Crisis y colapso sanitario en Paraguay

Raúl Zibechi

El país ha sido noticia estas semanas por las masivas manifestaciones exigiendo la renuncia del presidente Mario Abdo, por corrupción y la pésima gestión de la pandemia. La crisis sanitaria que atraviesa Paraguay no es nueva, pero parece estar escalando hasta convertirse en colapso. El extractivismo ha hecho estragos en el medio ambiente y en la sociedad, siendo el telón de fondo de la crisis en curso.

Hasta el 19 de marzo Paraguay había vacunado apenas al 0.2% de la población, contando apenas con un puñado de vacunas Sputnik V. 4.000 dosis de Sputnik V, 20.000 dosis de la vacuna CoronaVac donadas por Chile, 3.000 dosis de Sinopharm donadas por Emiratos Árabes y 36.000 dosis de AstraZeneca que llegaron a través del mecanismo Covax (Última Hora, 22 de marzo de 2021).

Por segunda vez en su breve mandato, el presidente fue salvado por los parlamentarios de la destitución. En agosto de 2019, antes de cumplir el primer año de gobierno, la mayoría parlamentaria oficialista lo salvó de la destitución que pedía la oposición por un confuso acuerdo con Brasil por el cual Paraguay resignaba sus beneficios en la explotación de la hidroeléctrica Itaipú.

Ahora la situación es mucho más grave: colapso de los hospitales, falta de medicamentos que son revendidos en el mercado negro y el desastre de las vacunas. La Cámara Paraguay China propuso la compra de 14 millones de dosis de Sinovac que llegarían de inmediato, pero el gobierno que no tiene relaciones diplomáticas con Beijing sino con Taiwán, pone excusas ridículas para no importarlas, entre ellas que puede «condicionar soberanía de Paraguay» (Última Hora, 22 de marzo de 2021).

La derrota opositora por 42 a 36 en la Cámara de Diputados el pasado miércoles 17, fue una muestra de que el Partido Colorado no piensa entregar fácilmente el gobierno, luego de 70 años en el poder (35 bajo la dictadura de Alfredo Stroessner) y el breve período de Fernando Lugo (2008-2012), interrumpido por un juicio parlamentario ilegítimo.

“Estamos ante una crisis porque el Estado ya perdió su capacidad de regular las tensiones que venía arrastrando la situación sanitaria y ante un colapso porque el COVID acentuó y aceleró esa pérdida, al punto que actualmente el sistema de salud se encuentra desbordado y con bastante precariedades para enfrentar los desafíos más urgentes de la pandemia”, reflexionan Stela Benítez, profesora titular de pediatría, y Ramón Corvalán, miembro del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) en Asunción

El sistema de salud paraguayo siempre fue frágil y escasamente financiado. “En el artículo sobre derecho a la salud1 publicado en el informe Derechos Humanos Paraguay 2020 de la Codehupy, se recuerda que desde 1996, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social siempre manejó un exiguo presupuesto que a su vez se caracterizaba por la baja ejecución. Por tanto, el desabastecimiento de insumos y medicamentos, el deterioro de la infraestructura del sistema y la precarización laboral de quienes trabajan en el sector fueron rasgos constantes”, destacan Benítez y Corvalán.

Recuerdan que a fines de la década de 1990, en plena epidemia de sarampión, faltaron insumos esenciales para el Programa de Vacunación. La pandemia afecta un sistema precario agravado por “el relajamiento en la implementación de medidas sanitarias, que genera el desborde que experimentamos ahora”.

Tan importante como la situación del sistema sanitario, es la suma de desigualdad, pobreza y mala alimentación de los sectores populares, que han creado “las condiciones epidemiológicas sobre las que impacta la pandemia”.

Las razones por las que no se compran vacunas Sinovac, como hace Brasil y otros países de la región, se asientan en un bloqueo político-ideológico que lleva al gobierno a priorizar opciones diplomáticas y geopolíticas a la salud de la población. Más aún cuando trascendieron casos de corrupción, mencionado por el diario argentino Clarin, que aseguran que el gobierno “transfirió erróneamente 9.650.615 de dólares a la fundación de Bill Gates, cuando el dinero debía ir a la cuenta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la adquisición de las vacunas del mecanismo Covax” (Clarin, 20 de marzo de 2021).

Sobre la cuestión de las vacunas, explica Benítez, “menciono un tweet reciente de la economista Verónica Serafini2 que señalaba: El gobierno debe explicar con argumentos médico/científicos porque no está de acuerdo con las vacunas de China. Es criminal no vacunar a la población por razones basadas en ideas personales, falacias, prejuicios”.

Concluye afirmando que “si el gobierno no se desprende de esa visión en la que se prioriza el interés del partido, enfrentaremos más problemas. El tema no es fácil más cuando estamos en un año en que deben realizarse elecciones municipales”.

Además de una campaña de vacunación que es urgente pero que no tiene fechas previstas, Benítez y Corvalán sostienen que la histórica desigualdad en Paraguay juega en contra de una rápida superación de la pandemia. “La ausencia de protección social hizo que una importante mayoría de la población no tuviera condiciones para permanecer en sus hogares durante la cuarentena y la mayoría de los trabajadores tiene empleos precarios, bajos ingresos y sin cobertura de la seguridad social. No olvidemos que 400 mil niños, niñas y adolescentes trabajan para contribuir al mantenimiento en sus hogares”.

En este punto, la doctora Benítez coloca en lugar destacado el “déficit de confianza importante que posee el gobierno” y delante la necesidad de pensar los escenarios futuros. “Sabemos que luego de una crisis sanitaria, se experimentarán mayores malestares sociales, económicos y en un país como el nuestro esos tiempos pueden, incluso ser menos. Nos urge repensar nuestro modo de desarrollo, nuestro modo de producir, de consumir, nuestros vínculos con los diversos entornos en los que vivimos”.

Paraguay es un gran exportador de soja y de carne vacuna, lo que supone un permanente avance de la frontera agrícola, la tala de bosques y una agresión permanente a la agricultura campesina. “Las pandemias o epidemias zoonóticas están particularmente vinculadas a estos temas. Lo que nos va a ocurrir en los siguientes cinco años se relación con las respuestas que seamos capaces de producir, cuando ya cruzamos el umbral y no nos queda mucho tiempo para cambios importantes”, sintetizan Benítez y Corvalán.

1 Mariluz Martín Martínez y Patricia Lima Pereira (2020). Un país que vive en emergencia y una reforma de salud de los años 90, en Derechos Humanos Paraguay 2020. Codehupy. Asunción. Consultar en: http://codehupy.org.py/informe-anual-sobre-la-situacion-de-los-derechos-humanos-en-paraguay-2020/

2 https://twitter.com/veronica_serafi/status/1373031192753225728

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de internacional  

Dejar una Respuesta