Las fuerzas gubernamentales de Sudán del Sur asfixiaron intencionalmente a más de 60 personas en un contenedor industrial, antes de arrojar sus cuerpos a los alrededores de la ciudad Leer, denunció la organización no gubernamental, Amnistía Internacional.

Los asesinatos tuvieron lugar en octubre del 2015 en la iglesia católica de Comboni, y AI también visitó los lugares en los que fueron tirados los cadáveres, donde se han encontrado restos de esqueletos.

«El arresto arbitrario, la tortura y la matanza en masa de estos detenidos es sólo una ilustración del desprecio total del Gobierno de Sudán del Sur por las leyes de la guerra», indicó Lama Fakih, asesor de crisis de Amnistía Internacional, quien ha recordado que se trata de crímenes de guerra.

Investigadores entrevistaron a más de 40 testigos, de los cuales 23 aseguraron haber visto a hombres y niños ser metidos forzosamente en el contendor y posteriormente la retirada de los cadáveres.

Además, relataron el cómo escucharon llorar y gritar a los detenidos por el ejército, así como los reclamos por salir del contenedor que no tenía ni ventanas ni cualquier otra forma de ventilación.

«Pudimos ver que los que estaban dentro no estaban vivos. Lo que vimos fue trágico. El contenedor estaba lleno de gente. Habían caído unos sobre otros y en el suelo había mucha gente», afirmó uno de los testigos.

Familiares indicaron que los cuerpos encontrados ya habían empezado a descomponerse y ser devorados parcialmente por animales.

«Decenas de personas sufrieron una muerte larga y agónica a manos de las fuerzas de gobierno que debían protegerlas. Estos asesinatos ilegales deben ser investigados y los responsables llevados ante la justicia en procesos justos que no se salden con penas de muerte», concluyó Fakih.

Con información de agencias