platosa empezó el pasado 5 de julio, debido a que los dueños se niegan a reconocerles la representación del sindicato nacional minero. No obstante –señalan–, la empresa subcontrató trabajadores, llevó explosivos al yacimiento y empezó a sacar minerales, por lo que los mineros en paro y los ejidatarios decidieron poner el campamento que ayer les destruyeron.

El sindicato nacional minero denuncia esta «nueva agresión» de la compañía Excellon Resources y conmina a los gobiernos federal, estatal de Durango y municipal de Bermejillo a que retiren de inmediato la turba de golpeadores y obliguen a la empresa a negociar la solución del conflicto. También responsabiliza a la empresa y las autoridades estatales de que puedieran darse otros hechos de violencia o pérdidas de vidas.

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